Este episodio fue emitido originalmente el 22/09/2021
Seguimos con el repaso veraniego de autores que participaron en 2021 en nuestro ciclo #ArteUyEnPerspectiva.
Presenta: BMW
Este mediodía conversamos con Joaquín Lalanne, protagonista de la semana en nuestro ciclo ArteUyEnPerspectiva, que en estos días está exponiendo en nuestro estudio "Maternidad After Pop"
Joaquín Lalanne (1989) nació en Buenos Aires y creció en Uruguay. Se crió en el campo, rodeado de animales y de una interminable llanura.
De adolescente entró en contacto con un orfebre que trabajaba con oro y plata. Se llamaba Francisco Solari.
En el taller, halló en la biblioteca un libro de Picasso y luego otro de Gauguin: "Al recorrer sus páginas sentí un pálpito muy fuerte, una atracción casi divina hacia el mundo que descubría en aquellas imágenes".
Esa fue su puerta de entrada a la pintura, y de allí se dirigió al taller del pintor uruguayo Miguel Herrera. Con él dio sus primeros pasos.
Al mismo tiempo, inició su formación con el dibujante Álvaro Amengual. A los 17 años ya no contemplaba ningún futuro alternativo en el que no fuera pintor.
Comenzó a tomar clases con Clever Lara y también asistió a clases con el dibujante Oscar Larroca. En esos primeros años, a través de Miguel Herrera, conoció a Ignacio Iturria, que luego lo llevaría a Europa a vivir y aprender "lo que significa ser pintor".
En el año 2009 se postuló a la beca "Antonio Gala", que lo llevaría a Córdoba, España, a una estancia de nueve meses pintando en un convento del siglo XV.
En el 2011 debutó con una exposición en Ciudad Real, y a los meses tuvo su primera exposición individual en Cadaqués.
Desde ese momento se sucedieron muestras individuales, exposiciones colectivas y participaciones en ferias de arte en ciudades como Londres, Madrid, San Francisco, Hamburgo, Miami, Córdoba, Montevideo, Punta del Este, Barcelona y Cadaqués…
“Nunca pensé que fuera a hacer otra cosa que no fuera pintor. Cuando vi un cuadro de Gauguin que resolvía un brazo de un aborigen de Tahití con solo dos tonos, pensé que ese mundo de posibilidades infinitas era lo más parecido a la libertad que se podía tener”.