Se estrenó Los olvidados, documental que muestra la vida en el barrio Marconi a través, principalmente, del rapero Don Cony y su hermano Kitty. En Perspectiva recibió a su director Agustín Flores y se comunicó con el propio Cony, además de recorrer el Marconi a través de Los ojos de Rosario.
Agustín Flores trabaja en el complejo Sacude de Casavalle desde hace siete años, y allí conoció a Aníbal González cuando se acercó a grabar una canción y su videoclip correspondiente. González tomó el seudónimo Don Cony y su canción, Yo soy Marconi, lo convirtió en una suerte de portavoz de su barrio. Flores recuerda que aunque González era el protagonista, fue su hermano Cristian, alias "Kitty", quien tomó la posta de la filmación. Allí Flores formó un vínculo con ellos que se concentró en la realización del documental Los olvidados.
En la película, Cony y Kitty filman su día a día en el Marconi con cámaras que les dieron los realizadores, y se ve cómo buscan trabajar en la música a pesar de la precariedad de donde viven. Ese vínculo con el arte es uno de los impulsos de Flores para filmar Los olvidados: "Es un documental sobre los sueños. Tiene un tinte esperanzador. Quisimos seguir sus carreras musicales, pero la cotidianidad de ellos tiene menos que ver con eso que con salir a ganarse la vida como sea".
En cuanto al estilo de realización del documental, donde los protagonistas se filman a sí mismos en gran parte de la duración, Flores explicó que viene de la escuela de Mario Handler y su Aparte. Que le interesan los documentales donde la gente "vive delante de la cámara". Agregó que los hermanos González tenían cierto manejo de las herramientas audiovisuales por su trabajo en Sacude, por lo que se podía confiar en que conseguirían las imágenes necesarias. "Nosotros no podemos, ni queremos, ser portavoces del barrio Marconi", dijo Flores.
En Perspectiva también habló con Cony por teléfono, quien se mostró muy conforme con el documental, convencido de que colaborará con lograr un cambio en el Marconi. Habló además del día a día en el barrio, qué es lo que falta para que sus habitantes dejen de sentirse olvidados. "Es un granito de arena que aporto yo para que la gente de afuera del barrio, las autoridades, lo vean y digan ‘vamos a ayudar a esta gente que se lo merece'".
Explicó también por qué se dedica al hip hop: "Tengo una libertad de expresión que con una cumbia quizás no. Con una cumbia son cosas muchas veces ficticias. Hablan de amor, de cosas que de repente no puedo hablar". La música para él es una forma de sacarse de la mente "cosas que no me interesan ni me interesaban. Sentarme a escribir me saca del mundo". Contó, además, que le ofrecieron finalmente grabar un disco junto con Kitty.
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Video: trapecistasTV