La respuesta a la violencia de género abarca varios niveles, desde campañas de concientización a la aprobación de leyes, al armado de los juzgados especializados y al trabajo policial, entre otras aristas.
Quizás uno de los últimos mojones que existen en ese camino son los centros de acogida para mujeres y niños, niñas y adolescentes víctimas de este tipo de violencia.
De los que hay en nuestro país, dependientes del INAU y del Mides, solo uno tiene las características de máxima seguridad: la llamada Casa de Breve Estadía.
Es un hogar cerrado, del que las mujeres y menores de edad no pueden salir mientras se les brinda asistencia psicológica y otra clase de apoyos.
¿Cómo funciona un centro como este? ¿Cómo trabajan con las víctimas? ¿En qué estado llegan y de qué depende que puedan irse?
Para conocer de cerca la Casa de Breve Estadía recibimos a dos integrantes de la organización civil que la administra: uno de sus coordinadores, Pablo Mateos, y la trabajadora social Triana Morales.