
EC —¿Y para hoy sos optimista?
GR —Sí, sí, siempre, el optimismo al frente.
EC —¿Ves con realismo la posibilidad de pasar a cuartos?
GR —Sí, sí, lo veo con posibilidad. Nada fácil, hay que ser realistas, no va a ser un trámite ni mucho menos. De hecho nunca nos vimos de esa manera. Con sus vicisitudes, pero soy optimista.
EC —Hablemos de la Fundación. Después del Mundial de 2010, varios futbolistas de la selección promovieron la creación de la Fundación Celeste. ¿Cuántas personas trabajan ahora alrededor de esta propuesta?
GR —No fue después del 2010, en sí fue en el 2010, en el Mundial propiamente dicho, porque la idea fue cuajando en Sudáfrica entre mate y mate y hablando en esos ratos libres de esparcimiento que tienen los jugadores. Yo qué sé, la Tota, Seba, Eguren, muchos. Fue cuajando una idea del deporte en la infancia. Y cuando vinieron a Montevideo la idea de tener esa fundación ya estaba consolidada en familias y allegados para darle vida a todo eso.
EC —¿Cuántas personas terminan hoy colaborando?
GR —Actualmente estamos Daniel Baldi como gerente ejecutivo, yo como coordinadora de los programas en general, no es solo la Escuela Celeste, que es el alma de esto, y Zaga en el área de comunicación, ya sea por las redes, por la web, incluso a través de la revista de la Fundación que sale mensualmente. Profesionales y gente que esté trabajando con vínculo somos nosotros.
EC —El equipo “rentado” es muy chico, son tres. Después colaboradores voluntarios.
GR —Es totalmente voluntario, tenemos varias personas, sería injusto nombrar algunas, pero el interior del país es nuestro fuerte y donde está más arraigado el compromiso moral, el sentimiento con la Fundación, con los jugadores, por el respeto que ellos generaron también y contagiaron.
EC —La Fundación tiene varias fuentes de financiamiento, por ejemplo el aporte de empresas privadas [y organismos del Estado], la organización de eventos, como la cena en Villa Domus que hizo el 30 de mayo… ¿Qué otras?
GR —En general es eso. El puntapié inicial fue de los jugadores.
EC —¿Los jugadores siguen contribuyendo económicamente?
GR —Siempre tienen que estar ahí al firme. Yo en esa parte no estoy, estoy en la parte más docente o profesional en cuanto a mi perfil, no estoy interiorizada, pero sé que siempre están dando algún espaldarazo a todo esto.
EC —¿Se puede hablar de un proyecto sustentable de largo plazo, permanente ya?
GR —Sí, tenemos altibajos, obviamente que va por el tema de cómo estén el país y las empresas en cuanto a la visibilidad que puedan tener, que puedan aportar y que tenga su lado redituable. Pero también hay empresas que lo hacen con un fin solidario. Creo que a esta altura del partido se ganó solidez en cuanto a decir que este es el camino, que se están haciendo las cosas seriamente; no es cuestión de que se largó un programita, un proyecto y que viva lo que pueda o lo que la gente se acomode en el tiempo y nada más. Pienso que va un poquito más allá.
Dentro de los programas hay uno que se llama Crecer Jugando, que fue la creación de canchas polideportivas, en este caso va para la cuarta aquí en Montevideo. El inversor principal de la primera fue Ancap; después no ha renovado, pero fue uno de los primeros.
EC —Vamos a los ejemplos concretos. Las canchas polideportivas se ubican en zonas de contexto crítico.
GR —Sí, están bien distribuidas, tenemos en Treinta y Tres, en Chapicuy (Paysandú), Colonia y acá en Montevideo en La Teja. La de La Teja es la última que se va a construir, en el barrio La Isla, cerca de los accesos.
EC —¿Qué tipo de cancha es?
GR —Los jugadores se inspiraron en Europa, donde hay mucha arquitectura y a veces en los espacios verdes de esparcimiento y de juego los chicos no tienen espacio para aprovechar y corren riesgos por las vías de tránsito. Son canchas que si bien no tienen dimensiones reglamentarias, tienen una banda de contención alrededor con lo cual no corremos riesgos, porque, como dice el dicho, detrás de una pelota hay un niño o una niña corriendo. Reducir esos riesgos para que los chicos puedan participar.
EC —¿De qué material es el piso?
GR —En las del interior es de hormigón, en la de Montevideo va a ser de sintético. Tienen arcos, arcos pequeños, tableros de básquetbol, líneas para el área de hándbol y para colocar las redes de vóleibol o tenis.
EC —Se instalan esas canchas. ¿Y después?
GR —Generalmente se entabla una red con la comunidad. De hecho se ponen cerca de un establecimiento o una estación de servicio de Ancap, pero generalmente se la apropia la comunidad y quien se hace cargo y lleva adelante el uso y el gerenciamiento es la comunidad. Puede ser de la mano de algún municipio o de una comisión de vecinos, como en Chapicuy o en Treinta y Tres, vinculado con el área de deportes. Y el uso es múltiple, no solo para la infancia. Es abierto, no se cobra entrada, son como miniplazas al aire libre. Después hay organizaciones, sé que hasta un profe ha dado zumba y clases de aeróbica a adultos y adultas en horario más tarde. O sea que cada uno la lleva al uso que la comunidad ve necesario.









