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EMILIANO COTELO(EC): La Reserva Federal de Estados Unidos dispuso ayer un ajuste de su tasa de interés de referencia de 25 puntos básicos. Se trata de un primer movimiento tendiente a ir “normalizando” la política monetaria luego de la pandemia y se espera que sea seguido, en los próximos meses, de ajustes adicionales.
Siendo la Fed el banco central de la principal economía del mundo y siendo su tasa de política monetaria una referencia clave para la evolución de muchas variables financieras a nivel global, nos pareció relevante detenernos en este hito de ayer y en cómo está planteado el escenario para los próximos meses. Para ello estamos en contacto con Mathías Consolandich, de la firma Exante.
MATHÍAS CONSOLANDICH (MC)– La tasa de la Reserva Federal, de la Fed, es una tasa que hace referencia al costo del dinero en Estados Unidos, y al igual que la tasa de política monetaria en Uruguay, es una tasa de muy corto plazo, para operaciones a un día. Sin embargo, esa tasa y las expectativas de hacia dónde va a ir en adelante son elementos claves en la formación de todas las tasas de interés en dólares (las de plazos cortos y también las que usan los bancos para prestar a plazos más largos).
Si sube la tasa de interés, se encarece el crédito... eso pasa en Estados Unidos, pero siendo Estados Unidos la principal economía mundial, las tasas de referencia en ese país son también una referencia para otros países… incluso para Uruguay. Al fin y al cabo, los bancos siempre tienen la posibilidad de colocar sus excedentes de caja en alternativas líquidas en el resto del mundo, y por eso las tasas internacionales siempre son un determinante en el precio que le ponen al crédito.
Además, la tasa de la Fed también es un termómetro de las condiciones de liquidez global y, como tal, es relevante para la formación de precios de los commodities, para la evolución de las paridades cambiarias y para varias otras dimensiones que hacen al contexto económico externo que enfrenta Uruguay.
De allí la importancia de esta decisión de ayer, porque es la primera en la que la Fed efectivamente se pone a recorrer un camino para ir dejado atrás la política ultra expansiva que tuvo en los últimos dos años.
Romina Andrioli (RA) De todas formas, la decisión de ayer de la Reserva Federal no fue una sorpresa… Este ajuste era algo largamente esperado, ¿verdad?
MC – Sí, de un tiempo a esta parte muchísimos bancos centrales (con la Fed a la cabeza) vienen haciendo un fuerte énfasis en lo que se llama “forward guidance”. Esto es irle anticipando con tiempo al mercado lo que piensan hacer en el futuro. El objetivo de esa estrategia es ir operando de a poco sobre las expectativas y no generar sobresaltos en el mercado.
La Fed ya venía hace un tiempo modificando los textos de sus comunicados para dar “pistas” de que este primer movimiento de tasas estaba cerca… Y en el primer comunicado de enero hizo bastante explícito lo que probablemente iba a suceder ahora en marzo.
Si mirábamos los contratos a futuro, que de alguna forma recogen las expectativas de mercado sobre lo que iba a hacer la Fed, también lo venían descontando hace tiempo. Así que no, definitivamente no fue una sorpresa el ajuste de ayer… pero eso no quita que sea un hito importante.
RA – Según se explicó en el comunicado oficial de ayer, el gran motivo de este cambio es el contexto de más inflación. Ahora, dado que en Estados Unidos la inflación subió en febrero al nivel más alto en cuarenta años, ¿cómo debe interpretarse un ajuste de solo 25 pbs a la tasa de interés?
MC – Es cierto, la inflación en Estados Unidos está en niveles muy altos para los parámetros que estamos acostumbrados. En febrero la inflación alcanzó 7,9% anual. Recordemos que el objetivo de la Fed es de una inflación que en promedio se ubique en 2% anual. Pero el camino que eligió la Reserva Federal para ajustar la política monetaria y combatir este escenario de alta inflación es de gradualidad.
Eso no quita que tendremos más ajustes de tasas, como adelantaba Emiliano al inicio. La Fed está diciendo explícitamente al mercado que llevará la tasa a 1,9% a fin de año y a 2,8% a fin de 2023. Si miramos los futuros, los mercados están descontando un escenario muy similar.
En cualquier caso son tasas aún bajas si uno las mira en relación a los niveles de inflación, pero lo que la Fed está marcando igual va a ser un cambio relevante respecto a las condiciones financieras que tuvimos en los últimos dos años, con la tasa de interés en torno a 0%.
RA – ¿Y cómo juega la guerra en Ucrania en las decisiones de los bancos centrales? ¿No vamos a estar viendo más inflación en el mundo por la suba de los precios de los alimentos y en el costo de la energía?
MC – Sin duda que la suba en los precios de las materias primas genera más inflación y complejiza un escenario que como decíamos recién ya venía siendo muy desafiante en muchas economías. La Fed ayer revisó su pronóstico de inflación en Estados Unidos de 2,6% a 4,3% para el promedio del año.
Un contexto de mayor inflación tensiona la decisión de los bancos centrales sobre la velocidad con la que deberían ajustar la política monetaria. ¿Por qué digo eso? Porque por un lado tendremos más inflación, pero por otro lado esa mayor inflación probablemente hará caer el ingreso de los hogares (porque los salarios van a ir “de atrás”) y eso puede impactar negativamente en el consumo y en la actividad. De hecho, ayer la Fed corrigió las proyecciones de crecimiento del PIB en Estados Unidos de 4% a 2,8% para este año.
La Fed tiene que balancear esos dos riesgos. Si piensa que el riesgo de recesión se agrava, bajará el ritmo de ajuste de tasa. Si piensa que el riesgo de que la inflación se salga de control se agrava, deberá acelerar. Hoy este segundo riesgo está apareciendo como cada vez más importante… De allí que haya muchas voces que sostienen que la Fed debería ir más rápido en su proceso de ajuste de tasas de lo que piensa el mercado actualmente.
RA – ¿Cómo fueron las reacciones de los mercados al anuncio de ayer? ¿Se vieron ajustes relevantes en las variables financieras?
MC – La verdad que estamos en semanas de mucha volatilidad en los mercados financieros. La incertidumbre relacionada con la guerra en Ucrania, noticias como las de China de una fuerte suba en los casos de COVID y medidas restrictivas para contener los contagios, el petróleo llegando a US$ 130 por barril el martes pasado pero cayendo por debajo de los US$ 100 por barril ayer… son muchos elementos que hacen difícil aislar el efecto de la reunión de la Fed en los mercados.
De todas maneras, ayer por ejemplo las bolsas de Estados Unidos cerraron con ganancias mayores a 2% y la tasa de los bonos estadounidenses a 10 años tendió a subir, ubicándose en 2,2% anual sobre el final del día.
RA – Para ir cerrando Mathías, desde la perspectiva de Uruguay ¿qué deberíamos esperar de un escenario con la Fed subiendo la tasa de interés?
MC – Mientras la suba de tasas en Estados Unidos sea gradual y no modifique o no genere mayores turbulencias en los mercados financieros no deberíamos ver un cambio drástico. Uruguay tiene condiciones muy buenas de acceso al financiamiento externo, el riesgo país está en 125 puntos que es un nivel bajo desde una perspectiva histórica... Por otro lado, el ajuste monetario como está planteado no debería generar un cambio significativo en la liquidez internacional, que se vaya a traducir – por ejemplo – en una dificultad para el mantenimiento de buenos precios de los commodities a nivel global.
De todos modos, en el margen este escenario de incremento de tasas en Estados Unidos seguramente irá pautando un encarecimiento del crédito para las empresas y también para el gobierno.
Eso va a suceder, pero el riesgo está en la velocidad. Si la inflación en Estados Unidos se estaciona en niveles altos o incluso sube, la Fed deberá desplegar un plan más agresivo u eso tiene el potencial de complicar el escenario financiero internacional. Más allá de que la guerra hoy domina buena parte de los titulares en materia económica en el mundo, lo que haga la Fed es un elemento realmente importante para la configuración del escenario externo de nuestro país.