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Ernesto Talvi en Presidenciables: Lo que no salió al aire

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[segunda tanda]

EC —Una de las personas del auditorio pregunta qué definición tiene sobre UPM2.

ET —A Uruguay le sobran árboles, así que hay lugar para otra planta de procesamiento. El vínculo con UPM y con Finlandia es estratégico. Así que en principio vemos con buenos ojos la idea de que, con las salvaguardas que corresponden, una empresa del porte, la importancia y la magnitud de UPM se instale en el país. Estuvimos en desacuerdo con que esto se maneje a puertas cerradas, es una inversión que va a madurar en 30 años y, por ende, es una política de Estado, debió encararse como tal. Pero bueno, ahora ya esos acuerdos fueron logrados, todo acuerdo es un cuerpo vivo y seguramente va a haber elementos que se puedan revisar, pero el país honra los compromisos que asumen los gobiernos que nos preceden y mira para adelante para encarar los desafíos del porvenir.

EC —Más de un candidato de la oposición dice que va a revisar y estudiar el acuerdo y eventualmente podría ocurrir que se plantearan cambios. A veces da la sensación de que se dice eso para cumplir con una parte del electorado y que decididamente es imposible, en el próximo período, implementar o proponer cambios. En el caso suyo, ¿hasta qué punto llega eso de revisar?

ET —Aspectos que no cuestionen el fondo de la cosa. Acá hubo un compromiso que el país asume, lo asume un gobierno legítimamente electo, el país no se reinventa cada cinco años…

EC —¿Qué tipo de asuntos serían eventualmente revisables?

ET —Son cosas de detalle que tienen que ver con…

EC —Por eso, el grueso del contrato se va a mantener vigente.

ET —El grueso del contrato tal cual fue acordado se va a mantener vigente, porque el país honra sus compromisos, así de simple. Somos un país pequeño, nuestro único capital es la reputación. Nosotros cumplimos con nuestros compromisos, los asuma uno u otro gobierno. Son gobiernos legítimos que fueron electos por la ciudadanía; no estamos de acuerdo con el procedimiento que se usó, tampoco el Frente Amplio estaba de acuerdo con que se haya permitido a privados generar energía eléctrica y en lugar de echar para atrás lo que hizo fue aprovecharse de esa regulación para darle un nuevo impulso a los parques eólicos, situar a Uruguay hoy entre los líderes en la producción de energías limpias… Estuvo en contra de la primera planta de UPM, en ese entonces llamada Botnia, ahora está impulsando la segunda, y defendió con uñas y dientes el embate de los Kirchner contra la primera. A mí me dicen: “Che, ponían palos en la rueda y ahora…”, y mi respuesta es que mejor, eso quiere decir que el país asume las cosas que se hicieron, continúa las que más o menos andan bien, las mejora y sobre todo se dedica a encarar los desafíos del porvenir. No nos reinventamos cada cinco años, eso es lo que nos da la credibilidad.

PR —Hay una pregunta del público que tiene que ver con la forma de decisión de los grandes proyectos de inversión en el sector público. Dice así: “Durante los últimos 15 años se ha hecho una inversión importante en infraestructura: 140 CAIF, Antel Arena (que se puede estar de acuerdo o no, pero es una inversión en infraestructura), carreteras, gestión de residuos. Esto, por un lado, dinamiza la economía, pero por otro, si no se controlan los proyectos y sus costos lleva a malgastar recursos públicos. En varios países de América Latina se ha propuesto desde el Estado estrategias o metodologías novedosas para evaluar los proyectos públicos. ¿Qué tienen pensado para ordenar las decisiones de inversión en proyectos que tienen impacto fiscal importante?, ¿con qué criterio se evalúa si seguir adelante o no con cada alguno de los proyectos?”. Quien hizo la pregunta puso algunos ejemplos de inversiones en infraestructura, podría haber más. La pregunta de cómo hacemos para que esto no se repita me parece pertinente.

ET —Nosotros somos muy partidarios de los fondos nacionales de contrapartida. Acá el sensor tiene que ser el sector privado, no es un burócrata sentado en un escritorio al que se le ocurre asfaltar una carretera o hacer otra cosa. Es el sector privado el que tiene que ser el gran generador de necesidades y ver y detectar las oportunidades, no son los burócratas. Un Estado bien diseñado es poroso, y eso no quiere decir a las influencias, sino a las buenas ideas que se le acercan y a todo proyecto de inversión que valga la pena. Especialmente si son innovadores: de repente la regulación laboral que tenés, las regulaciones generales, el tratamiento impositivo, las formas que el Uruguay está integrado, la infraestructura necesaria, en fin, no son las más acorde para permitir el desarrollo de sectores de punta. Tú tenés que estar permeable a escuchar al sector privado y decir: ¿qué bienes públicos complementarios precisás para que te ande tu negocio, para que puedas lanzar este emprendimiento? Eso, en el caso especifico de la infraestructura, se llama fondos nacionales de contrapartida: por cada cuatro dólares que inviertas yo voy a invertir uno para darte los bienes públicos necesarios para que los proyectos funcionen. Eso asegura que buena parte de la inversión en infraestructura va a estar atada a algún proyecto que nos aseguremos que va a tener un sustento desde el sector privado que garantice que va a tener un rendimiento económico y social. Ese es el criterio general, y va mucho más allá de la infraestructura, es el criterio para permitir el surgimiento de proyectos innovadores en la ciencia y la tecnología. Tú no podés aplicar las regulaciones existentes a sectores que todavía no nacieron porque no sabés cómo se regulan. De golpe creás ecosistemas que son autocontenidos, como sucedió en su momento con las zonas francas: es un ecosistema autocontenido distinto que te permite experimentar con cosas y de golpe tenés allí, cerca de Montevideo, un parque tecnológico que entrás y te parece que estás en el primer mundo. Eso no hubiera surgido si le hubieras dicho: mirá, tenés que aplicar todas las regulaciones existentes. Cuando estás jugando en la vanguardia, en la punta, en el desarrollo, no los podés trancar con esa regulación. Siempre tenés que estar dispuesto a crear ecosistemas que tengan tratamientos impositivos, regulatorios, que te permitan desarrollar nuevas actividades. Especialmente las que están vinculadas a la industria del conocimiento, que atraen, emplean y necesitan inteligencia humana.

EC —Una última pregunta del público.

RA —¿Qué piensa sobre el sistema de salud que implementó el Frente Amplio? ¿Lo va a cambiar?

ET —Vamos a cambiar el paradigma. Ojalá estuviera aquí el referente en salud para poder explicarlo con mayor precisión. El equipo de salud que ha trabajado extraordinariamente bien me dice que con los recursos que hoy se gastan por parte de la salud pública cambiando de un paradigma asistencial como el de hoy a uno de prevención, se pueden ahorrar una enormidad de costos. Al punto tal que con los recursos que hoy se gasta la salud pública debería ser el estándar, la mejor del país, el lugar donde todos los médicos quieren trabajar y todos los pacientes se quieren atender. Con otras palabras, como en casi todo lo que nos ha pasado. Estamos gastando una enormidad de recursos y obteniendo a cambio demasiado poco para lo que gastamos. En educación multiplicamos por más de dos el presupuesto en los últimos 14 años, los niveles de deserción son altísimos, la calidad de los aprendizajes se deteriora, un año sí y el otro también. En seguridad multiplicamos por tres el presupuesto, tenemos los niveles de inseguridad más altos de la historia moderna del país. Acá medimos todo por cuánto gastamos, no medimos nada por los resultados que obtenemos. ¿Cuál es el impacto que querés tener y después medir si lo obtuviste a un costo efectivo? Ni siquiera hacemos evaluaciones de impacto en el Estado uruguayo. El gobierno neozelandés en su momento decidió cambiar toda la cultura de gestión del sector público hacia una cultura de evaluación, en la que si los impactos no se generan o se producen de forma muy cara hay todo un proceso de retroalimentación para revisar, reformular, discontinuar, o mejorar los programas del gobierno. Ese programa en Uruguay no existe.

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