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El estallido social de 2019 en Chile desembocó en un proceso dirigido a sustituir la Constitución del país, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.
Desde entonces, el camino se ha vuelto bastante complicado.
La elección de la primera Convención Constitucional, en 2021, mostró una derrota para las coaliciones históricas y un triunfo de militantes surgidos de los movimientos sociales.
Una mayoría de tendencia izquierdista que redactó un proyecto que proponía cambios importantes, como el reemplazo del Senado por un cuerpo legislativo de menor poder, o el establecimiento de una Justicia indígena, y que fue ampliamente rechazado en 2022.
El presidente Gabriel Boric, muy asociado a este intento constituyente, aceptó el fracaso y acordó rápidamente con los opositores el comienzo de un nuevo proceso que sería un poco diferente: el proyecto se redactaría primero por una comisión de expertos y pasaría luego sí a un asamblea constituyente electa en forma democrática.
Así se llega a las elecciones del domingo pasado, donde el péndulo se fue para el otro lado y el triunfo claro fue de la derecha, con una mayoría para la extrema derecha del Partido Republicano, liderado por el excandidato presidencial José Antonio Kast. Un partido que desde el primer momento se opuso a reformar la Constitución.
¿Por qué Chile pasa de un extremo al otro? ¿Qué puede pasar con este nuevo proceso constituyente?
Conversamos En Perspectiva con el periodista Ascanio Cavallo.