Entrevista con el intendente de Maldonado, Enrique Antía.
Entrevista con el intendente de Maldonado, Enrique Antía.
EN PERSPECTIVA
Jueves 16 de julio, hora 8.16
Después de 10 años de administración frenteamplista, encabezada por Óscar de los Santos, el Partido Nacional (PN) recuperó la Intendencia de Maldonado. Fue uno de los triunfos más resonantes de las elecciones del 10 de mayo, por la importancia que tiene ese departamento en el mapa político y económico, y porque daba la impresión de que la izquierda se había afianzado en ese gobierno.
EMILIANO COTELO —Quien asumirá como intendente es un caudillo fernandino con años de carrera. Se trata de Enrique Antía, que ya fue intendente entre 2000 y 2005.
Sus primeros días de gestión, desde el jueves pasado, no fueron demasiado tranquilos. Antía y el exintendente Óscar de los Santos se han visto envueltos en una polémica en torno a los números de la Intendencia.
¿Se vienen tiempos difíciles en Maldonado? ¿Cuál será el margen de acción que tendrá el nuevo jefe comunal para concretar sus promesas de campaña?
De estos y otros temas vamos a conversar con el propio intendente Antía.
¿Cómo encontró, a grandes rasgos, a la Intendencia en esta primera semana?
ENRIQUE ANTÍA —La encontré bastante desarmada. Bastante, en todas las áreas, con un desorden general y una desmotivación enorme en todos los funcionarios y mandos medios de la Intendencia. Sin plata y con compromisos grandes a cumplir y a asumir, aún no hemos podido llegar a la total dimensión, porque aparece todos los días algo. Hay una cuenta grande que pagar, hay un agujero. Bueno, nos tocó, ahora hay que mirar para adelante y tratar de buscar la manera de organizar esto, de ordenar y de llevar adelante ideas y proyectos comprometidos con la comunidad.
EC —Vamos al capítulo números. Usted es muy terminante cuando se refiere a las cuentas de la Intendencia que recibió. Recién lo escuchamos en la respuesta que daba, pero podemos escucharlo también de esta otra en Canal 12 hace muy pocas horas:
(Audio Enrique Antía.)
En cero. Hoy de mañana tuve una reunión con el equipo de Hacienda y se ve el fondo de la lata. En todas las cajas, la Intendencia está absolutamente pelada, vacía.
(Fin audio.)
EC —Sin embargo, las cifras oficiales dicen otra cosa. En la rendición de cuentas se afirma que hay disponibilidades por $ 419.058.585, contando efectivo en caja más posición acreedora de la Intendencia frente a terceros. ¿Cómo se entiende esa diferencia de visiones?
EA —La campaña electoral terminó, y vemos a gente del gobierno seguir hablando de que hay recursos, de que hay plata, de que tenemos plata en los bancos, de que van a ingresar transferencias, etcétera. Yo le voy a contar: hay cero pesos. Uno de los directores del gobierno anterior no presentó el cheque en fecha, se le venció y cuando vino no pudo cobrar, eran $ 400.000 de despido, salario y esas cosas. No hay plata, hay cero plata. Hay 16 empresitas de servicios que quedaron sin cobrar. Todavía no tenemos los números claros, mañana la gente de Hacienda nos va a hacer un informe general.
Por suerte se votó un crédito en la Junta Departamental para poder operar lo que resta del año. Pero ese crédito todavía no está vivo, estamos haciendo las gestiones con el Banco República (BROU) y con bancos privados y en los próximos días vamos a ver por dónde empieza a aclararse. Mañana voy a visitar al directorio del BROU para ver si podemos habilitar una línea de crédito adicional con el permiso que tenemos en la Junta Departamental para poder funcionar, para pagar jornales, porque hoy no tenemos.
EC —¡Qué curioso! Usted decía “estos días ha habido jerarcas o exjerarcas haciendo declaraciones…”. Nada menos que Óscar de los Santos, ha habido todo un debate indirecto entre usted y De los Santos. De los Santos a su vez reaccionó a dichos suyos, y por ejemplo señaló: “Primera afirmación objetiva y verificable: el ex director general de Hacienda ha dejado en caja $ 102 millones, contantes y sonantes. Los tiene depositados el nuevo director. Que no los oculte; es información pública. Que muestre también las letras de tesorería y efectivo que tiene por $ 130 millones más, con vencimientos a agosto y setiembre de 2015, surgidos del decreto de retorno por mayor valor, destinados a la construcción de viviendas”, etcétera.
EA —Por eso digo que sigue en campaña. El diputado De los Santos sigue en campaña, sigue hablando de cosas que no son. Esos $ 100 millones, es cierto, están, pero están comprometidos, solamente vamos a poder recibir los intereses de esa plata. Hay una línea de crédito viva con el BROU de US$ 10 millones, de los cuales han gastado US$ 3,5 millones. Quedaba un saldo, pensamos que íbamos a poder disponer de eso para pagar jornales, pero está comprometido con la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) y no podemos tocarlo. Mañana vamos a ir a hablar con la CND también. Quedamos maniatados.
Voy a dar un adelanto, pero no estoy totalmente seguro de lo que digo, porque puede ser más: el agujero negro va a estar arriba de los US$ 80 millones. Es muchísima plata de deuda para un gobierno departamental, es una cifra inmensa, sobre todo comparada con los ingresos de los últimos cinco años, que fueron de US$ 1.050 millones, US$ 210 millones por año. Y no hay obra pública, y la que hay se debe y hay que salir a pagarla.
El día de cambio de mando hubo una manifestación de trabajadores del Sunca por una empresa que manda al seguro de paro. Nosotros no sabíamos ni qué era, y ayer apareció otra. Resulta que son obras contratadas por la Agencia Nacional de Vivienda que se paran porque la contrapartida municipal no existe, son $ 60 millones, siguen apareciendo cuentas. Esos $ 60 millones son más de US$ 2 millones que tendría que haber aportado la Intendencia y no aportó. Todos los días estamos encontrando situaciones así.
Por eso es muy importante, para hablar en serio, no hablar mucho ahora, esperar a tener los números arriba de la mesa y el trabajo de la auditoría que ya hemos encargado. Hemos instruido a la Dirección de Hacienda para que haga una auditoría externa con muchas facultades y que vaya no solo a los números, sino también a los procedimientos, a la funcionalidad, a la legalidad, a todo lo que tiene que ver con una administración pública.
EC —Por lo visto va a ser necesario esperar a que surja ese trabajo, porque la guerra de números es bastante desconcertante. También se compara cómo recibió la Intendencia cada uno de ustedes dos. De los Santos sostiene que en 2005 usted le entregó la Intendencia con un déficit mayor que el que ahora le deja la administración frenteamplista. Y parece que el documento oficial de Rendición de cuentas que está publicado en el sitio web de la intendencia avala esa afirmación. En 2005 el déficit fue de $ 1.341 millones y ahora alcanza los $ 972 millones.
EA —Yo no voy a entrar en esa discusión de números que lo único que hace es marear a la gente. Acá hubo un cambio de gobierno; por qué hubo un cambio de gobierno habría que preguntárselo a la gente. Si se dio cuenta de que era tan buena la administración, era tan bueno el manejo financiero y había tantas respuestas en orden capaz que no tendría que haber cambiado de gobierno, a no ser que la gente sea boba.
La realidad de Maldonado no es el discurso del río de números que está haciendo el exintendente De los Santos. La realidad es un Maldonado que con ingresos millonarios no tuvo respuestas, no tuvo obras, no hizo nada. No se puede comparar eso con una administración con un ingreso de US$ 50 millones que dejó una deuda real de US$ 14, 15 millones, que después la ampliaron porque hubo transferencias del gobierno que no mandaron. En aquel momento cambió el gobierno nacional y lo primero que hizo el gobierno del Frente fue trancar las transferencias de casinos, las tasas, lo que entonces aparecía como déficit y era plata que no venía. En fin, son otras épocas, no voy a entrar en esa polémica, porque eso fue 10 años atrás. No me quiero quedar anclado 10 años atrás. Yo hablo del hoy y del mañana.
Pero aquella deuda de US$ 13, 15 o 16 millones, como quieran decir, o de 20 si quieren poner más, fue con ingresos municipales que en aquella época por la crisis andaban en US$ 50 millones, e igualmente quedaron una gran cantidad de obras para el pueblo. Porque los estados pueden dejar deudas, pero si quedan obras es patrimonio, y ahora no hubo ni patrimonio ni obra ni nada, y la deuda, con ingresos millonarios, se multiplicó enormemente.
Ahora la realidad nuestra es que nos toca administrar un gobierno que entra con US$ 80 millones o más de cuentas –vamos a esperar la auditoría–, con una Intendencia desarmada, con los equipos viales destruidos, con las cuadrillas con los brazos bajos, con una desorganización en toda la Intendencia que estamos tratando de enderezar. Por suerte estamos teniendo una respuesta muy buena de los funcionarios a partir de una serie de mensajes que empezamos a dar. No me gusta hablar de esto, tengo cinco años para hablar, no voy a entrar en esa polémica con De los Santos, que realmente es estéril. Acá hay que administrar, hay que gestionar, y si hay que hay gestionar sin plata, hay que gestionar sin plata, es lo que nos tocó. La idea nuestra es tomar el gobierno en estos años y encarar.
EC —En cuanto a la auditoría, además de pasar en limpio los números, ¿va en busca de eventuales responsabilidades, de eventuales irregularidades? Por decir algo, ya que hemos estado navegando en esos números tan enredados, ¿piensa que pueden haberse maquillado números de la Intendencia?
EA —No, no estoy en esa línea de pensar que hubo gente que se apropió de algo que no es de ella. Si no tengo la prueba, no; voy a ver. Si hay pruebas por supuesto que actuaremos como corresponde, con sumarios, investigaciones y denuncias en la justicia penal. En ese sentido está claro y está instruida la gente. Pero vamos a esperar.
Lo que sí hay es un drenaje general. Anteayer y ayer tuve dos reuniones muy importantes, de tres horas y de dos horas. Una con la alcaldesa de San Carlos, que no es de mi sector político, es del Frente Amplio (FA) del sector de Darío Pérez, y la otra con el alcalde de Piriápolis, que no es de mi partido político, es del Movimiento de Participación Popular, y los dos me reconocen falta de controles en todo lo que significa empresas de servicio. Los dos me reconocen que de pronto figuraban 20 personas pero iban a trabajar 8, 10 o 12. En las dos ciudades. En Maldonado eso es un escándalo. No hay un supervisor, no hubo un control. Hemos tenido conflictos estos días con empresas que en vez de poner 10 cm de tosca por debajo del pavimento ponían 5 cm, porque no había controles y aparte los pliegos no lo decían. Entonces los drenajes son por todos lados, gotitas por acá, gotitas por allá, desorden por acá, desorden por allá. Eso en una dirección es horrible, porque desarma un gobierno.
La primera decisión que tomamos fue ordenar las bocas de salida. Había 16 ordenadores de gasto, 16 personas, 16 ventanillas de salida y de compras por todos lados. Se compraba mal, se compraba caro, se compraba en desorden. Se dividían las compras para no tener que licitar. Nosotros cambiamos el sistema, pusimos un ordenador de gasto, el director de Hacienda, y debidamente fundamentado el gasto, y ahí ir de vuelta al pedido de precios, a las licitaciones, todo un sistema de compras. Por ahí había mucha pérdida, por eso la plata nunca dio y apareció ese déficit.
Yo usaba una figura que de repente la gente joven no conoce. Porque hoy los barcos son todos de plástico, pero antes eran de madera y había que calafatear la madera. No se precisaba hacer un agujero en el barco para hundirse, sino que barco sin calafate se llenaba de agua y se hundía. Esto es un poco así, pérdidas por todos lados.
EC —[Ante esas limitaciones presupuestales]…¿qué medidas piensa tomar? Recién mencionó algunas, por ejemplo esta relativa a cómo se autorizan los gastos. ¿Qué más? ¿Habrá recortes?
EA —Por supuesto que habrá recortes, está claro: si no hay plata, austeridad plena. Vamos a controlar absolutamente todo.
EC —¿Qué pasará con el subsidio al boleto, que es la segunda política pública de carácter social en Maldonado?
EA —Ahí tenemos temas grandes por delante. Vamos a ver cómo lo encaramos, porque tiene que ser un proceso gradual. Nosotros no somos partidarios de los subsidios, porque el día que se saca un subsidio se arma un escándalo; basta ver lo que pasó en este país años atrás o la explosión que va a haber en Argentina cuando no tengan más remedio que dejar de subsidiar la ganadería, el combustible y todo eso. No es real. Tenemos que ordenar el transporte en función de la eficiencia; es distinto ayudar y dar un apoyo a los que precisan, como personas con discapacidad, estudiantes, etcétera, pero eso no es subsidio. Tiene que ser claro. Tampoco en eso había controles, se pasaba una partida a las empresas y no había ningún control. El director de Tránsito esta semana nos dijo exactamente eso.
EC —Esa es una línea de trabajo que se inició en su administración.
EA —Claro, nosotros fuimos los que iniciamos el boleto estudiantil gratuito, establecimos un acuerdo con las empresas. Eso después se hizo extensivo a todo el país. Lo cual es extraordinario para los muchachos. En aquella época de crisis surgió la idea. Pero vamos a analizar punto a punto, vamos a reordenar el tema del tránsito.
Fíjese una cosa, el desorden. Hay cuatro terminales de ómnibus y no hay un papel que diga lo que ingresó, no hay una rendición de cuentas, no hay nada que diga que el toque de andén, que anda en los US$ 50.000 por mes en el departamento, nadie nos rinde cuentas, hay algunos que pagan y otros que no pagan. Lo maneja una comisión que prácticamente hace los recibos en papel de estraza. Nadie controla nada. Eso fue en el toque de andén, en las empresitas de barrido y limpieza, en las empresas que hacen pavimento. Por eso perdieron el gobierno, la gente en Maldonado sabía esto, lo entendió. Más allá de que nosotros propusimos para futuro cosas que Maldonado precisa, que la gente compró como ideas y que vamos a llevar adelante. Pero también vio el desorden administrativo y el lío en la administración.
EC —Teniendo en cuenta esos problemas presupuestales, ¿qué pasará con el Centro de Convenciones y Predio Ferial? Esa construcción, que está en curso, para Maldonado, para Punta del Este es muy importante, entre otras cosas para combatir la estacionalidad de la actividad turística. ¿Existe algún riesgo de que estas obras se interrumpan o se enlentezcan?
EA —Se pueden llegar a enlentecer, porque ahí también tenemos algunas dificultades. Ayer tuve una reunión con parte de la empresa, vamos a aprovechar que vamos a hablar con la CND para hablar con ella sobre esa obra, porque hoy es la que administra esa inversión. Sabemos que hay muchas cosas que corregir. La empresa encargada de la obra es la misma del Antel Arena…
EC —Sí, es Teyma.
EA —En el contrato con esa empresa cuando hubo que ajustar los números, fue más o menos: “Esta obra hay que hacerla, la plata que tenemos es esta; dejemos afuera toda la eléctrica, dejemos afuera tal cosa”. Entonces ahora empezaron a aparecer adicionales que no están en las cuentas, y la consulta técnica para ver cómo resolver cosas como por ejemplo cuáles son los puntos en los cuales se puede colgar cartelería –porque los centros de convenciones manejan muchas cosas con banners, cosas de publicidad, etcétera– ahora que estamos en obra vale US$ 90.000. Ahí empezamos con “está bien, está el Centro de Convenciones, pero no están resueltos el pavimento, los estacionamientos, los accesos, la avenida de entrada, la avenida de salida, el cerramiento, la puerta de control”. Empezamos a encontrar que es una cosa que está en marcha, que se debe toda, que hay que pagar, pero a la que le falta resolver muchas cosas. Lo primero que vamos a hacer es tomar conocimiento a fondo y pedir participación en el contralor de la obra, por más que la CND tenga la administración.
EC —Según lo que recordaba ahora repasando antecedentes, cuando se lanzó esta construcción la información fue que la inversión total requerida era de US$ 30,5 millones, que el Ministerio de Economía proporcionaba US$ 10 millones y el saldo lo solventaba la Intendencia mediante la venta de terrenos y recursos adicionales. Ahí estaba ese fideicomiso del que usted hablaba hace un rato. Pero ¿usted dice que a esta altura del partido con estos números también hay dificultades?
EA —Sí, también hay dificultades. Es más, hace unos meses la Junta Departamental anterior, sin mediar explicación, dijo: “No podemos vender los terrenos, pensábamos que se podían vender, falta plata”, y pidió un crédito de US$ 10 millones. Es ese crédito que está administrando hoy la CND, que paga Maldonado.
Tenemos mucho para encarar y para organizar. Estamos tomando conocimiento de estas cosas, el área de Hacienda está empezando a investigar números, el área de Planeamiento y Obras está pidiendo información para ver cómo está la obra, qué es lo que le falta. De todas maneras, quiero dejar la tranquilidad de que es un proyecto que quiero apoyar, que voy a apoyar porque es bueno para Maldonado, más allá de que hoy esté en las condiciones en que está.
Nosotros habríamos hecho una cosa diferente; es más, el proyecto lo iniciamos nosotros, la propuesta inicial empezó en mi gobierno y después tomó un camino diferente. Pero hoy está así, nosotros no tenemos esa idea que manejó el gobierno del Frente cuando entró, que creyó que tenía que refundar el país y que todo lo que venía de atrás estaba mal. Vamos a tomar lo que está bueno y vamos a seguir adelante mejorándolo, o adaptándolo a los momentos que nos tocan. Ahora eso está ahí, está en marcha, vamos a ver cómo hacemos para atenderlo, capaz que eso significa un atraso de unos meses, pero vamos a trabajar. No puedo adelantar opinión hasta que no tengamos un informe técnico.
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EC —Enrique Antía nació el 30 de noviembre de 1949, tiene 65 años. Es ingeniero agrónomo y productor rural. Inició su militancia en el PN en el seno del Movimiento Por la Patria. Fue elegido diputado suplente y edil por el departamento de Maldonado en el regreso a la democracia en 1985. Fue intendente de Maldonado entre 2000 y 2005, y en 2010 fue designado en el directorio de UTE. En 2015 resultó ganador de las elecciones departamentales de Maldonado y fue el candidato más votado del PN.
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EC —¿Cuáles son sus planes para este segundo período como jefe comunal? ¿Cuáles van a ser las prioridades de su gestión?
EA —Primero, ordenar la Intendencia, ordenar la casa. Eso es fundamental, para poder encarar lo que haya que encarar primero hay que ordenar la casa. Un dato no menor: hemos reafirmado 27 funcionarios municipales de carrera, conocedores a fondo de la Intendencia, en cargos de dirección, para reestructurar y motivar a toda esta organización. Son 27 cargos de confianza que son gente de adentro de la Intendencia, conocedora de la gestión pública y de cómo debe funcionar Maldonado. Es algo que cayó muy bien y creo que es muy importante que se sepa. Además de las otras personas que vienen como cargos de confianza del intendente.
Líneas principales. Vamos a llevar adelante un apoyo a la seguridad pública, al Ministerio del Interior. Estamos coordinando una inversión importante en videovigilancia en todo el departamento, con un proyecto Centro de Monitoreo, como comprometimos en la campaña. Lo vamos a hacer con las fuerzas vivas, con el Ministerio del Interior y con la Prefectura. Es un proyecto que creemos que va a dar mucho resultado en el departamento, porque el tema seguridad en Maldonado está atado con el trabajo en forma prácticamente directa. No solo la seguridad individual, algo que es fundamental para todos nosotros para vivir en libertad, sino por las oportunidades laborales, por el turismo y por el trabajo que genera el turismo en un departamento que tenía ese caché de seguro que hacía la diferencia con otros destinos. Ese tema va a seguir adelante, es una inversión importante. Hemos hablado con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y vamos a estudiar los canales. Creo que es un área que cabe bien en una inversión en el modo participación público-privada, estamos trabajando en un camino de planificación.
Por otro lado, tenemos que dar algunas señales a nivel de gestión. Tenemos un problema muy grande en Maldonado de desmadre en asentamientos. Ha habido un crecimiento enorme de los asentamientos, por diferentes motivos que no me voy a poner a analizar, hoy tenemos esa realidad. Por ejemplo, en los últimos ocho años apareció al lado de la Intendencia, al lado de los corralones municipales, un asentamiento que se inició con siete casas de Un Techo por mi País y hoy hay unas 1.500 familias, no se sabe.
EC —¿Ese es un problema que puede estar creciendo, incluso ahora con la baja en la industria de la construcción?
EA —Ahora, incluso tengo información de que en estos días se estaban haciendo ranchos en un par de lugares, en Punta Negra y en el Kennedy. Y tengo información que nos define una línea de trabajo. Vamos a aplicar el control de las áreas públicas y privadas utilizando la ley de usurpación, que es un instrumento que está ahí, que fue votado por unanimidad en el primer gobierno de Vázquez, en el primer gobierno del FA, y que prácticamente no se usó en Maldonado, lo que permitió este crecimiento explosivo.
Pongo un ejemplo. En ocho años, de 2007 a hoy, se instalaron 1.500 familias en un lugar donde no había ninguna, en condiciones muy feas para vivir. Y 1.500 familias por cuatro gurises son 6.000 gurises, o por tres gurises son 5.000 gurises criándose en condiciones de falta de reglas de juego y mucha precariedad. Eso es un búmeran que se vuelve contra la sociedad de Maldonado. Tenemos que encarar en todo el departamento una regularización. Para eso citamos a los diputados de los distintos partidos y los hemos comprometido a trabajar juntos en un plan de largo aliento, una política de Estado departamental que encare en serio. Porque hemos tenido una cantidad de problemas con la seguridad, con las relaciones de familia, ha habido casos tremendos en los últimos años, y no queremos que eso sea pan de todos los días.
EC —Alude a que en Maldonado últimamente está mostrándose especialmente grave el fenómeno de la violencia doméstica.
EA —Violencia doméstica y violencia de todo tipo, y rapiñas y motochorros. El gobierno se dio cuenta y mandó un jefe de Policía ahora a apretar. Estuvieron light estos últimos 10 años y Maldonado se escapó de las manos, había que reconstruir hasta la cadena de mando. Ahora está empezando a haber respuesta, que es lo que la gente de Maldonado quería.
EC —Alude al nombramiento de Herodes Ruiz como jefe de Policía.
EA —Sí, toda la comunidad está conforme y contenta en ese sentido. Pero antes en Maldonado la policía pedía documentos, para prevenir, porque es un departamento por donde circula mucha gente que uno no conoce y el anonimato permitía cualquier cosa. Viene gente de todos lados y de pronto aprovecha la temporada, también vienen organizaciones de otros países, como pasó el verano pasado. Y antes estaba la costumbre de pedir documento: “Che, ¿no estás haciendo nada?, ¿qué estás haciendo?, ¿dónde estás?”. Eso se suspendió, toda esa línea de prevención que funcionaba se suspendió, entonces en esa área hay que actuar.
Los asentamientos permitían escondites perfectos, la falta de control. Ahí hay que actuar, en ese sentido tuvimos un par de reuniones con todos los diputados y vamos a empezar un trabajo a fondo. Tenemos ya algunas cuantas líneas previstas para terminar con algunos asentamientos problemáticos, reordenar otros y transformarlos en barrios, sentándonos con los vecinos a definirlo. Algunos recursos vendrían del BID, y aparte buscaremos con inteligencia recursos que existen y que están subutilizados. Golpearemos en conjunto todos los partidos la puerta del gobierno nacional para encarar el tema.
Hay bastante experiencia de trabajo en esto, tenemos claro que es posible encararlo, es posible hacerlo, porque ya lo hicimos cuando nos tocó ser gobierno. Lo hicimos con mucho éxito, logramos 1.200, 1.300 soluciones en distintos asentamientos, algunos de cuajo. Pero perdimos el gobierno y fue una marcha atrás en varios casilleros, como en el juego de la oca, para atrás.
EC —Teniendo en cuenta lo que está ocurriendo con la caída de la actividad en la construcción, ¿tiene algún plan previsto para atacar ese fenómeno? Porque eso tiene impactos, retroalimenta varios de los inconvenientes de los que venía hablando.
EA —Sí, tenemos algún plan. Para los asentamientos ya tenemos un plan. Ayer mandé algunas medidas a la Junta Departamental para incentivar la construcción. Es algo pequeño, no es demasiado, pero es una señal que en una época nos dio mucho resultado. Ahora hay otros problemas adicionales, temas de costos, la dificultad de los argentinos para venir a invertir acá por todo el asunto de las transferencias de dinero y todo eso. Es una dificultad adicional que es real, la tenemos y ha sido uno de los elementos que determinan que hoy haya tantos desocupados en la construcción.
EC —Para usted, la causa está en el acuerdo de intercambio de información tributaria con Argentina.
EA —Seguro, la inversión se ha retirado de una manera alarmante. Va a haber que hacer muchos esfuerzos para retomarla. Estamos esperanzados en que con un cambio de gobierno en Argentina nos vuelva un poco, porque esto viene para atrás.
EC —¿Y usted qué instrumentos ha puesto en juego?
EA —Ayer mandamos un mensaje a la Junta para exonerar de todas las tasas de construcción a cualquier proyecto que se presente, exonerarlo de pagar contribución inmobiliaria por cinco años, lo vendan o no lo vendan, lo alquilen o no lo alquilen, porque queremos favorecer la inversión. No se cobrará la tasa de retorno por mayor valor, que en algunos edificios es de US$ 2, 3 millones. Mandamos un proyecto para recuperar US$ 8 o 9 millones de tasas de retorno por mayor valor que andan dando vueltas, que no se han cobrado, de inversiones ya hechas. Eso incentiva, esa plata va a ir a trabajar en el área social, en la regularización de asentamientos, en política de tierras. Y vamos a mandar un mensaje de regularización de construcciones en todo el departamento. Estamos trabajando con instrumentos de desgravación impositiva para ayudar, pero estamos en una coyuntura muy difícil que tiene que ver con lo internacional y con un país que está muy caro.
EC —Además las propias cuentas de la Intendencia, de las que hablábamos más temprano, no dan mucho margen para este tipo de incentivos.
EA —No, no dan mucho margen, pero no importa, el incentivo tiene que estar igual. Ya en aquella época de la crisis de 2002 dimos estos incentivos, no teníamos un peso, no teníamos plata para nada, pero igual. Esos incentivos motivaron una ola de inversiones, trajimos más de 20 proyectos que se concretaron todos y que después alentaron otros y vino el boom de la construcción de los años pasados. Hubo un grupo de gente que hizo punta a partir de incentivos que generamos y que gracias a Dios Maldonado aprovechó en los años siguientes.
EC —Y en cuanto a obra nueva, obra de la propia Intendencia, ¿cuál es el plan?
EA —No vamos a aventurar nada hasta no tener claro el panorama, porque lo peor que nos puede pasar es comprometernos a algo que no podemos.
Sí inversión en el tema seguridad, entre US$ 15 y 20 millones.
Tenemos mucha obra de mantenimiento. Vamos a tener que hacer una puesta a punto de todo, obras que están abandonadas, parques en los que va a haber que volver a invertir, pasarelas de madera a las que no se les hizo mantenimiento en años. Todo eso va a ser primera prioridad: puesta a punto del departamento.
Tenemos un montón de obras a encarar vinculadas al área de saneamiento y a las conexiones con el saneamiento, porque hay áreas de Maldonado que tienen saneamiento pero la gente no se conecta por los costos. Tenemos que hacer algún convenio con la OSE y con la UGD para que eso que ya está hecho se utilice 100 %, porque no está funcionando en esos términos. Hay áreas con solamente un 30 % de conexiones, está faltando un 70 %, y la obra de saneamiento costosa está hecha por ahí abajo.
Esas son tareas que nos quedan por delante. Cuando llegue el presupuesto vamos a plantear las prioridades de obras en todo el departamento.
Maldonado necesita una inversión nacional importante por el crecimiento que ha tenido en los últimos años. Hoy tiene más de 200.000 personas, creció en 50.000, 60.000 personas en los últimos años. Es el departamento con más jóvenes que tiene el país, y estamos atrasados en liceos, en UTU, en escuelas. Ahí tenemos que golpear la puerta del gobierno nacional.
En cuanto a lo municipal, en las zonas de asentamientos vamos a recuperar áreas. Cuando relocalicemos el asentamiento El Placer vamos a hacer ahí un proyecto de zona joven para aprovechar toda la costa del arroyo Maldonado y hacer un lugar para divertimento de los jóvenes. Es un problema grande que no tienen adónde ir, los echan de todos lados.
Vamos a seguir con las políticas de cordón cuneta y emprolijamiento de los barrios, mantenimiento de los barrios, forestaciones, plantaciones.
Estamos pensando en generar un museo vivo ambiental en el parque Lussich. Porque hoy el parque está ahí pero la gente no lo puede visitar, no hay un guía que explique lo que hay ahí en materia de especies.
Vamos a hacer un mantenimiento de cotas de playa en serio, pasarelas de madera, entradas a la playa, hay varios proyectos de ese tipo. Ya este año vamos a reconstruir paradores, se están haciendo los planos de dos paradores, hay uno que está terminado, vamos a licitarlos de vuelta.
También vamos a encarar la recuperación de las terminales de ómnibus. A la de Punta del Este se le está cayendo el techo, hace pocos días se le cayó una pared. Y no se le ocurra ir al baño, si al que viaja del Chuy a Montevideo se le ocurre bajar en la terminal de San Carlos para ir al baño quedamos muy mal parados los carolinos por el servicio que estamos brindando. Y así en todo el departamento.
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Transcripción: María Lila Ltaif