Foto: AFP
En Argentina tuvo lugar ayer la primera protesta sindical en las calles contra el ajuste económico y las reformas que impulsa el gobierno de Javier Milei, con un paro general y concentraciones que reunieron a decenas de miles de personas en todo el país bajo el lema "La patria no se vende".
La movilización fue organizada por la Confederación General de Trabajadores (CGT), la mayor central sindical de Argentina, de orientación peronista, y tuvo el apoyo de la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA), la segunda central sindical en tamaño. Luego se sumaron organizaciones barriales y de defensa de los derechos humanos, como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo.
El foco de la protesta era el rechazo a los cambios por decreto del régimen laboral que impulsa Milei, que limitan el derecho de huelga y afectan la financiación de los gremios.
Milei, que lleva solo 45 días en el gobierno, ha presentado dos grandes proyectos de reforma: un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que espera confirmación parlamentaria o judicial, y una llamada "ley ómnibus" que se está discutiendo en el Congreso. Ambos paquetes suman más de mil medidas que incluyen una reforma laboral, derogación de regulaciones a los alquileres, privatizaciones de organismos públicos y recorte de fondos en instituciones del Estado vinculadas a la cultura y la ciencia, entre otros puntos.
En las manifestaciones pudieron verse carteles que decían: "No a la motosierra", "No al apagón cultural" y "Ciencia o terraplanismo".
Al menos 80.000 personas se congregaron en Buenos Aires, según datos de la policía, aunque las autoridades discrepan. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, escribió en la red X que la marcha reunió a 40.000 personas y la consideró "un fracaso total", mientras el vocero de la CGT, Jorge Sola, informó a la agencia AFP que participaron 500.000 personas en la capital y 1,5 millones en todo el país.
En el acto central de la protesta frente al Congreso, el sindicalista Pablo Moyano hizo alusión a un comentario de Milei, quien dijo que si la inflación en enero resultaba menor al 30%, había que "sacar a pasear en andas" al ministro de Economía, Luis Caputo.
“Si llevan (adelante) estas medidas económicas de hambre, de ajuste, de despidos, los trabajadores, los jubilados y los más humildes lo van a llevar en andas al ministro, pero para tirarlo al Riachuelo”.
Caputo respondió escribiendo en la red social X que esperaba que "la justicia tome cartas en el asunto" por el comentario del sindicalista. En tanto, la ministra Bullrich, calificó a los organizadores de la protesta de "sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza".
En la céntrica Avenida 9 de Julio, se vivieron algunas escenas de tensión cuando la policía buscaba liberar los carriles al tránsito aplicando un nuevo y polémico protocolo que regula las protestas. La cantidad de manifestantes desbordó los controles pese a que la Policía cortó el principal acceso sur a la capital.
Conversamos En Perspectiva con Fernando Gutiérrez, corresponsal en Buenos Aires.