Foto: Combatientes del régimen talibán se paran junto a un vehículo policial dañado a lo largo de la carretera en Kandahar el 13 de agosto de 2021. Crédito: AFP
Menos de un mes después de los atentados contra las Torres Gemelas en Nueva York, Estados Unidos lideraba una coalición occidental e invadía Afganistán.
El objetivo era encontrar al terrorista Osama Bin Laden y derrocar al gobierno que lo protegía, el régimen talibán.
20 años más tarde, ese movimiento fundamentalista islámico se apresta a recuperar el control del país.
Esto sucede escasos meses después de que Estados Unidos comenzara a retirar sus tropas de suelo afgano. La intención de la administración de Joe Biden es culminar la salida el 11 de setiembre, aniversario de los atentados en Manhattan.
En cuestión de días, el gobierno afgano ha perdido el control de la mayoría del país, y los insurgentes controlan casi la mitad de las capitales de las provincias.
Los talibanes tomaron ayer la ciudad de Herat, tercera en importancia en Afganistán. Muy cerca estaba de caer la segunda ciudad, Kandahar. Son los mayores éxitos de lo que vienen siendo una ofensiva vertiginosa: en apenas una semana, se hicieron con el control de 11 de las 34 capitales provinciales.
Se calcula que en cuestión de días la capital, Kabul, caerá en sus manos.
En el último mes murieron unos 180 civiles, y unas 360 mil personas fueron desplazadas de sus hogares.
¿Cómo se explica este desenlace luego de dos décadas de guerra? ¿Qué puede significar para la realidad en esa parte del mundo?
Lo conversamos esta mañana con dos de nuestros analistas internacionales de cabecera: Gustavo Calvo, conductor de La Hora Global, y Susana Mangana, profesora de estudios árabes e islámicos.
