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La economía argentina: Balance de los primeros seis meses del nuevo Gobierno

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El pasado 10 de junio se cumplieron seis meses de la asunción de Mauricio Macri como presidente de Argentina. Se trata de un Gobierno que supuso un quiebre importante con los 12 años de kirchnerismo. ¿Cuáles son los principales logros y qué temas están aún pendientes? Análisis del economista Javier Glejberman de la consultora Deloitte.

Análisis económico
Jueves 23.06.2016

Este mes se cumplieron seis meses de la asunción de Mauricio Macri como presidente de Argentina. Se trata de un Gobierno que supuso un quiebre importante con los 12 años previos de kirchnerismo.

Vamos a hacer un balance de la administración de Macri en materia económica: ¿Cuáles son los principales logros y qué temas están aún pendientes? Enseguida, les proponemos conversar con el economista Javier Glejberman de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA) —Javier, te propongo comenzar con un balance general de estos primeros seis meses de Macri en términos macroeconómicos: ¿Cómo están viendo ustedes a Argentina?

JAVIER GLEJBERMAN (JG) —A nuestro juicio el balance de los primeros seis meses del nuevo Gobierno es relativamente bueno, dada la magnitud de los desequilibrios que enfrentaba al asumir… Sin dudas que aún restan muchas cosas por resolver y que algunas de las medidas que se han tomado (como los incrementos tan fuertes de las tarifas públicas) son poco amigables para la población en general, pero a nuestro juicio esas medidas eran muy necesarias para ir “ordenando” la macro… El otro punto a favor es que el Gobierno cuenta por ahora con mucha credibilidad, lo que es clave cuando se avanza con tantos cambios, porque eso da mayor margen para ir haciendo los ajustes.

RA —Javier, ¿podés ampliar un poco más y contarnos concretamente qué aspectos evalúan como positivos y cuáles son los puntos negativos?

JG —Del lado positivo está la eliminación del cepo cambiario y de muchas de las restricciones que había en Argentina para acceder a monedas extranjeras… Cuando en diciembre, antes que asumiera Macri, se especulaba con la eliminación del cepo, la sensación que primaba en el mercado era la preocupación acerca de a cuánto se podría disparar el dólar… Pero la verdad que el diseño de la salida del cepo fue muy robusto y el dólar no tuvo cambios demasiado abruptos una vez que alcanzó la referencia de mercado… De hecho, prácticamente nadie pensaba hace seis meses que el Banco Central de Argentina estaría comprando dólares como lo está haciendo ahora.

Otro hito clave fue el arreglo con los holdouts, que permitió cerrar definitivamente esa página y posibilitó además que Argentina volviera a emitir deuda en los mercados internacionales. Recordemos que en abril el Gobierno colocó de manera exitosa bonos por un monto de US$ 16.500 millones con tasas de interés de entre 7 % y 8 %, más que razonables teniendo en cuenta la situación de Argentina… Esto es algo muy importante para la gestión macro, porque Argentina tiene necesidades de financiamiento muy importantes, porque como hemos comentado en otras oportunidades mantiene un déficit fiscal muy elevado y ya no hay margen para financiar ese déficit con reservas ni con emisión si al mismo tiempo se pretende bajar la inflación.

RA —Justamente por el tema fiscal te quería preguntar: ¿Qué medidas se han tomado en esa dimensión? ¿Cuál es el balance allí?

JG —Es un punto clave, sin dudas. De hecho, el ajuste de las cuentas públicas fue un tema de debate muy intenso en la campaña política e incluso con posturas distintas al interior de los asesores de Macri… Se debatía si el ajuste tenía que ser de shock o si se tenía que avanzar de forma gradual, que es el camino que se ha seguido en los hechos… Hasta el momento, la medida más importante de ajuste en el frente fiscal fue el recorte de subsidios hacia sectores como el transporte y la energía… Eso le permitirá ahorrar al Gobierno dos puntos del PBI aproximadamente por año y también es una buena señal hacia los inversores, en la medida en que supone actualizar precios de los servicios públicos que estaban muy rezagados y que desalentaban nuevas inversiones.

Pero al mismo tiempo el Gobierno de Macri también eliminó las retenciones a la mayoría de las exportaciones del agro y aumentó el monto mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, lo que significa sacrificar ingresos… Y más recientemente se envió un proyecto de ley para saldar deudas que la ANSES mantiene con un grupo de jubilados, lo que le costaría al Gobierno un punto del PBI por año.

Por lo tanto, si bien se tomaron algunas medidas que intentan levantar distorsiones impuestas en Gobiernos anteriores, la verdad es que en términos de números, la situación fiscal no ha cambiado prácticamente nada y por tanto sigue siendo muy mala.

RA —¿Podemos repasar los principales números? ¿En cuánto está el déficit fiscal actualmente?

JG —En 2015, el último año de Gobierno de Cristina Fernández, el gasto público creció a un ritmo de 35 % anual… Si vamos a los datos disponibles del 2016 (que llegan hasta mayo), se ve una desaceleración, porque el gasto subió 25 % en lo que va del año… Sin embargo, ese menor ritmo de aumento del gasto esconde algunas particularidades… Por ejemplo, el Gobierno está revisando contratos de obra pública que se habían definido en la administración anterior y como la contabilidad del Gobierno es base caja, eso deriva en menor gasto… Por lo tanto, ese menor ritmo de aumento de los últimos meses no necesariamente refleja una moderación genuina del gasto, sino que esconde en algunas partidas un freno probablemente temporal.

Y por otro lado, los ingresos se están desacelerando… En 2015 aumentaron 28 % y en lo que va de 2016 subieron 23 %… Por lo tanto, a nivel fiscal no hay prácticamente ninguna mejora y el déficit del sector público continúa en torno de 7 % del PBI… Si bien el elemento positivo ahora es que hay financiamiento y que el Gobierno tiene mayor credibilidad, a nuestro juicio más tarde o más temprano el mercado va a exigir ajustes concretos de las cuentas públicas.

RA —Javier, otra “herencia complicada” es la inflación. Durante la campaña Macri prometió bajar la inflación y cuando se presentaron las metas macroeconómicas, el Ministro Prat Gay proyectó una inflación de 25 % para este año. ¿Qué resultados hay en ese frente?

JG —La visión general que prevalece entre los analistas es que esa meta de 25 % no se va a cumplir y las estimaciones apuntan a una cifra más cercana a 35 % este año… A nivel monetario se están haciendo esfuerzos importantes por contener la inflación, porque el Banco Central está manteniendo tasas de interés altas en las licitaciones de letras… Pero el ajuste de las tarifas públicas tuvo un impacto muy fuerte en la inflación (recordemos por ejemplo que en el caso de la tarifa de electricidad se observaron ajustes de hasta 500 % en Buenos Aires)… Por lo tanto, la inflación, lejos de ceder, continuó aumentando en lo que va de este año… De acuerdo al IPC Congreso (que es un promedio de varias mediciones privadas), la inflación llegó en mayo a 43 % anual… De todos modos, como decía recién, las expectativas sí reflejan credibilidad en el compromiso de las autoridades por bajar la inflación en los próximos años.

RA —Javier, para ir terminando. ¿Cómo viene evolucionando la actividad económica en este contexto y cuáles son las perspectivas?

JG —La actividad económica viene cayendo en los últimos meses y acumula una contracción interanual de más o menos 1 % en el primer cuatrimestre, con caídas bastante generalizadas a nivel sectorial… En alguna medida esto era algo esperable dado los ajustes que el Gobierno de Macri debió encarar en los primeros meses de gestión.

Si bien aún hay alguna incertidumbre, en general la expectativa es que la economía repuntará en el segundo semestre, aunque eso dependerá mucho de cuándo y en cuánto se reactive la obra pública y de cuánta inversión llegue a través del blanqueo de capitales y de fondos del exterior en general… En términos de proyecciones los analistas apuntan a un crecimiento nulo o inclusive una leve caída para este año, pero esperan una reactivación más importante para el año que viene (de entre 2 % y 3 %).

A nuestro juicio, para que eso suceda es clave que el dólar retome una trayectoria alcista… Con el dólar de hoy (a $ 14,30) y la inflación por arriba de 40 %, ya se borró la mitad de la mejora de competitividad que generó la devaluación de fines de 2015… Y el otro punto importante es que la gestión macro continúe avanzando en la corrección de desequilibrios (sobre todo en el frente fiscal y de inflación)… Con estos elementos, Argentina podría lograr un mayor crecimiento exportador y también una reactivación del consumo y de la inversión privada en los próximos años.

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Foto en Home: Mauricio Macri durante una conferencia de prensa en Buenos Aires, 23 de noviembre, 2015. Crédito: Juan Mabromata/AFP Photo.

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