Un informe y una visita a las instalaciones de la facultad comprueba que la mayoría de las máquinas en la sala de informática continúan siendo utilizadas por personas en situación de calle
A fines de junio, trascendió en la prensa que la Facultad de Ciencias Sociales enfrentaba un dilema: entre 70 y 90 personas que viven en la calle utilizaban las instalaciones a diario, sobre todo la sala de informática, y se habían dado situaciones como la de un hombre que vomitó sobre las computadoras, algunos robos, y también peleas.
Pasados casi dos meses y buena parte del invierno, ¿en qué quedó esta cuestión?
Según pudo comprobar En Perspectiva, hay quienes señalan que se mantiene más o menos incambiada, pero hay también quienes consideran que incluso el panorama empeoró porque al dar a conocer la noticia de que las puertas de la Facultad están abiertas y se prestan sus instalaciones, más indigentes deciden ir hasta allí.
El decano de Ciencias Sociales, Diego Piñeiro, reconoció que la división de opiniones en cuanto a cómo encarar este problema ha impedido que se tomen medidas. La división se da entre quienes ven la presencia de indigentes como un tema de seguridad, y quienes consideran que no se debe coartar los derechos de estas personas. Piñeiro se abstuvo de hacer más declaraciones.
La medida que sí se ha tomado es la de no permitirle el ingreso al edificio a quienes fueron identificados como responsables de ciertos incidentes. No se ha cortado el paso a la sala de informática, que las personas en situación de calle utilizan, en principio, para buscar trabajo. Pero sí se prohibió el ingreso a la biblioteca, donde también había aumentado el flujo de indigentes.
¿Cómo lo ven los profesores? Fabricio Carneiro, dirigente de ADUR, la Asociación de Docentes de la Universidad de la República, dijo a En Perspectiva que el tema se discute y monitorea de manera semanal.
Según Carneiro, el tema va más allá del invierno porque la utilización de la sala de informática no tiene que ver únicamente con las bajas temperaturas. Por lo tanto, opinó que con la llegada de la primavera este problema no se diluirá.
¿Y los alumnos? El Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales, Cecso, tiene una postura contraria a controlar el ingreso al edificio. Autoridades de la facultad explicaron que los delegados estudiantiles en el Consejo de la Facultad, de los cuales la mayoría pertenece al Centro de Estudiantes, son quienes más obstáculos han impuesto a medidas de control. De acuerdo con estas fuentes, las únicas dudas que se dieron entre los estudiantes fueron por el lado de casos de acoso sexual dentro de las instalaciones, en los que se vieron involucrados personas en situación de calle.
La semana pasada, el Centro de Estudiantes celebró una asamblea donde se reafirmó la postura: “Existe acuerdo en que la Facultad no va a cerrar sus puertas y en caso que se resuelva lo contrario se considerará tomar medidas”, publicaron luego en una resolución.
Del Cecso declinaron hacer más declaraciones y se remitieron a dicho comunicado. Allí se decide proponer al Consejo de Ciencias Sociales la realización “con carácter urgente de una campaña de concientización y prevención de acoso en la facultad con énfasis en qué es acoso, qué situaciones son acoso y cómo actuar ante las mismas desde el lugar de víctima o espectadore (sic)”. El Centro de Estudiantes utiliza en su resolución el llamado lenguaje inclusivo.
También se resolvió encomendar a la Comisión de Género y Diversidad de la Facultad la creación de un protocolo de actuación en casos de acoso y violencia de género. Y se planteó crear un grupo de estudiantes que reciba las denuncias de acoso y las informe.
La producción de En Perspectiva habló ayer con Mariana González, integrante de la comisión de género, quien declaró que esta no ha recibido todavía ningún planteo formal ni tampoco ninguna denuncia vinculada con personas en situación de calle. Mientras tanto, desde el Comité de Calidad con Equidad de Género, otro órgano de la Facultad de Ciencias Sociales, Natalia Magnone indicó que sí se comenzó a trabajar en un folleto sobre los indigentes en las instalaciones y que incluirá aspectos vinculados con género, pero todavía no hay mayores avances al respecto. Magnone también negó haber recibido denuncias de ningún tipo.
Para ver el panorama in situ, Rosario Castellanos visitó en vivo la Facultad de Ciencias Sociales.
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