Transcripciones

Entrevista central, viernes 3 de julio: Rodrigo Goñi

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Entrevista con el diputado Rodrigo Goñi (PN).

Vea el video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Viernes 3 de julio, hora 8.00

EMILIANO COTELO:
La reforma de la Constitución se perfila como uno de los temas que generarán mayor fricción entre oficialismo y oposición en este quinquenio.

Una comisión especializada del Frente Amplio (FA) está trabajando en este tema desde principios de año, y ya han trascendido algunas propuestas para cambiar algunos conceptos básicos, por ejemplo el de propiedad privada.

El Partido Nacional (PN) reaccionó esta semana lanzando una campaña en contra de esta iniciativa, que incluirá una serie de charlas organizadas por la Fundación Casa de los Lamas.

¿En qué consisten estas actividades? Por otro lado, ¿en qué está el trabajo que viene realizando el FA?

Vamos a discutirlo conversando, primero con el diputado nacionalista Rodrigo Goñi, uno de los impulsores de esta campaña.

¿Por qué lanzan este movimiento en este momento?

RODRIGO GOÑI:
Con todos los problemas reales y urgentes que tenemos hoy en el país –basta escuchar las noticias, los titulares que ustedes recién comunicaban; el propio gobierno reconoce los problemas urgentes y muy reales–, consideramos que embarcarnos en una reforma constitucional, con todo lo que eso implica, es una irresponsabilidad casi imperdonable, que no estamos dispuestos a aceptar ni a admitir pasivamente.

Es una reforma que lejos de solucionar ninguno de los problemas que los titulares nos informaban y nos recordaban, nos aleja del foco, nos aleja de la realidad, nos agrega un problema. Porque, como usted recién planteaba al iniciar la nota, es siempre un tema de fricción, un tema de tener energías dedicadas a eso, cuando tanto el gobierno como la oposición hoy responsablemente no pueden hacer otra cosa que poner todas sus energías a resolver los problemas, mucho más cuando recién estamos iniciando un gobierno. Nos parece que es inadmisible, inoportuno, inconveniente y una irresponsabilidad embarcarnos en una reforma constitucional.

EC – ¿Para ustedes en el PN no hay nada en la Constitución que requiera una reforma? Pienso por ejemplo en el sistema electoral que tenemos, el que se implantó con la última reforma, la del año 1996, que todos los partidos han cuestionado por la cantidad de consultas a la población en un período de un año.

RG – Siempre hay cosas para mejorar en todos los órdenes de la vida. Pero siempre también hay un tema de prioridades y de urgencias. Un gobierno –y no solo el Poder Ejecutivo, sino el Poder Legislativo, que me toca integrar– tiene que dedicarse siempre a resolver lo más urgente, y en este caso también lo más importante. Porque tenemos en la agenda legislativa y en la agenda de gobierno temas que es de importancia fundamental que los que estamos gobernando nos dedicamos a ellos, la ciudadanía no va a entender nada. Si hoy nos despertamos con la noticia de que la famosa obra de Antel Arena se suspende, lo que nos está advirtiendo el gobierno –cosa que nosotros muchas veces denunciamos– es que la adversidad económica es una realidad. Embarcarnos en una reforma ahora es un tema de oportunidad, por supuesto que siempre hay cosas para mejorar.

EC – Otra visión que ha manifestado por ejemplo el senador Ernesto Agazzi es que el texto de la Constitución no está adaptado a una serie de cambios que han tenido lugar en el mundo en las últimas cinco décadas, por tomar un período.

RG – No; eso refleja una visión ideologizada, ingenua, irresponsable, pero sobre todo voluntarista, de que los problemas se arreglan con ideologías y con reformas de la Constitución. Ninguno de los problemas que usted comunicó en el informativo en los últimos 30 días se arregla con una reforma constitucional. Más aún, estaríamos agregando un problema a todos los que ya existen. No hay nada en la Constitución actual que nos impida resolver los problemas.

Si me dice que el tema del derecho de propiedad es un impedimento que nos está obstaculizando y frenando el desarrollo del país, eso ya sería una falacia y una broma de mal gusto del senador Agazzi. Reitero, ninguno de los problemas que tenemos hoy se resuelve con una reforma de la Constitución. Es una falacia, es una maniobra distractiva, una más de esas a las que lamentablemente nos acostumbró el expresidente Mujica durante los cinco años, siempre tirando temas de los que después él mismo se reía y decía que había tirado “bolazos”. Esto parece un bolazo más.

Y no solo distrae, sino que desconcierta a la ciudadanía, que por un lado advierte que hay problemas económicos, no solo porque lo dice el gobierno suspendiendo la obra de Antel, sino porque todos los días vemos pérdidas de puestos de trabajo, problemas de competitividad, empresas que cierran… Hoy se confirma que una empresa se va del país porque el país no es competitivo.

EC – Alude al cierre ya confirmado, sin vueltas, de la planta de Chery Socma.

RG – Sí, y hay otros que son mucho más dramáticos. Que dos industrias lácteas, la agroindustria, cierren por falta de competitividad es alarmante, porque si hay algo en lo que somos competitivos o siempre hemos sido o deberíamos ser los uruguayos es en la agroindustria. Entonces es una irresponsabilidad plantear que vamos a embarcarnos en una reforma constitucional, que vamos a gastar energías y decir, mucho peor, que los problemas están en la Constitución. Es una falacia que no podemos permitir.

Eso fue lo que llevó a crear un movimiento hace menos de un mes en la Fundación Casa de los Lamas, que tenía quizás en su origen otras prioridades, porque este tema de la reforma no estaba. Pero se generó un movimiento ciudadano que nos superó, que nos pidió a gritos por un lado que saliéramos a defender la Constitución, ante estos anuncios preocupantes, alarmantes, de altísimo riesgo, innecesarios, pero también que saliéramos a rechazar de plano y a tratar de evitar que la sociedad uruguaya, lejos de poner sus energías todos juntos, (se divida). Porque la Constitución siempre tiene como foco principal el congregar, entonces en un momento en que tenemos que congregarnos todos y aunar esfuerzos para estos problemas que hacen a la vida cotidiana de la gente, inventar la reforma constitucional… que quizás tenga motivaciones ocultas, y no podemos ocultarlo nosotros, […] compromisos con otras experiencias latinoamericanas de presentar ese tipo de reformas, en esa ola de reformas…

EC – ¿A qué está aludiendo con esa sospecha?

RG – Chávez empezó con una reforma constitucional y toqueteando el derecho de propiedad, por ejemplo, y mire cómo está Venezuela. Con la falacia de que el derecho de propiedad era el impedimento para la prosperidad de Venezuela. Hoy hay escasez, corrupción, autoritarismo, concentración de poder. Porque cuando usted toca un derecho fundamental toquetea todos los demás. Empieza por el derecho de propiedad, diciendo que se va a generar justicia, al minuto empieza a limitar los medios de prensa como sucedió en Venezuela, y a los cinco minutos ya empieza a limitar el derecho a la libertad y todos los demás derechos. Por supuesto podemos mirar otras muchas experiencias, pero la de Venezuela es la más actual, la que nos revienta los ojos, aunque el FA siga diciendo explícitamente que es el modelo a imitar y lo sigan apoyando, no lo estoy diciendo yo.

EC – No, no, esa no es una opinión que abarque a todo el FA. Hay sectores del FA que sí toman como referencia a Venezuela.

RG – Los sectores mayoritarios. Por ejemplo, en la bancada legislativa la mayoría de los legisladores del FA apoyan explícitamente el modelo de Venezuela. Es lo que yo veo en la Cámara todos los días. Además se hace explícito, “un modelo a seguir”. Y el modelo de Venezuela empezó con una reforma constitucional, empezó a “redefinir”, como se dice –es un eufemismo–, el derecho de propiedad, lo que termina afectando siempre a los más débiles. Se cree que limitando el derecho de propiedad se limita a los que más tienen, pero las evidencias nacionales e internacionales demuestran todos los días que los que más sufren son los que se quedan sin trabajo y los más pobres, que se quedan sin nada.

EC – Usted sostiene que un proceso de reforma constitucional es directamente inoportuno…

RG – Mucho más: inconveniente y de altísimo riesgo.

EC – … pero también tiene diferencias o preocupaciones con respecto a algunos de los puntos que se están considerando. Si vamos al fondo de la cosa, a las ideas que han estado circulando hasta ahora en esa comisión que ha formado el FA, ¿básicamente dónde están las discrepancias? Ya mencionó uno de los asuntos, las modificaciones al derecho de propiedad; ¿qué otros?

RG – Ese ya es suficiente para descartar y desestimar cualquier intento de reforma. Porque toca los derechos fundamentales, que son todo un bloque de derechos. Las reformas constitucionales en el mundo, en los países que quieren crecer y prosperar, siempre son para agregar derechos. ¿Por dónde va la evolución del mundo? Cada reforma constitucional agrega derechos. Acá se está proponiendo una reforma constitucional para limitar derechos. Los únicos modelos a copiar son el de Venezuela, el más concreto, y algunos latinoamericanos, que retroceden en los derechos con la falacia y el pretexto de aumentar derechos, cuando en realidad la práctica es que los limitan, y limitan todos los demás. Ese ya de por sí no podemos minimizarlo, es un derecho fundamental, y lo han anunciado el Partido Socialista y el Movimiento de Participación Popular, que son la mayoría del FA. Ya eso nos lleva a rechazar de plano y a desestimar y enfrentar ese intento reformista.

Pero también está el tema de la oportunidad, que no es un tema menor, solo de forma, sino que termina siendo un tema también de fondo. Porque es dónde nosotros como gobierno, como sociedad ponemos nuestra prioridad y nuestras energías. Reitero, una reforma constitucional siempre tiene que buscar congregar y dar más derechos. Esta reforma constitucional plantea dividir, está claro su intento de dividir, de poner buenos y malos, esos anuncios totalmente destemplados y fuera de lugar y de oportunidad buscan dividir a la sociedad uruguaya. Como usted mismo adelantó en esta nota, hay divisiones, y por supuesto que se generan enfrentamientos cuando se plantean este tipo de temas. Parece que se hiciera de gusto. Entonces nosotros no podemos aceptar embarcarnos.

Confío en que el gobierno –que parece tomar medidas para ejercer de una vez por todas la autoridad que le corresponde–, así como paró algunas obras que caprichosamente continuaban a pesar de que el Tribunal de Cuentas había dicho que no se podía, ordene a la fuerza política de gobierno y le diga que se dedique a trabajar, que se ocupe de las cosas que la sociedad uruguaya necesita y se deje de andar con discusiones ideológicas que a nada conducen. Más aún, empeoran las cosas.

EC – ¿Cómo va a ser la campaña que están preparando? ¿Qué tipo de actividades van a desarrollar?

RG – De todo. Ya tenemos un grupo de estudio trabajando, porque uno tiene que estar preparado, la primera consigna nuestra fue “nos preparamos para defender la Constitución”. En esa comisión hay desde un exministro de la Suprema Corte hasta ciudadanos de a pie, pasando por profesores de Derecho Constitucional y jóvenes liceales. Porque a pesar de que uno a veces no se da cuenta, por suerte el Uruguay tiene una conciencia colectiva constitucional, de valorar la Constitución, que ha sido lo que a lo largo de la historia, y también la historia reciente, nos ha defendido de todos los despotismos y de todos los intentos de desborde.

EC – Cuando dice que se van a preparar para defender la Constitución, ¿quiere decir que van a preparar argumentos en los distintos capítulos o temas que esa comisión del FA está considerando como posibles reformas?

RG – No solo argumentos; argumentos sí, en 60 días vamos a tener un documento que se va a llamar “Apuntes para eventual reforma constitucional”. Pero mucho más vamos a hacer movilizaciones. Hemos tenido miles y miles de llamados y de voluntarios para defender en la calle (esos derechos), si se concretaran estos intentos. Ojalá –y vamos a hacer todo lo posible– no sean más que intentos y no se concreten, no se intente embarcarnos en eso.

EC – Yo le preguntaba por ese asesoramiento jurídico que están conformando. ¿A efectos de qué es?

RG – Hay un grupo de expertos, reitero, desde un exministro de la Suprema Corte –que son los que en el fondo tuvieron la mayor experiencia ante todos los procesos de inconstitucionalidad que se plantearon en los últimos años– hasta profesores de la materia Derecho Constitucional, para analizar cada uno de estos puntos. Pero también hay ciudadanos de a pie que quieren defender en la calle los derechos que a los uruguayos tanto nos costó conseguir.

EC – Hablábamos de la Fundación Casa de los Lamas. ¿Es solo esa corriente del PN la que está en esta jugada, o es todo el partido? ¿Cómo están manejando eso?

RG – La Fundación tiene la suerte de estar integrada por dirigentes de todos los sectores. Por supuesto que no es una fundación partidaria, es una fundación que es uno de los canales del PN de mayor participación ciudadana en cuanto a que por supuesto el partido tiene otros instrumentos, tiene otras metodologías que exigen otro tipo de consultas. Nosotros como Fundación largamos desde que se inició este movimiento, y pretendemos aportar al partido, enriquecer la discusión pública. Ojalá el partido tome nuestros aportes, porque entendemos que la ciudadanía hoy no quiere que nos embarquemos en una reforma constitucional.

Vea el video de la entrevista

***

Trascripción: María Lila Ltaif

Comentarios

Noticias Relacionadas