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¿Cuáles son las claves de los anuncios fiscales que hizo ayer Astori?

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En la tarde de ayer el ministro de Economía, Danilo Astori, dio una conferencia de prensa en la que precisó las definiciones sobre las cuales se está preparando la próxima Rendición de Cuentas. En el Análisis económico les proponemos recorrer más detenidamente los anuncios con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Análisis económico
Martes 24.05.2016, 7.45 hs.

En la tarde de ayer el ministro Astori dio una conferencia de prensa en la que precisó las definiciones sobre las cuales se está preparando la próxima rendición de cuentas.

Algunos de los titulares los informamos más temprano, en el resumen de noticias, pero ahora les proponemos recorrer más detenidamente los anuncios. Lo haremos en diálogo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA) —Tamara, te propongo comenzar por una breve síntesis del paquete de medidas. ¿Cuáles son sus principales componentes? ¿Cuál es el impacto que se busca lograr en materia de reducción del déficit?

TAMARA SCHANDY (TS) —Astori señaló ayer que se trata de un conjunto de medidas que deberían generar un ahorro de unos US$ 500 millones. Eso equivale más o menos a 1 % del PBI. Son medidas que apuntan al presupuesto 2017, aunque algunas trascienden también ese horizonte.

En términos muy generales, un primer elemento a destacar es que el paquete tiene ajustes en términos del gasto público (algunos permanentes, otros que son una postergación hasta el 2018), pero tiene otra “pata” en el aumento de los ingresos fiscales. Todavía no se hizo pública una cuantificación muy precisa de qué impacto tiene cada una de las medidas que se pretende implementar individualmente, pero en grandes líneas Astori señaló que de los US$ 500 millones de ajuste, US$ 150 millones van por menor gasto y US$ 350 millones por impuestos.

RA —Algo adelantamos más temprano en el programa, pero ¿podemos repasar qué impuestos se modifican?

TS —Claro. Hay varias disposiciones. Algunas involucran los impuestos que pagan las personas y otras los impuestos que pagan las empresas. A riesgo de sobre simplificar, diría que las más relevantes son las siguientes.

Por un lado y en la línea de lo que había trascendido en los últimos días, se incrementan las tasas del IRPF a partir de la tercera franja de ingresos. Como es sabido, el IRPF se paga por franjas. Hay un monto mínimo no imponible y luego se van aplicando tasas crecientes, comenzando en 10 % y siendo la más alta (hasta ahora) una de 30 %.

El cambio es a partir de la tercera franja. En las franjas tres y cuatro los aumentos son de tres puntos porcentuales y a partir de la quinta franja las tasas aumentan 4 puntos porcentuales. O sea que la tasa máxima ahora pasa a ser de 34 %.

También se modifica el IASS, con una lógica similar: suben 3 y 4 puntos porcentuales las dos franjas más altas (de las 4 franjas que hay en ese impuesto).

RA —¿Y qué pasa con los impuestos que pagan las empresas?

TS —Allí hay diferentes mecanismos, incluyendo cambios en la forma en que se pueden deducir algunos gastos y las pérdidas fiscales de ejercicios anteriores, así como también el hecho de que se va a gravar al 7 % a los dividendos no distribuidos de ejercicios pasados (anteriores a los últimos tres años).

Por otro lado y recorriendo todos los anuncios, Astori indicó  que se bajará en 2 puntos porcentuales el IVA para pagos con tarjetas de débito y dinero electrónico.

De todas formas y como decía antes, el efecto que prima en los cambios tributarios es el de más impuestos… con un efecto neto de unos US$ 350 millones adicionales de recaudación según indicó Astori ayer.

RA —Estos ajustes han generado bastante polémica, sobre todo porque se apartan de lo que había sido una de las promesas electorales de este Gobierno. Ahora, por otro lado se argumenta que eran “inevitables”… Ustedes mismos habían comentado otras veces en este espacio que debía haber un ajuste en materia de política fiscal. ¿Por qué?

TS —El déficit fiscal está arriba de 3,5 % del PIB y el propio equipo económico ha indicado que sin medidas seguiría subiendo… A nuestro juicio, en las condiciones actuales no debería ser para nada sorprendente ver al déficit ir a niveles de 4 % del PIB… Y ese nivel de desequilibrio fiscal no es sostenible, por lo que significa en términos de la trayectoria de la deuda pública.

Ahora, si eso había que abordarlo por la vía de una restricción del gasto o de mayores impuestos es otra cuestión… Y allí entran en la discusión elementos que tienen que ver más con las preferencias ideológicas de cada uno… lo que era inevitable era atender el desequilibrio fiscal… De hecho, en el último mes dos de las principales calificadoras de deuda habían dejado entrever que sin ajustes era bastante probable que Uruguay perdiera el investment grade.

Otra forma de ver esa misma discusión es que una mayor carga tributaria era de algún modo “inevitable” para sostener la expansión del gasto que se fue observando en los últimos años.

RA —¿Cómo es eso, Tamara?

TS —Me refiero  a que uno puede sostener que la política fiscal en la última década fue muy expansiva, que fue procíclica en años de bonanza… Pero en definitiva, Romina, el nivel de gasto público y su asignación es en todo el mundo materia de debate político. En esas decisiones influyen elementos de carácter técnico y también las preferencias de cada sociedad, observándose países con tamaños muy diferentes del sector público.

En cualquier caso, la sostenibilidad fiscal depende de que el nivel de gasto encuentre financiamiento en la base de ingresos de la administración pública. Y lo que es claro es que el aumento del gasto público que vimos en Uruguay desde la salida de la crisis no encontraba sustento en la base de ingresos. En otras palabras: para mantener ese gasto, tarde o temprano iba tener que haber un ajuste de la carga impositiva.

Más allá de esta discusión sobre la “vocación” de tener un Estado más o menos grande, también hay un elemento práctico: el gasto en Uruguay es sumamente rígido a la baja. Por tanto, ante la necesidad de bajar el déficit, es muy difícil hacerlo sólo por el lado del gasto.

RA —¿Podemos ver comentar algunos números, Tamara? ¿Cuánto es, por ejemplo, el gasto en pasividades y en sueldos? Te lo pregunto porque imagino que ésas son de las categorías más rígidas.

TS —Sí… Me concentro en la administración central y el BPS (dejo de lado a las empresas públicas).

En 2015, el gasto primario (sin intereses) fue de unos US$ 14.800 millones. De ese total, unos US$ 2.700 millones fueron remuneraciones, unos US$ 5.000 millones pasividades y otros US$ 4.500 millones transferencias. Este último rubro es muy diverso, pero en su mayor parte también tiene una rigidez importante (tenemos allí las transferencias para cubrir el déficit del Fonasa, el seguro por desempleo y otras partidas). Si sumamos los números que recién mencionaba, tenemos más del 80% del gasto primario total… O dicho de otro modo, las inversiones y lo que se llama “gastos no personales” o “gastos de funcionamiento” son menos de 20% del total del gasto primario del Gobierno central y el BPS considerados en forma conjunta. Los gastos de funcionamiento, en particular, fueron unos US$ 2.000 millones el año pasado. Obviamente se puede pensar en ahorros y ganancias de eficiencia, en ajustarlos menos que la inflación, pero es muy difícil que operando sólo allí se logre una baja muy fuerte del gasto total (que se consiga nada parecido a los US$ 500 millones que se están planteando en este paquete de ajuste que anunció Astori ayer).

RA —Está claro el punto. Vuelvo al tema del IRPF. ¿Cómo nos dejan las nuevas franjas en una perspectiva comparada? ¿Es alto lo que pagamos por IRPF en Uruguay?

TS —En general las comparaciones internacionales muestran que lo que pagamos de IVA es alto. Quizás por eso, y porque en general es un impuesto más regresivo, se optó por recostar el ajuste sobre el IRPF.

Las comparaciones internacionales muestran que la tributación del impuesto a la renta en Uruguay es bastante moderada. Las tasas máximas del impuesto a la renta personal (que pasan de 30 % a 34 % ahora) son menores a las que se observan en los países de la OCDE (que se tienden a situar entre 40 % y 50 %) y son menores a las de Chile y México (por tomar alguna referencia latinoamericana).

A su vez, el IRPF por las rentas de trabajo concentra su impacto en la población de mayores ingresos. En la DGI hay 1,2 millones de personas registradas, que informan ingresos a efectos del cálculo de su IRPF. De esas 1,2 millones de personas, unas 490.000 personas son contribuyentes. A su vez, el 90 % de la recaudación del IRPF que proviene de las rentas del trabajo lo aportan unos 200.000 contribuyentes… que pertenecen principalmente al decil de mayores ingresos y en menor medida al segundo decil de mayores ingresos. Es un impuesto bastante progresivo si se lo mira desde esa perspectiva.

RA —Para terminar, Tamara, ¿qué impactos pueden preverse sobre la actividad económica? Lo pregunto porque estos anuncios llegan en un momento en los que la economía ya tuvo un freno bastante importante.

TS —Como decía antes, en Deloitte nos parece que el Gobierno no tenía más remedio que ajustar las cuentas públicas… Con un déficit que puede ir a 4% del PIB está en riesgo el grado inversor. A su vez, dada la rigidez del gasto, es muy difícil pensar en un ajuste basado exclusivamente en el gasto. Por otra parte, habría sido una muy mala señal política que todo el ajuste se basara en más impuestos… El Gobierno toma por un camino del medio. ¿Es suficiente? No está claro, no se ha presentado aún la programación fiscal completa… y falta una pieza clave, que es conocer cuál es el resultado primario y el déficit global que se espera para los próximos años.

Ahora, yendo a tu pregunta… Menos gasto y más impuestos pueden tener efectos en la actividad económica… sin dudas… Tendremos que ver en más detalle las medidas (por ahora sólo tenemos grandes titulares)… Pero las empresas deberán pagar más impuesto a la renta y eso puede afectar en alguna medida la inversión… Y las familias deberán pagar también más IRPF… Esa mayor imposición a las familias afecta el ingreso disponible, aunque ese efecto está concentrado en los hogares de mayores ingresos… En cualquier caso, es posible que veamos al final cierto efecto de reducción en el consumo y probablemente también cierta reducción en el ahorro.

Una reflexión final, Romina… Está claro que era inevitable tomar medidas de ajuste en el frente fiscal… Pero estamos ingresando en un período de ajuste fiscal combinado con política monetaria contractiva… Esa una combinación riesgosa para la actividad económica, sobre todo si el tipo de cambio sigue sin subir y Uruguay sigue “caro en dólares” en una comparación regional e internacional.

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Foto en Home: Danilo Astori durante la conferencia en la que se anunciaron los lineamientos para la Rendición de Cuentas. Crédito: Pablo Vignali/adhoc Fotos.

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