Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS
La elevación de los niveles aceptados de salinidad, cloruros y luego trihalometanos en el agua de OSE tuvo como primer impacto el sabor. Pero se van agregando otros efectos.
Uno de ellos es la corrosión de algunos electrodomésticos.
Uno puede usar agua embotellada para calentar para el café o el mate en la jarra eléctrica, pero no para alimentar un calefón.
Y vienen en aumento los casos de calefones rotos. Un relevamiento reciente realizado por el diario El Observador encontró que las empresas de service de reparación habían visto un crecimiento “muy rápido” en la demanda de servicios a domicilio.
A raíz de todo este fenómeno, la Universidad de la República realizó en los días pasados un seminario sobre la situación actual del agua de OSE, que incluyó a las consecuencias en los calefones.
Nos detenemos en ese punto, y para eso conversamos En Perspectiva con el docente a cargo de esa exposición, Mauricio Ohanian, profesor en el Instituto de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería, quien brinda el curso de Control de la Corrosión.
