Informe de Ángela Reyes para EnPerspectiva.net ///
Ante un auditorio lleno que estalló en aplausos, y en medio de fuertes medidas de seguridad, el director de la revista francesa Charlie Hebdo y sobreviviente del atentado que sufrió esa publicación en enero de este año, Laurent Sourisseau, dijo que en Francia la censura política “prácticamente desapareció”. “Hoy la censura que sufrimos fue privatizada. No parte más del poder político, pero sí de lobbys religiosos y asociaciones civiles”, dijo el caricaturista durante un congreso de periodismo en San Pablo, Brasil, en el que también participaron, entre otros periodistas, la estadounidense Dana Priest y el argentino Jorge Lanata.
Fuera del auditorio hay policías con perros vigilando las calles, un detector de metales y un organizador corroborando que cada una de las personas que ingresa esté registrada en la lista. No hay excusa que valga para convencerlo de lo contrario: quien no tiene autorización previa, no entra.
Faltan pocos minutos para las 11 de la mañana –la hora de inicio pautada– y crece la expectativa. Puertas adentro, bajo la mirada atenta de más uniformados, todos preparan sus teléfonos para tomar fotos y sacan sus libretas de apuntes. No esperan a Dilma Rousseff ni a Neymar ni a una estrella del cine: esperan al director de la revista Charlie Hebdo, de visita en Brasil para hablar de la vida después de la tragedia.
Laurent Sourisseau, conocido como “Riss”, es uno de los sobrevivientes del ataque a manos de radicales islamistas que en enero de 2015 dejó 12 muertos en la redacción de la revista. “Hoy la censura que sufrimos fue privatizada. No parte más del poder político, pero sí de lobbys religiosos y asociaciones civiles”, dijo durante su participación en el 10º Congreso Internacional de Periodismo de Investigación organizado por la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación en San Pablo, Brasil, entre el 2 y el 4 de julio.
Aunque habitualmente se cree que la censura parte del Estado, en el caso de Charlie Hebdo ha sucedió lo contrario. Riss relató que las asociaciones privadas “hacen amenazas judiciales para generar una forma de censura” en la publicación, pero que los tribunales confirman en esos casos el derecho a la libertad de expresión de la revista.
“La censura de origen político prácticamente desapareció”, afirmó.
El negocio se vuelve “más sensible” cuando se habla de religión, especialmente del Islam, y “Charlie Hebdo pagó un precio caro por eso”, relató. La sede de la revista ya había sido atacada en 2011 a raíz de la publicación de una sátira sobre Mahoma. Pero esto no los detuvo: continuaron dibujando caricaturas del profeta del Islam, retratándolo incluso desnudo. Tras el ataque de enero de 2015, la publicación lanzó un mensaje de reconociliación: “tout est pardonné” (todo está perdonado).
Riss, herido de bala durante el atentado, habló ante un auditorio colmado que en vez de homenajear a sus colegas muertos con un minuto de silencio lo hizo con un minuto de fuertes aplausos.
Para él lo sucedido no debe interpretarse como un ataque a la revista sino como un atentado contra “nuestras democracias” que busca generar un clima de terror. En ese sentido, el caricaturista explicó que la revista lucha por la libertad “para que otros la ejerzan, porque si nadie la ejerce, desaparecerá”.
“Lo que los islamistas radicales quieren es que tengamos miedo de ejercerla”, agregó.
Durante su presentación, Riss mostró una serie de tapas de la revista que ironizaban no solo sobre el Islam sino también sobre otras religiones. Y también mostró imágenes de otras publicaciones anteriores a Charlie Hebdo dedicadas a la sátira, una práctica vigente desde hace siglos.
“Hablamos sobre las religiones para cuestionar sus dogmas. Es un debate filosófico, pero muchas religiones se lo toman como una crítica personal”, argumenta.
Riss cuenta que el atentado los tomó por sorpresa, porque no tenían conciencia sobre la peligrosidad del momento, como tampoco la tenía la Policía. “Ahora es difícil prever cuál será el próximo golpe”, advierte.
La clave de toda su presentación está en una sola palabra. Le preguntan si es optimista sobre el futuro y, ante un auditorio que contiene la respiración, contesta con claridad: “no”.
Lanata: “El poder soporta cualquier cosa pero no que te rías de él”
Otro de los participantes destacados del congreso fue el periodista argentino Jorge Lanata. “El poder soporta cualquier cosa pero no que te rías de él, porque cuando te reís del poder lo desautorizás en todo, entonces no soportan que se les pierda el respeto”, opinó el polémico periodista.
Lanata provocó las carcajadas de los presentes al presentar con su habitual ironía los detalles de la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman, que evidencian los errores cometidos por la Policía y la Justicia “por corrupción o por idiotez”.
El conductor de Periodismo para todos, quien dedicó buena parte de su exposición a analizar la actual situación política de Argentina, dijo que es “bastante probable” que en las elecciones generales de octubre resulte elegido Daniel Scioli, el candidato respaldado por la presidenta Cristina Kirchner.
“Hoy el gobierno está a punto de volver a ganar (…) ¿Por qué? Porque el tema económico no fue tan desastroso como se pensaba que iba a ser”, dijo Lanata, para agregar que “la imagen de Cristina (Kirchner) no se deterioró tanto porque todos decían que se iba a caer todo y no se cayó, entonces como no se cayó eso reforzó la confianza en el gobierno”.
El conductor de radio y televisión insistió en que este es un “mal momento” para el periodismo en Argentina y explicó que los medios independientes chicos cerraron o fueron cooptados por el gobierno a través de publicidad estatal, subvenciones y créditos.
En momentos en que en Brasil los periodistas debaten sobre la conveniencia o no de una nueva ley que regule los medios de comunicación, Lanata volvió a criticar la normativa aprobada en su país en 2009. El periodista argumentó que es “completamente impracticable” porque “no se puede crear audiencia con un decreto”. “Si vos hacés diez canales de las comunidades indígenas, ¿cómo mantenés esos canales? Tenés que subsidiarlos toda la vida”, ejemplificó. Según él, la ley dio lugar a una paradoja en Argentina: el 80 % de los medios son del gobierno directa o indirectamente pero tienen el 20 % de la audiencia.
Durante su conferencia, Lanata también hizo una fuerte crítica a la sociedad argentina: “En Argentina creo que tenemos un concepto del cambio que es completamente de pensamiento mágico, nosotros pensamos que las cosas cambian de un día para otro y las cosas no cambian de un día para el otro, el cambio es lento (…) Pero yo lo que me pregunto es: ¿somos capaces de hacer algo cuyo resultado no vamos a ver? Si no somos capaces, nunca vamos a cambiar”.
¿Ley de medios en Brasil?
El tema de la “ley de medios” despertó gran interés durante el congreso, donde incluso participó para contar la experiencia uruguaya Gustavo Gómez, director del Observatorio Latinoamericano de Regulación de Medios y Convergencia (Observacom) y uno de los principales impulsores de la norma aprobada por la bancada del Frente Amplio en el Parlamento el año pasado.
El debate sobre la necesidad de una nueva norma que regule los medios, en especial para evitar oligopolios, está presente en Brasil desde el fin de la dictadura, pero las posiciones continúan polarizadas.
Emiliano José, secretario de Comunicación Electrónica del Ministerio de Comunicación de Brasil, consultado sobre la posibilidad de presentar un proyecto ante el Congreso de su país, dijo que “los límites son reales en este momento, y en esta coyuntura, con el Congreso conservador actual, cualquier programa estará bajo el yugo de los grandes medios y precisaría mucha presión y apoyo popular”.
Sin embargo, el gobierno avanza en la entrega de unas 1.200 concesiones de radios comunitarias y televisión educativa, y pretende lanzar una serie de debates sobre el tema durante el segundo semestre del año.
Obama es “incluso peor” que Bush con la prensa
Dana Priest es periodista de investigación del Washington Post y ganadora del premio Pulitzer por revelar la existencia de prisiones secretas de Estados Unidos fuera de su territorio.
Encargada del cierre del Congreso, Priest apuntó contra el trato que la administración Obama dispensa a la prensa. “Esta administración fue tan mala o incluso peor que la de George (W.) Bush”, dijo.
La periodista cree que, tal vez por sus antecedentes, la gente en general “interpreta de manera errónea” al presidente Barack Obama como si fuera un liberal, cuando no lo es. En este sentido considera que, aunque en el plano nacional tomó decisiones liberales, en materia de política exterior algunas decisiones se ajustan a la visión de su predecesor conservador, por ejemplo en lo que refiere al uso de drones.
Las condiciones para los periodistas en Estados Unidos empeoraron desde los ataques del 11 de setiembre. Desde entonces, el gobierno estadounidense “hace que sea más difícil obtener información” e inicia continuamente investigaciones por filtraciones de información a la prensa, contó Priest.
Otra herramienta difícil de usar para los periodistas es la ley de acceso a la información pública (una norma que también existe en Uruguay). Priest comentó que solo una vez hizo un pedido, en 2008, de datos acerca de una unidad de Operaciones Especiales. La respuesta le llegó tres años después: contenía apenas tres hojas, y en dos de ellas se reproducían artículos que la periodista había publicado en el periódico.
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