El mismo día en que la oposición iba a emitir un ultimátum en una enredada negociación por el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Carolina Cosse mostró los contenedores en uno de los nodos vertebrales de la capital. La explanada de la Intendencia de Montevideo (IM) sobre 18 de Julio y Ejido amaneció repleta de punta a punta de uno de los estandartes que tiene el proyecto millonario en jaque- relata la crónica del diario El Observador-.
Entre decenas de contenedores intradomiciliarios –que pretende extender hacia barrios como Carrasco, Malvín y Lezica– y otros dispositivos que podría masificar de contar con los fondos, la IM hizo gala de la punta del iceberg de su plan. Si bien anunció con bombos y platillos un nuevo programa para intensificar el reciclaje en Montevideo, su alcance es marginal si no se hace de los US$ 47,6 millones que le garantizaría el BID para ese rubro, para los que necesita una mayoría especial en la Junta Departamental con la que no cuenta.
"Esto nos va a permitir extender a nuevos lugares nuevas formas de recuperar residuos. Queremos que genere un entusiasmo que nos permita seguir avanzando hacia toda la ciudad. En el programa conjunto con el BID, planteamos que estas medidas se extiendan a toda la ciudad, porque es lo que las montevideanas y montevideanos se merecen", dijo el director de Desarrollo Ambiental, Guillermo Moncecchi, con el ejército de contenedores a su espalda.
La administración de Carolina Cosse trasladaba así el costo político a blancos y colorados que, pocas horas después, se ratificaban en su negativa de conceder los votos si la comuna no accedía a una mesa de diálogo que el Partido Colorado había solicitado a comienzos de semana. La departamental nacionalista comandada por Laura Raffo, alineándose con la otra bancada opositora, dio el ultimátum: ceden al pedido o el proyecto naufraga.
Hoy En Perspectiva conversamos con la edil nacionalista, Adriana Balcárcel.