Los pasaportes uruguayos han estado en el centro de diferentes polémicas en el último año, sin embargo, hay una problemática que sigue invisibilizada y amenaza con dejar a un grupo de uruguayos sin patria.
La Constitución uruguaya divide a los uruguayos en dos clases: los ciudadanos naturales, que son los nacidos en el territorio o los hijos de padre o madre uruguayos, donde sea que hayan nacido; y los ciudadanos legales, que son extranjeros residentes en Uruguay que cumplen con determinadas relaciones. Estos últimos son ciudadanos uruguayos y, como tales, tienen acceso a un pasaporte.
La redacción de la Constitución no es clara respecto a si obtener la ciudadanía legal equivale a contar con la nacionalidad uruguaya. Según la interpretación jurídica dominante hoy, la respuesta es que no es equivalente, por lo tanto, los ciudadanos legales no son nacionales uruguayos.
Esto no supuso un problema hasta 2015, cuando a raíz de un cambio en la normativa internacional comenzó a incluirse en los pasaportes tanto el campo “país de nacimiento” como el de “nacionalidad”.
En los documentos de los ciudadanos legales uruguayos eso provoca una contradicción: el pasaporte es uruguayo, pero el documento marca otra nacionalidad. Esto ha provocado que los ciudadanos legales denuncien que tienen problemas para viajar, que quedan expuestos en los aeropuertos, que incluso corren riesgo de deportaciones o de convertirse en apátridas.
Hay dos proyectos de ley en el Parlamento que buscan solucionar este problema, pero desde el colectivo Todos Somos Uruguayos señalan que hay quedado estancados en el Palacio Legislativo.
Recibimos a cuatro integrantes del colectivo: Ileana Martin, nacida en Cuba y residente en Uruguay desde hace 18 años, Juan Prada García, nacido en Cuba y residente en Uruguay desde hace casi 30 años, Leroy Gutiérrez, nacido en Venezuela y residente en Uruguay desde hace 12 años, y Alexis Ferrán, ciudadano natural uruguayo, cuya pareja, paquistaní, está afectada por esta problemática.