Foto: Casa Blanca
Joe Biden dio este martes su discurso sobre el Estado de la Unión, un mensaje anual que los presidentes de Estados Unidos realizan frente a una sesión conjunta del Congreso. Allí destacó una serie de cifras positivas respectivas a la economía del país, y también aprovechó la plataforma para lanzar una fuerte advertencia a China.
Biden presumió de la tasa de desempleo “más baja en 50 años”, de la caída de la inflación y de los beneficios de los enormes programas de inversiones y reformas emprendidos por su administración. También realizó una defensa a ultranza del corazón industrial de Estados Unidos y habló de justicia social, particularmente sobre las tasas impositivas aplicadas a multimillonarios y a las empresas petroleras, que según él son muy bajas.
A sus 80 años, Biden apareció enérgico e incluso discutió en vivo, con humor, con algunos legisladores republicanos que lo interrumpieron a los gritos.
Al mirar al exterior, reafirmó su apoyo a Ucrania en la guerra con Rusia, y luego habló de China: “Estoy comprometido a trabajar con China en donde podamos avanzar con los intereses estadounidenses y beneficiar al mundo, pero no se equivoquen: como dejamos en claro la semana pasada, si China amenaza nuestra soberanía, vamos a actuar para proteger nuestro país. Y eso hicimos”, afirmó. Esto motivó una respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, que pidió a Washington devolver las relaciones bilaterales a "la senda del desarrollo sano y estable".
Biden salió ahora de gira por el interior del país, con la intención de capitalizar el impulso de este discurso.
Para darle una mirada más a fondo al presente del presidente estadounidense, conversamos con Jennifer Pribble, politóloga estadounidense, docente en la Universidad de Richmond, Virginia, y nuestro analista internacional Gustavo Calvo.