El canciller habló al otro día de la primera reunión del Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela, que tuvo como participante a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini
EN PERSPECTIVA
Viernes 08.02.2019
EMILIANO COTELO (EC) —
El Grupo de Contacto Internacional (GCI) decidió ayer, aquí en Montevideo, promover un diálogo entre oficialismo y oposición de ese país que culmine en elecciones libres.
La resolución se conoció al final del encuentro en la Torre Ejecutiva, en una declaración a la que adhirió Uruguay junto con la Unión Europea, España, Italia, Portugal, Suecia, Alemania, Francia, Países Bajos y el Reino Unido, y del lado latinoamericano Costa Rica y Ecuador.
El documento brega por restaurar la plena democracia en Venezuela, respetar las libertades fundamentales, y expresa que deplora la pérdida de vidas humanas por la represión estatal. El texto además pide restablecer las potestades de la Asamblea Nacional de Venezuela y señala el compromiso de entablar contactos para que se permita el ingreso de la ayuda humanitaria.
El gobierno uruguayo suscribe esta posición, pero al mismo tiempo participa del llamado Mecanismo de Montevideo, acordado el miércoles con México y la Comunidad del Caribe (Caricom), en el que se busca una salida negociada a la crisis de Venezuela, pero que no menciona la convocatoria a elecciones ni otros puntos como la restauración de las potestades de la Asamblea Nacional. Ayer ese Mecanismo de Montevideo recibió la adhesión de Bolivia, cuyo canciller estuvo presente en la reunión de la Torre Ejecutiva, pero no firmó la declaración final, como tampoco lo hizo México.
¿Qué caminos se abren para una salida en Venezuela? ¿Cómo se entiende la posición de Uruguay en este escenario?
Vamos a charlarlo con el canciller de la República, Rodolfo Nin Novoa.
Ayer de tarde en la Torre Ejecutiva, en la conferencia de prensa conjunta con Federica Mogherini, vicepresidenta de la Unión Europea, usted calificó como fructífera la reunión del GCI. ¿Por qué utilizó ese adjetivo?
RODOLFO NIN NOVOA (RNN) —Lo utilicé en primer lugar porque se abren oportunidades para crear opciones a los efectos de colaborar con una solución a un problema venezolano que atañe a toda la región. Nos parece que después de la reunión que tuvimos con México y el Caricom, en la que señalamos algunos de los objetivos que teníamos y los pasos que podíamos dar para colaborar en una salida pacífica y democrática a los problemas que hay en Venezuela, este mecanismo del contacto se vuelve coincidente con lo que el grupo de México, Uruguay y Caricom están buscando.
EC —Coincidente…
RNN —Coincidente. Porque, primero, ambos reconocemos la compleja situación que hay en Venezuela, el GCI habla de la gravedad de la crisis y nosotros hablamos de la compleja situación, que es lo mismo. Segundo, ambos rechazamos el uso de la fuerza y de una intervención armada, sobre todo una intervención extranjera, porque perseguimos el objetivo de la paz. Tercero, reconocemos ambos que es potestad de los venezolanos encontrar una salida para la situación actual, eso lo dice la declaración final del GCI y lo dice el Mecanismo de Montevideo, porque no puede haber dos presidentes y dos gobiernos en un país, eso irremediablemente lleva a una escalada en la confrontación. Cuarto, no ponemos condiciones tampoco, porque eso es injerencia, decimos que lo deseable a la luz de los acontecimientos, en un país donde hay dos presidentes, uno autoproclamado y el otro surgido de elecciones cuestionadas por buena parte de la comunidad internacional y por buena parte de los venezolanos, en un acto en el que también tiene su responsabilidad la oposición. Porque esto surge de los acuerdos de Santo Domingo, en noviembre-diciembre del 17, donde gobierno y oposición habían acordado ir a elecciones, incluso adelantarlas, y después la oposición decidió no participar, participaron varios partidos políticos, varios candidatos. Si se habla de la ilegitimidad del gobierno de Maduro, francamente es más ilegítima una autoproclamación. Ahí tenemos dificultades, porque hay países de la Unión Europea y de América Latina que han reconocido a Guaidó como presidente encargado. No voy a hacer juicio de valor sobre los argumentos que usa Guaidó para proclamarse de tal manera, pero no son coincidentes con los del artículo 233 de la Constitución venezolana, a la cual apela. Fue una reunión bien trabajosa, por cierto, porque el primer proyecto de declaración final incluía condiciones.