Foto: Residencial Vivir Mejor
¿Qué tienen para aprender los adultos mayores de los niños?
¿Pueden, por ejemplo, envejecer mejor al hacer actividades con los más chicos?
Y a los niños, ¿qué beneficios les trae el contacto con aquellos que han vivido muchas experiencias a lo largo de sus vidas?
El contacto entre distintas generaciones tiene beneficios probados a nivel emocional, social y cognitivo para las personas. Todos lo sabemos, o lo intuimos, a partir de la relación entre abuelos y nietos.
Pero, ¿qué pasa cuándo los adultos mayores no tienen familia o no tienen con su familia un contacto cotidiano, por ejemplo porque viven en un residencial?
Para mejorar la calidad de vida de esas personas, que abarcan a una población importante, hay en el mundo hay diversas iniciativas que apelan a experiencias intergeneracionales.
¿Y en Uruguay?
Acá apenas empiezan a desarrollarse.
Desde el año pasado, el residencial de ancianos Vivir Mejor y el Centro de Educación Inicial Hakuna Matata están promoviendo experiencias intergeneracionales entre adultos mayores y niños. El proyecto tiene apoyo de la Universidad de Griffith en Australia, un centro de investigación que está a la vanguardia en este tema, y del Departamento de Neurociencia y Aprendizaje de la Universidad Católica.
Conocemos sobre esta iniciativa con tres de sus participantes: Conversamos En Perspectiva con Gonzalo Ribas, promotor de este proyecto, integrante del staff del residencial de Ancianos Vivir Mejor; María Laura Consiglio, directora del centro de educación inicial Hakuna Matata; Dianela Pi, embajadora de Uruguay en Australia, quien fue fundamental para hacer el nexo con la Universidad de Griffith.