¿Entrará en guerra la administración de Trump, que acaba de lanzar su campaña por la reelección? Análisis del escritor y periodista Gerardo Stawsky desde Los Ángeles, California
El viernes, Donald Trump declaró en Twitter que había cancelado a último momento un ataque contra Irán. El mundo estuvo así a solo diez minutos, según el presidente de EEUU, de un nuevo conflicto bélico en Oriente Medio.
Las tensiones en la zona vienen en franco crecimiento desde hace unas dos semanas, cuando dos buques petroleros fueron atacados en el Estrecho de Ormuz, que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán.
Ambos barcos quedaron en llamas y las causas de las explosiones todavía no están claras. Expertos declararon a la AFP que lo más probable es que se hayan colocado minas en el casco de los barcos. La tripulación de uno de los buques, de bandera japonesa, aseguró que un dron, aparentemente de reconocimiento, sobrevoló la nave antes de la explosión.
Si bien nadie se hizo responsable por el ataque contra los petroleros, los gobiernos saudí, estadounidense y británico señalaron como culpable a Irán, que rechazó cualquier participación en los hechos.
"No queremos una guerra en la región”, dijo el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán. “Pero no dudaremos en enfrentar cualquier amenaza a nuestro pueblo, nuestra soberanía, nuestra integridad territorial y nuestros intereses vitales".
La situación no se calmó a pesar de las amenazas. La semana pasada, la Guardia Revolucionaria iraní destruyó un dron estadounidense, y aseguró que la nave no tripulada había sobrevolado su espacio aéreo. Según el Gobierno de la república islámica, habría pruebas irrefutables de esa violación de la normativa entre los dos países. Sin embargo, la administración Trump desmintió esas versiones y la tensión vivió una nueva escalada.
Así se llegó a la decisión de atacar, abortada por Donald Trump.
"Estábamos en posición y listos para responder anoche en tres sitios diferentes cuando pregunté cuántos iban a morir", escribió el presidente. "150 personas, señor, fue la respuesta de un general. 10 minutos antes del ataque, lo detuve, era desproporcionado en comparación con derribar un avión no tripulado".
El presidente estadounidense aseguró que no deseaba la guerra con Irán, pero que si llegaba a ocurrir provocaría "una destrucción como nunca antes se ha visto".
Teherán dijo por su parte que "disparar una bala contra Irán prenderá fuego a intereses estadounidenses y de sus aliados" en la región.
Para ubicar, por las aguas del Estrecho de Ormuz circula un tercio del tráfico petrolero del planeta. Separa por escasos kilómetros las costas de la península arábiga y de Irán, dos zonas enfrentadas en una lucha de poder con raíces económicas y religiosas.
Recordemos que los principales aliados de EEUU en esta conflictiva zona del mundo son Arabia Saudita e Israel, dos enemigos acérrimos del régimen iraní.
Las relaciones entre EEUU e Irán se venían tensando desde el año pasado, cuando el Gobierno de Donald Trump resolvió salir del pacto que Barack Obama había cerrado con la nación islamista en 2015. Este acuerdo pretendía evitar que Irán desarrollara armas nucleares, pero según Trump era demasiado benévolo.
Esta mañana, En Perspectiva profundizó en esta crisis desde el punto de vista estadounidense junto con Gerardo Stawsky, escritor, profesor y periodista uruguayo radicado en Los Ángeles, California.
Foto: Barco iraní aparentemente intenta contener el fuego de uno de los buques petroleros atacados. Crédito: TASNIM NEWS / AFP