Presentan: Fundación Telefónica Movistar y Lenovo
El Chat GPT fue una de las innovaciones más destacadas de 2022.
La responsable fue la empresa OpenAI, que busca desarrollar una inteligencia artificial “amigable” y, a juzgar por lo que uno puede experimentar, lo logró.
El Chat GPT es una suerte de chatbot con el que uno puede tener una conversación y hacerle preguntas complejas, como que explique en forma sencilla qué es la computación cuántica.
Pero lo más llamativo es cómo uno puede pedirle también que escriba determinadas cosas: un discurso sobre tal tema destacando tal y tal punto, un ensayo contraponiendo dos visiones, un cuento sobre un animalito perdido en el bosque que aprende una valiosa lección, o incluso una introducción para una entrevista radial.
El resultado no siempre es óptimo, suele necesitar ajustes, pero no deja de ser sorprendente. E hizo encender las alarmas, por ejemplo en el mundo de la educación: en Nueva York, el Departamento de Educación estadual lo prohibió, preocupado por el impacto en el aprendizaje de los estudiantes que podrían pedirle al chat que les hiciera la tarea domiciliaria.
Otros han alzado banderas rojas sobre el riesgo que una herramienta tan potente como esta significa para la democracia. Por ejemplo, abarataría los costos para hacer lobby, porque no habría que tener un extenso conocimiento legal para opinar sobre proyectos de ley, sino que bastaría con pedirle asistencia al chat.
Desde la empresa OpenAI han tratado de bajarle el perfil: su CEO, Sam Altman, escribió en Twitter que el ChatGPT es “increíblemente limitado, pero “lo suficientemente bueno en algunas cosas como para crear una impresión engañosa”, y advirtió: “Es un error confiar en él para algo importante en este momento. Es una vista previa del progreso; queda mucho trabajo por hacer”.
Por más que quede mucho por hacer, hay preguntas de fondo que ya se pueden plantear. Para charlar de este tema, les proponemos ahora una mesa especial con la filósofa Maybeth Garcés, profesora de Ética digital en la Universidad Católica; la doctora en Ciencias Sociales Carolina Aguerre, docente e investigadora, especialista en gobernanza de tecnologías digitales; y el doctor en ingeniería eléctrica Federico Lecumberry, profesor de Procesamiento de Señales y Machine Learning en la Facultad de Ingeniería de la Udelar.