EnPerspectiva.uy

Entrevista, viernes 9 de marzo: Cecilia Pérez Mondino

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —En esos años, además, debido a los problemas económicos, se produce el ingreso masivo de las mujeres al trabajo asalariado.

CPM —Eso es en los años 70 y 80, claramente hay un cambio. Y es un cambio en la familia, un cambio en la sociedad, algo que a veces es difícil de aceptar. Porque una cosa son los derechos que se tienen, sin duda, la igualdad, pero otra cosa es la aceptación de esos derechos. Creo que todas estas reivindicaciones de las mujeres descolocan un poco ese imaginario masculino del hombre protector. Me parece que eso es lo que está ahora en juego. Para mucha gente es muy fácil, para las nuevas generaciones es muy fácil aceptarlo, pero a alguna gente le cuesta y va a llevar tiempo eso.

EC —Hablando de la salida de la dictadura, al reclamo de democracia en el país se suma el reclamo de democracia en el hogar, el feminismo de segunda ola que venía de afuera.

CPM —El tema de compartir las tareas y todo eso. Sin duda.

EC —¿Y qué pasó ahí entonces, en el 84, el 85? ¿Qué ha pasado de ahí hasta ahora?

CPM —De ahí hasta ahora el movimiento de las mujeres y los reclamos de las mujeres, que son muy amplios y abarcan muchos aspectos, no han hecho más que crecer, crecer y crecer. Creo que es todo un ida y vuelta con lo que pasa en el exterior también. Los reclamos y todas las denuncias en Estados Unidos el año pasado, el MeToo, todo eso, también influyen. Lo cierto es que hay en las mujeres una conciencia que antes no había y que hace que tanta gente se sienta interpelada a salir a la calle y manifestar, más allá de que en todas las manifestaciones en el mundo entero y acá también hay distintos reclamos. Está el reclamo de la igualdad de oportunidades laborales, está el reclamo de la igualdad salarial, está el tema contra el machismo. En algunos países, acá en América Latina, en España, en Italia, todos estos latinos, ese machismo es más fuerte y es más difícil de cambiar de pronto.

EC —La violencia de género en particular llama, convoca.

CPM —Es terrible, lo que está pasando ahora con las muertes de mujeres es algo muy impresionante. Ayer comentaba con un amigo filósofo que decía que esos hombres que las matan en realidad no se sienten superiores, no pueden vivir ni con ellas ni sin ellas y a veces se matan ellos después. Es una cosa muy terrible y que también sensibiliza mucho, convoca mucho y hace que la gente concurra masivamente. Pero yo siento que ha cambiado algo en las mujeres jóvenes, en mis alumnas, el Día de la Mujer es mirado de otra manera.

EC —¿Cómo es ese acento?

CPM —Porque vos decís hace 30 años; yo fui a muchas marchas de las mujeres y eran una cosa relativamente pequeña. Ahora es algo masivo, y lo ven, lo sienten, como que las mujeres más jóvenes lo reivindican en las cosas cotidianas, y también las parejas más jóvenes están más acostumbradas a compartir todo. Es un cambio que es difícil, porque ahora a lo mejor nos vamos a los reclamos muy fuertes, después va a lograrse un equilibrio, pero venimos de muchos siglos de sociedad patriarcal, de machismo y todo lo demás. Entonces ahora es la reacción, una reacción fuerte, después se van a aquietar las aguas y se verá. Son procesos que es muy difícil ver en la marcha, la historia siempre requiere un poco más de tiempo.

EC —Tú marcabas recién el interés, la motivación que en particular se da entre los jóvenes y las jóvenes, entre las mujeres jóvenes en especial. Esa es una de las señas de identidad. Y la otra es lo que también mencionabas, la enorme variedad de reivindicaciones, un espectro amplísimo. Tan amplio que algunas mujeres llegan a decir –lo he charlado– “no sé si voy a ir, porque ¿a qué voy?, ¿voy a apoyar el planteo tal o al planteo el cual?, con estas fulanas, las más radicales, no me identifico para nada”. ¿Cómo ves eso, que esto del feminismo es una especie de catch all?

CPM —Hay de todo y todo el mundo se siente convocado por cosas distintas. Ayer incluso hubo algunas performances que hicieron una especie de danza o teatro, que terminaban en el suelo y marcaban el cuerpo como que eran asesinadas; el tema de las muertes de las mujeres sensibiliza mucho y moviliza mucho. Pero eso es así y va a seguir siendo así, es difícil unificar todo el movimiento feminista, va a haber siempre distintos grados y distintas posturas, y también están aquellas a las que no les gusta el término y dicen “feminismo no, somos femeninas”. Creo que ahora ya está impuesto y no va a cambiar.

EC —Sí, ayer hasta se dio el caso de participantes que protestaban, como los que se expresaban en esos términos, “femeninas sí, feminismo no”, reclamando contra determinadas orientaciones de educación sexual en la enseñanza.

CPM —Contra la Guía de educación sexual. Pero también estaban.

EC —Estaban al costado, en la vereda, pero estaban. ¿Y cómo ves esto de los “extremismos”? Porque a veces son un inconveniente. Fijate el planteo que se hizo: “Si los hombres quieren ir que vayan, pero atrás”. Después se aclaró que no era así.

CPM —Eso lo criticó Hoenir Sarthou ayer en Voces, ¿por qué van atrás? Creo que los extremismos vienen por lo que decía recién, es una reacción, después se calmará. O no, no sé, pero es una reacción a tanto tiempo de estas cosas. Me parece que la mayor parte del movimiento feminista y la mayor parte de la gente buscan la integración y que sea una cosa de hombres y mujeres juntos, pero hay algunas que son así, antihombre.

EC —Hay algunas antihombres y algunas con posiciones muy drásticas como las que se vieron en los hechos ayer, estas mujeres que con sus caras tapadas, con caretas, agredieron la parroquia del Cordón y locales comerciales.

CPM —Son cosas lamentables porque perjudican al movimiento, pudiendo contemporizar todas las diferencias, pero sin llegar a eso, porque ahora siempre va a estar esa crítica.

EC —Decís que es natural, de algún modo es lógico y hay que administrar esas diferencias.

CPM —No, las diferencias sí, pero atacar la iglesia me parece mal. La violencia no. Las diferencias son naturales, hay una pluralidad; como te decía hoy, de la dictadura para acá, de los 80 para acá hay una diversidad en todo. No solo en el movimiento feminista, también están los afrodescendientes, el tema del indigenismo exagerado, todas las minorías, los reclamos, todo eso forma parte de una sociedad distinta. Ya no es una sociedad homogénea, regida por ciertos patrones patriarcales, sino que ahora hay de todo. Y en ese de todo tiene que haber lugar para la tolerancia, la tolerancia a las distintas identidades, la diversidad sexual. El Uruguay ha cambiado muchísimo en los últimos 30 años y eso es lo que estamos viviendo.

Comentarios