
EC —Una particularidad de la comunidad venezolana en Uruguay es que los propios inmigrantes conformaron una ONG para asistirse entre ellos. Se llama Manos Veneguayas, con la que tú colaborás.
AA —Sí, somos nueve personas que estamos en la directiva.
EC —¿Cómo funciona, concretamente?
AA —Manos Veneguayas se constituyó legalmente el año pasado, pero viene operando desde hace un par de años. Es una iniciativa de inmigrantes venezolanos que tienen mucho rato en el país conjuntamente con otros que tenemos menos tiempo y nos unimos para generar un espacio de orientación, de ayuda y de apoyo a ese inmigrante que llega, como se dice en criollo, con una mano adelante y otra atrás. Esos inmigrantes necesitaban apoyo en varios sentidos. Primero lo primordial: ropa, ropa de abrigo, alimentos, medicamentos, porque llegan en una situación de bastante vulnerabilidad.
EC —Ropa de abrigo, porque el clima de Uruguay es distinto del de Venezuela.
AA —Sí, totalmente diferente, y con cuatro estaciones, cuando en Venezuela es una sola todo el año. Aparte de eso tenemos todo el tema de asesoría y apoyo no solo psicológico, sino también en el tema laboral, generamos talleres y simposios para orientar a esos nuevos trabajadores. Además tenemos una bolsa de trabajo que se llama Clasificados Veneguayos, mediante la cual ayudamos a las empresas interesadas en contratar personal venezolano, generalmente personal profesional o capacitado en diversas áreas del mercado, les suministramos personas.
EC —Justamente, ayer hablamos con otro colaborador de Manos Veneguayas, Diego Cabrita. Es abogado, vino a Montevideo a estudiar una maestría en Relaciones Internacionales, pero viendo cómo evolucionaba la situación en su país, decidió quedarse. Aquí habla sobre el trabajo de esta ONG en cuanto al problema de la informalidad.
(Audio Diego Cabrita.)
Algunas personas sí están en negro, y otras no. Nosotros lo que procuramos desde la ONG es que las personas no estén trabajando en negro. De hecho tenemos la bolsa de trabajo, que es Clasificados Veneguayos, que ha ayudado a más de mil venezolanos acá en Uruguay. Buscamos ofertas laborales con todos los derechos, para preservar este desarrollo que quieren emprender los venezolanos aquí. Que te respeten el régimen horario, que respeten los derechos laborales de cualquier tipo de trabajador.
(Fin audio.)
EC —O sea que los propios venezolanos se cuidan entre sí en este aspecto.
AA —Claro, hay un tema que es fundamental, no solo en la ONG, sino que tratamos de difundir por todas las redes sociales, porque hay muchos grupos de Facebook, de WhatsApp, de Instagram, donde la gente está informándose: tratamos permanentemente de fomentar un sentido de corresponsabilidad con el Uruguay. No solo que el tema de la inmigración no se vaya de las manos, con gente en la calle, con gente durmiendo en plazas, como está sucediendo por ejemplo en el estado de Roraima en Brasil, donde ya hace un año que está decretada la emergencia social. O el caso de la frontera entre Cúcuta y Venezuela, por el área de Colombia. No solo por ese lado, sino también que las personas conozcan el nuevo país adonde están entrando y que sepan que hay unas reglas que cumplir. Hay ciertos deberes, hay ciertas responsabilidades para con el nuevo país al que estamos llegando. Me parece que es la manera más positiva de mantener una armonía, como ha sucedido hasta el momento.
No te voy a negar que se han generado situaciones lamentables y de problemas y de discriminación, sí, muy puntuales, no sé si llegarían al 2 % o 3 % de las situaciones positivas. Es minúsculo esto, son casos que cuando entran en relieve se tratan de abordar de la mejor manera y se trata de generar instancias de diálogo para que no sucedan más. En el interior del país se han visto, en Montevideo se han visto, pero son cosas que se van superando. En niveles generales hay una gran aceptación de la comunidad venezolana inmigrante hacia el Uruguay, porque también hay que recordar que hubo una inmigración del Uruguay hacia Venezuela y que muchas de las personas que están llegando, que no entran en estas estadísticas, son hijos, nietos, sobrinos de uruguayos que fueron para allá, que son venezolanos porque nacieron allá, vivieron la mayor parte de su vida en Venezuela y ahora están viniendo.
EC —Estás aludiendo a la emigración uruguaya a Venezuela en los años de la dictadura acá.
AA —Seguro. Además ahí hay todo un tema de lógica política de comprender las migraciones, unos que fueron hacia allá por una situación y otros que vinieron para acá por una situación similar. En ese sentido se ha generado una solidaridad, capaz que no inmediata, pero una solidaridad de ambas sociedades en función de algo.
EC —Sí. Pero estábamos hablando del problema de la informalidad, de que ustedes procuran a través de Manos Veneguayas que no se trabaje en negro, que aparezcan para sus compatriotas acá opciones formales, con todas las de la ley. En ese sentido, ¿qué les dice el caso del guardia de seguridad José Sánchez?
AA —Es un caso que pone en relieve una situación a la cual no podemos hacer oídos sordos, que no es la única que ha sucedido y que sucede generalmente en ese sector de la economía, que se presta más a la informalidad, un guardia que viene, que te cubre en algún momento, que mantiene un horario. O puede pasar con las personas que trabajan en lavaderos de autos o con alguna cajera que fue a cubrir una suplencia muy puntual o con las personas que trabajan en temporada en el este del país. Son cosas que pueden suceder, no estamos exentos de que sucedan. Nosotros hacemos un gran esfuerzo por que no sucedan y por eso participamos además de todas las instancias. Trabajamos con el Ministerio de Relaciones Exteriores, con el cual hay una relación bastante estrecha, hay mucho que agradecerle al Ministerio de Exteriores del Uruguay, una institución que ha permitido que los trámites sean rápidos, limpios, legales y que funcionen correctamente. También hemos tenido conversaciones con el Mides, con la Intendencia de Montevideo, hay toda una articulación con el Estado para que quede constancia de que esa responsabilidad es manifiesta.
EC —En este asunto en particular ustedes han intervenido, se han movilizado.
AA —Sí, hemos participado colaborando con la familia, tratando de asesorar, de estar al lado, que es lo más que podemos hacer, ayudamos con la creación de un colectivo en una red de pagos.









