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Entrevista, viernes 23 de febrero: Ángel Arellano

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EC —Esta persona, con 59 años y trabajando por lo visto en negro para un supermercado, era el sostén de la familia, y de repente terminó en la situación en la que terminó, para empezar requiriendo atención médica delicada, nada menos que internación en CTI. Por lo que sé, el supermercado reaccionó rápido y se puso al frente de la situación. Está este tema de cuándo hizo la inscripción en el BPS, pero resolvió la cuestión de la institución médica en la que se encuentra internado.

AA —Sí, hubo acompañamiento de la situación.

EC —Pero por otro lado ustedes están saliendo a juntar dinero para que la familia tenga el desahogo que necesita en una coyuntura tan crítica. ¿De qué manera lo hacen?

AA —Te pongo la situación en contexto. El señor José y su familia habían acudido a algunas de las jornadas de Manos Veneguayas –estamos en la calle Maldonado 1859 acá en Montevideo– en las que entregamos abrigo, alimentos, medicamentos, y también recibimos aportes, buscando orientación, acompañamiento, ayuda, apoyo, pertenecer a la comunidad, ser parte, integrarse. Y de repente nos enteramos de esta situación, de este hecho sumamente lamentable, así como se enteró toda la sociedad uruguaya de que lamentablemente falleció una cajera y de que hubo un guardia herido, y lamentablemente este guardia era un venezolano y, más dramáticamente, estaba trabajando en negro.

Lo único que podíamos hacer era comunicarnos con la familia, ver en qué podíamos colaborar y asistir en ese sentido, en estar ahí presentes. La ONG estuvo presente con él en el hospital, colaboramos en la medida de lo posible, con lo que se pudiera colaborar en ese momento. Acompañamos con la creación del colectivo, porque es una situación muy crítica, pero eso ya pasará a otra instancia, dependerá de si el funcionario queda con un apoyo del Estado por su invalidez, que está por certificarse, creo que esa situación ya entra en el terreno legal, ahí se va a manejar el futuro de ellos. Nosotros como ONG lo que podemos hacer desde nuestra plataforma de trabajo es buscar un plus, ayudar a la familia, que capaz necesita un empleo, otro ingreso para ayudar a esa situación dramática que está viviendo.

EC —¿Cómo se hace para colaborar?

AA —Hay un colectivo en Abitab, el número es 85168, a nombre de Gisela Sánchez, que es familiar del señor José Sánchez, y la referencia del colectivo es “Apoyo a José Sánchez”.

EC —¿Cómo viene la respuesta?

AA —Muy positiva. Como siempre, estamos agradecidos con la comunidad uruguaya. Generalmente las donaciones que llegan no solo a la ONG, sino a la comunidad en general, son mitad y mitad, mitad de los venezolanos, mitad de los uruguayos. Hay una gran solidaridad y hay un gran agradecimiento de nuestra parte.

EC —¿Cómo se recibió en la colectividad que tú integras este hecho policial sangriento del sábado pasado, que tiene como víctima a un venezolano inmigrante? ¿Les cambió la visión que tenían de Uruguay? Ha aparecido en la prensa alguna frase como esta: “Veníamos convencidos de que este era un país más seguro que el nuestro. Ahora comprobamos que no es tan así”.

AA —Sí, Uruguay es un país más seguro que Venezuela, seguro, pero segurísimo, es muchísimo más seguro, hay una enorme calidad de vida no solo con respecto a Venezuela, demás está citar el montón de indicadores que muestran a Uruguay como referencia en América. Ciertamente fue un hecho dramático, muy puntual, que tuvo una situación por un delincuente que estaba altamente requerido por la policía, tuvo un fallecido dramático, que obviamente también lamentamos, y se generó esto. Ciertamente despertó muchas preguntas en la comunidad, en los grupos de Facebook, en los grupos de WhatsApp, porque la familia del señor José Sánchez, al igual que la gran mayoría de las familias, viene huyendo de una guerra no declarada en un país que está en conflicto, donde los últimos indicadores hablan de que 87 % de la población está en pobreza, y ese 87 % está atacado directamente por la violencia y por la inseguridad. Entonces viene huyendo de ese trauma y encuentra en el país que lo recibe una situación, pero es un hecho puntual, porque que ningún venezolano venga a decir que no puede caminar tranquilo por las calles de Montevideo, por las calles del interior del Uruguay porque es mentira, no es así. Por ejemplo, yo fui víctima de la delincuencia cuando llegué a Uruguay, llegué en noviembre de 2015 y en febrero, en pleno verano, habíamos hecho un gran esfuerzo mi señora y yo y compramos dos bicicletas, y se robaron las dos bicicletas del estacionamiento del edificio donde estaban atadas con cadenas. O sea, era muy improbable que eso sucediera y sucedió. Nos reímos de la situación, son cosas puntuales que pueden suceder en cualquier país. Lamentablemente sucedió este hecho, pero eso no quiere decir que Uruguay sea inseguro ni que la expectativa positiva que tiene hoy en día nuestra comunidad haya cambiado.

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