"A largo plazo es una actividad viable", pero hoy "cualquier vaivén nos pone muy cerca del límite", dice Justino Zavala, directivo de la Agremiación de Tamberos de Canelones
El viernes pasado, en una asamblea realizada en Florida, unos 300 productores lecheros se declararon en “emergencia máxima”.
Fueron muy críticos con el gobierno, le retiraron la confianza al presidente del Instituto Nacional de la Leche (INALE), Ricardo de Izaguirre, exigieron un aumento del precio de la leche e insistieron en que Conaprole debe llevar adelante acciones judiciales para cobrar la deuda de US$ 30 millones que mantiene Venezuela por compra de lácteos uruguayos. Recordaron, además, que en los últimos meses está desapareciendo un tambero cada dos días y advirtieron que eso “significa una tragedia nacional”.
Unos días antes, el lunes, durante la sesión del Consejo de Ministros, el presidente Tabaré Vázquez había resuelto no reunirse con ellos, al considerar que tenían “intencionalidad política”.
En Florida, los productores rechazaron esas versiones por “improcedentes e injustificadas”. ¿Qué medidas urgentes consideran que precisa el sector? ¿Qué evaluación hacen de los contactos con el Ministerio del Economía, que se retomaron el jueves?
En Perspectiva lo habló con Justino Zavala, directivo de la Agremiación de Tamberos de Canelones.
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