La historia de la llegada de estas tres obras a nuestro estudio está narrada en nuestra cuenta de Instagram y comienza con una tertulia, algunos jueves atrás.
Tres retratos; uno en un cajón de un ropero; otro, en una mesa de luz; el más clásico, acaso, en un cuadro, son testimonio de cómo se cruzan los dos grandes caminos que recorre esta artista: la pintura y el dibujo, de un lado y la restauración de muebles, por otro.