Foto: En Perspectiva
Días atrás hablábamos aquí En Perspectiva del plan Montevideo Se Ilumina, el plan de la Intendencia capitalina para extender la iluminación LED al 100% del alumbrado público del departamento.
Y a partir de eso surgían varias preguntas.
Un diodo emisor de luz, que es lo que significa la sigla LED, es más eficiente y dura más que las tecnologías de iluminación incandescente o fluorescente. Emite mucho menos calor, por lo que no gasta energía en eso, y es más direccional, o sea que no se “pierde” luz.
Todo esto se traduce en un ahorro energético.
Pero las luces LED también iluminan más. Eso que puede entenderse como mejor calidad puede resultar en daño para las retinas de los ojos, y afectar los ritmos biológicos. Es decir, afectar cómo dormimos.
¿Cómo es eso? ¿Qué impacto pueden tener en el sueño las luces de la ciudad?
Conversamos En Perspectiva con dos investigadoras que trabajan en el tema cronobiología: Ana Silva, médica y doctora en Ciencias Biológicas, encargada del Laboratorio de Neurociencias de la Facultad de Ciencias, donde es profesora agregada; además es presidenta de la Sociedad de Neurociencias de Uruguay; y Bettina Tassino, bióloga, doctora en Ciencias Biológicas, profesora adjunta de la Fcien. Ambas coordinan el Grupo de Investigación en Cronobiología.