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En Estados Unidos, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, fue emboscado por Donald Trump en una reunión en el Salón Oval. Además, Trump lo sigue acusando de asesinatos masivos y expropiaciones contra granjeros blancos, a los que ahora acoge como refugiados. Una situación que tiene ribetes novelescos y que nuestra columnista Mercedes Sayagués nos va a ayudar a comprender en profundidad.
Una polémica que nació en 2018 y parece no tener fin… o al menos no delante de cámaras. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusa al gobierno sudafricano de expropiar tierras de agricultores blancos y también afirma que estos son víctimas de “asesinatos masivos”. Se comprobó que eso no es así, pero él insiste y, de hecho, le generó una situación muy incómoda al presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, en su visita a la Casa Blanca de la semana pasada.

Trump sorprendió a su colega sudafricano en el encuentro de la semana pasada, al mostrarle un video y notas de prensa que supuestamente comprueban las acusaciones estadounidenses de que en ese país existe un genocidio contra la población blanca.
Ramaphosa visitó a Trump en medio de fuertes tensiones en las relaciones bilaterales, después de que el republicano arremetió en varias ocasiones contra las políticas del gobierno sudafricano, al que critica por haber presentado en el Tribunal Internacional de Justicia la denuncia que acusa de genocidio a Israel en la guerra en Gaza.
La prioridad para Ramaphosa en ese viaje era devolver la normalidad e impulsar las relaciones bilaterales, sobre todo en el área del comercio. Estados Unidos es el segundo socio comercial de Sudáfrica y el recorte en los fondos de asistencia ya afecta las pruebas para detectar el virus de VIH, de gran incidencia en el país.

Durante el encuentro oficial en el Salón Oval, y frente a los periodistas convocados, Trump pidió que apagaran las luces para que se proyectara un video en una pantalla, afirmando que mostraba a sudafricanos negros hablando de genocidio.
“– Trump: Pero ustedes les permiten tomar tierras y cuando toman las tierras, matan al agricultor blanco. Cuando matan al agricultor blanco, no les pasa nada.
– Ramaphosa: no, no, no no”.
Trump también le mostró recortes de prensa que, según él, confirman su denuncia.
Ramaphosa, que se mantuvo tranquilo durante la escena, negó que su país esté confiscando tierras de agricultores blancos en el marco de una ley de expropiación aprobada en enero y respondió que la mayoría de las víctimas de la violencia en Sudáfrica son negras.
“Hay criminalidad en nuestro país, Desafortunadamente quienes mueren a causa de actividades delictivas no son solo personas blancas. La mayoría son personas negras”.
Luego le dio la palabra a ministros blancos que lo acompañaban en la delegación.
El ministro de Agricultura, John Steenhuisen, antiguo representante de la oposición, subrayó que la gran mayoría de los granjeros blancos no quieren abandonar el país para instalarse en Estados Unidos y prefieren que Washington colabore en el combate a la violencia dentro de Sudáfrica.
Pero en este asunto también está involucrado Elon Musk, sudafricano de nacimiento, interesado en extender su red Starlink en aquel país.

Conversamos sobre esta situación con nuestra columnista, Mercedes Sayagués, periodista uruguaya radicada en Sudáfrica, con larguísima trayectoria en ese continente.