Foto: En Perspectiva
La semana pasada el Ministerio del Interior informó que prevé “reclutar” a ex reclusos para hacer trabajo social en los barrios con el objetivo de reducir la violencia y en particular los homicidios, que han vuelto a dispararse en los últimos años.
La iniciativa generó sorpresa e inmediatamente dio pie a la polémica política.
El plan, que será financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo, busca que los ex reclusos trabajen junto con el Ministerio de Desarrollo Social en tareas de “mediación y concientización” en las comunidades para prevenir la violencia.
La iniciativa está inspirada en Cure Violence, un programa que se viene implementando en varias ciudades de Estados Unidos y América Central afectadas por la violencia entre pandillas y que procura resolver los conflictos mediante el diálogo entre los involucrados.
El lunes, en una columna en La Diaria, el sociólogo Gustavo Leal sostuvo que este plan es una muestra de “improvisación y talenteo”, de parte del gobierno. “La cúpula del Ministerio del Interior parecería no tener noción de lo que sucede en la dinámica criminal. Tal vez esa sea la razón por la cual plantean la idea de pagarle un sueldo de consultor internacional a exmafiosos para que logren convencer” a integrantes de bandas criminales que depongan de su actitud.
El plan también generó críticas en el oficialismo. El diputado colorado, Gustavo Zubía, por ejemplo aseguró que el combate a los homicidios requiere "tomar medidas de fondo que requieren una posición mucho más dura, no una posición de heidi".
¿Qué implica este plan? ¿Qué soluciones puede aportar para bajar los homicidios?
Conversamos En Perspectiva con Diego Sanjurjo, Coordinador de Estrategias Focalizadas de Prevención Policial del Delito del Ministerio del Interior.