
EC —Hablábamos del apoyo creciente de estas movilizaciones de los grupos feministas en los últimos años, en los últimos 30 años de la historia uruguaya en particular. Estamos en el máximo de participación.
CPM —Sin desconocer que hay una cantidad de cosas que vienen de antes, es un proceso. El historiador José Pedro Barrán decía que la gran revolución del siglo XX en el mundo, no solo en Uruguay, fueron los avances de las mujeres, la visibilidad que las mujeres empezaron a tener que antes no tenían. Y eso en Uruguay ha culminado en estos últimos años con una cantidad de leyes que responden a las demandas que las mujeres tuvieron durante mucho tiempo, en la primera mitad del siglo XX también, pero de la dictadura para acá se han acentuado los movimientos y se han aprobado leyes en el Parlamento, como el tema de la interrupción del embarazo. En Argentina el movimiento de ayer tenía que ver con eso, están en plena lucha por la ley del aborto.
EC —Por lo visto, este movimiento ha adquirido el carácter de grupo de presión fuerte. Lo digo teniendo en cuenta lo que ha pasado por ejemplo en el Parlamento, la ley de violencia de género se aprobó…
CPM —… con la presión de las mujeres ahí.
EC —Con la presión de las mujeres y con muchos legisladores que no estaban convencidos. Salió prácticamente por unanimidad, pero varios parlamentarios decían “esta ley tiene problemas, tendríamos que estudiarla más, falta afinarla”. Y ahora el propio Poder Judicial ha dicho que hay complicaciones para llevarla a la práctica. Sin embargo se votó, y se votó de esa manera. ¿Cómo se entiende ese fenómeno?
CPM —Y sí, las mujeres se han transformado en un grupo de presión, no hay duda, y estuvieron allí presionando. Es una pena que las leyes se aprueben a la ligera, eso también pasa en otras cosas, después hay que revisarlas. Indudablemente las mujeres han tomado una posición y no dan marcha atrás, van a estar allí presionando y van a seguir en ese plano. Porque también hay un tema de que la legislación está, Uruguay tuvo en algunas cosas unas leyes tempranas y oportunidades no solamente laborales, también para acceder a la universidad, las mujeres universitarias son el 64 %. Todo eso está, las oportunidades están, el tema es cuándo la sociedad las incorpora, las acepta. Ahí salen a la calle o reclaman o aparecen las oportunidades y son efectivamente llevadas adelante. Por eso digo que hay una generación nueva, una generación de jóvenes que ya no se cuestionan eso, no se ponen a pensar puedo o no puedo estudiar o si después me caso tengo que seguir trabajando o no, esas cosas ya no se plantean. En la primera mitad del siglo XX las mujeres trabajaban hasta que se casaban, acá y en el mundo, lo vemos en las películas, y después se quedaban en la casa. Esos son cambios impresionantes. Es lo que decía Barrán, el gran cambio del siglo XX fue el cambio en la situación de la mujer.
EC —Parece bastante claro que el carácter global de la movilización incide, lo que pasa acá está influido por cómo viene la mano afuera. Y hay otro detalle que me parece interesante, tú definías a toda esta corriente como una revolución, citando a Barrán, pero resulta que es una revolución institucionalizada también, porque está Naciones Unidas atrás. Hay una organización tan poderosa como Naciones Unidas, con ONU Mujeres empujando. Eso no es inocuo.
CPM —Claro que no. Es una buena cosa que haya instituciones que ayuden, que respalden. Porque nosotros estamos hablando en un país donde tenemos todas estas oportunidades, pero miremos el mundo, miremos la situación de las mujeres en otras partes. Entonces está bueno que Naciones Unidas haya tomado esas banderas.
EC —Ayer cuando conversábamos con la uruguaya María Noel Baeza, que dirige programas en ONU Mujeres, ella contaba el caso de una reunión con autoridades de Turquía para empujarlas a tomar determinadas políticas y cómo había habido que negociar y argumentar. Ahí tenemos a la revolución plasmándose por eso, gracias al apoyo de un organismo internacional.
CPM —Exactamente. Por ejemplo en Arabia Saudita no hay nada, ahí viene de arriba, al rey se le ocurrió que ahora las mujeres pueden manejar, pueden ir al cine. Ayer me sorprendió ver en esos países árabes, en Irak, por ejemplo, manifestaciones de mujeres sin nada en la cabeza. Me parece que se está viviendo un cambio; a mí como profesora de Historia me resulta difícil analizar el hoy, yo te puedo hablar de la historia, lo que está pasando hoy es más para ustedes, para los periodistas. Y ver qué va a pasar.
EC —Entonces te pregunto lo más difícil, a una profesora de Historia le pregunto por el futuro.
CPM —No, imposible.
EC —¿Qué viene después de lo de ayer?
CPM —Pienso que lo de ayer acá en Uruguay fue impresionante y va a seguir. El año pasado fue la sorpresa, la gran impresionante manifestación, y este año era evidente que iba a ser mayor aún y así fue. Supongo que se seguirá en este camino. Ojalá se limen esas asperezas que decíamos hoy, que se pueda tener más diálogo entre los grupos. Hay algunos intentos de dialogar, incluso con la Iglesia católica, sobre los distintos temas, eso me parece importante. Todo cambió, la sociedad uruguaya cambió y de que la mujer va a estar presente en todo ya no hay ninguna duda. Y ahí nos vamos a las pioneras, si pensamos a principio de siglo lo que fueron Paulina Luisi presidiendo el Consejo de Mujeres, una poeta como Delmira, que le puso voz al erotismo y le costó la vida, creo que es una acumulación de las fuerzas de muchísimas mujeres que accedieron, que de a poco fueron luchando y ahora llegamos al presente.
EC —Un presente…
CPM —… complicado.
EC —¿Complicado?
CPM —Muy diverso, como decíamos recién.
EC —¿Te quedó algún apunte?
CPM —Que hay muchos imaginarios femeninos también, no es solo lo que pasa sino cómo la gente lo percibe y lo vive. Eso es lo que estudia la historia cultural, que cada grupo o cada mujer tiene percepciones distintas de lo que está pasando. Vamos a ver qué sucede. El siglo XX sin duda incluyó a las mujeres y eso es un cambio muy importante.









