Fotos: AFP
La semana próxima, en el balotaje del 19 de junio, se define quién será el próximo presidente de Colombia.
Hasta hace días, el favorito era el legislador izquierdista Gustavo Petro, quien de hecho ganó cómodamente en primera vuelta.
Sin embargo, quien pasó a la instancia definitiva con él no es un político tradicional, ni lo es la estructura que ha montado su campaña. Y eso ha puesto un manto de duda sobre el resultado final, con un empate técnico en las últimas encuestas.
El otro candidato es Rodolfo Hernández, un empresario millonario que fue alcalde de la ciudad de Bucaramanga pero que se presenta como un outsider.
Su programa político se ha erigido principalmente sobre el combate a la corrupción, hasta el punto de que el partido que lo impulsa, fundado por él en 2019, se denomina Liga de Gobernantes Anticorrupción.
Su victoria por sobre el candidato de la derecha tradicional causó sorpresa e hizo poner el foco en la estructura “multinivel” de su campaña: piramidal y con un énfasis importante en WhatsApp y las redes sociales.
Cada militante tiene que conseguir armar su propia red, y cada uno que ingresa tiene que buscar otros para sumar a la suya, y así se va expandiendo con una apuesta por la “meritocracia”.
Atrás quedan los líderes territoriales que salen a tocar puerta a puerta. El propio Rodolfo Hernández ha dado pocos discursos en persona, y ha preferido en cambio utilizar redes como Facebook y TikTok para dar sus mensajes.
Este apoyo en la tecnología es novedoso, sin embargo no es el primero en implementar una campaña como esta. En Argentina, por ejemplo, algo similar hizo el PRO, el partido de Mauricio Macri, y ese caso es el foco de una reciente investigación académica.
Hoy les propusimos conocer estas nuevas formas de campaña electoral. Para eso nos acompañan dos de los autores del paper sobre el PRO que mencionábamos recién: los politólogos Rafael Piñeiro y Fernando Rosenblatt.
Y desde Colombia, también está con nosotros la politóloga Laura Wills Otero.