Proyecto de Cabildo Abierto sobre reestructura de deudas de personas físicas: “Si fuera aprobado como está, afectaría negativamente y de un modo extremo el mercado de crédito”, dice Pablo Rosselli de Exante
Foto: En Perspectiva
Desde la semana pasada el Senado tiene a estudio un nuevo proyecto de Cabildo Abierto(CA) que busca atacar el problema del sobreendeudamiento en los sectores más vulnerables de la población.
La iniciativa, es prioritaria para los liderados por Guido Manini Ríos pero genera reparos en los otros miembros de la coalición de gobierno.
Este tema provoca polémica desde 2020 cuando CA dio a conocer una primera versión del proyecto. El lunes 15 ese partido presentó un nuevo texto, pero además advirtió que si no hay acuerdo en esta materia, saldrá a recolectar firmas para que su iniciativa sea votada en un plebiscito.
En términos generales, el proyecto crea un proceso de reestructura de los créditos tomados por personas de bajos recursos que no pueden pagarlos. Se prevé una primera etapa de conciliación con los acreedores en vía administrativa. Si no se logra un acuerdo en esa instancia, queda abierta la vía para un proceso judicial.
Otra de las innovaciones es el artículo que fija «topes máximos» a los intereses que pueden cobrar los acreedores, que quedan vinculados a los intereses que el Estado asuma cuando toma créditos o emite deuda.
Ya conversamos algunos de estos detalles la semana pasada en entrevista con el senador Guillermo Domenech, de CA.
Hoy lo analizamos con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Exante.
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2 Comentarios
Rosselli tiene una visión liberal clásica, como en todos los temas. El problema de que la gente quiera vivir por encima de sus posibilidades en Uruguay es real. Nada más ver el parque automotor del Uruguay y pensar lo que la gente gana y que los autos 0 km tienen la mitad de su precio en impuestos para entender que no es razonable la cantidad de autos nuevos que andan en la calle.
El crédito sirve para quien con ese crédito aumenta sus ingresos o deja de pagar un alquiler, porque le permite comprarse una máquina, instalar un local comercial, comprar una vivienda. lo que sea que a la corta o a la larga lo haga tener más dinero en el bolsillo. Pero gastar plata prestada en consumo lleva a la gente a la quiebra.
Desde la perspectiva liberal de Rosselli, cada quien es libre de endeudarse hasta donde le presten. Exactamente así se creó la burbuja de las subprime, dando crédito a todo el que lo pida aunque no tuviera ni empleo. En cierta manera las compañías de crédito empujan a la gente a endeudarse irracionalmente, más allá de sus posibilidades. Cobran tasas de usura para compensar el riesgo. El negocio es colocar mucha plata y cobrar la que puedan, partiendo de la base de que el que paga, paga por todos los que no pagan y más.
Ud. es demasiado racional, Leonardo. Si la mayoría de la gente pensara así, los dueños de las financieras tendrían que cerrar sus negocios y dedicarse a vender curitas en los ómnibus…
Y es verdad: cada quien es libre de endeudarse hasta donde le presten. Y también está el dicho: el vivo vive del zonzo, y el zonzo, de su trabajo…
En fin; yo coincido con Cabildo en que hay que restringir la libertad que tienen actualmente las financieras para establecer sus tasas de interés por los préstamos. Pero un tema tan complejo, con tantos detalles, es imposible que se meta en un texto constitucional. Para ello, es mejor reglamentar por una ley adecuada lo que nuestra Constitución actual dice (eso de «prohíbese la usura; es de orden público la ley que establezca intereses máximos a los préstamos…», etc.)