El jerarca del Ministerio del Interior habló del intento de un clan criminal de apoderarse de un complejo de viviendas en Jardines del Hipódromo. Además, Leal apuntó contra ciertos diputados que "están cubriendo delincuentes" por recibir en el Parlamento a personas procesadas por usurpación que criticaron su trabajo en Los Palomares de Casavalle
La semana pasada quedó desmantelada una organización criminal familiar apodada “el clan Figueroa”, que había impuesto su autoridad en el Complejo Quevedo, de Jardines del Hipódromo, desde el cual se dedicaba al narcotráfico y otros delitos.
La Fiscalía de Estupefacientes solicitó la formalización de cuatro personas indagadas. Entre ellas, la de una mujer, líder del clan, por los delitos de negociación de estupefacientes y lavado de activos. La resolución abarca también a su pareja, un hombre al que se le tipificó tráfico de drogas, lavado de activos y tráfico interno de armas de fuego.
Este miércoles el gobierno desmanteló el muro perimetral con concertina que este clan había instalado en el complejo. Además, desmontó un sistema de video-vigilancia de 36 cámaras que custodiaba el lugar y cerró un dúplex en el que funcionaba el almacén que operaba de pantalla para el negocio de venta de droga.
Las actuaciones no terminan aquí ya que el Ministerio del Interior y la Fiscalía de Estupefacientes estiman necesario continuar investigando cómo esa familia llegó a armar esa estructura en el lugar.
¿Qué indicios tienen? ¿Cuál es la situación actual de la Unidad Misiones – llamada Los Palomares de Casavalle-, donde semanas atrás hubo una intervención similar? En Perspectiva lo habló con el sociólogo Gustavo Leal, director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior.
