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Quién es Nancy Pelosi, la mujer que le hace frente a Donald Trump

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La diputada demócrata asumió la presidencia de la Cámara de Representantes de EEUU a principios de año y se convirtió, por segunda vez, en la mujer con el cargo electivo más alto de la historia de ese país

Producción: Gastón González Napoli

A sus 78 años, Nancy Pelosi se convirtió en una de las mujeres más poderosas del mundo a comienzos del 2019.

En noviembre del año pasado se celebraron las elecciones legislativas en EEUU, donde el Partido Republicano del presidente Donald Trump reforzó su dominio del Senado con la obtención de dos nuevas bancas. Sin embargo, el oficialismo perdió el control de la Cámara de Representantes.

El Partido Demócrata obtuvo allí el 53% de los votos, ganó 41 escaños y recuperó la Cámara Baja, que había perdido en 2010. El 3 de enero, cuando los nuevos legisladores asumieron sus cargos, la líder demócrata Nancy Pelosi resultó electa presidenta. Desde entonces se ha convertido en una dura rival para el presidente Trump, en particular en torno a la cesión de fondos para construir un muro en la frontera con México.

La negativa de ambos a dar el brazo a torcer llevó a EEUU a atravesar el cierre, o shutdown, más largo de su historia, con 35 días en que parte del Gobierno Federal se quedó sin presupuesto e incluso los trabajadores públicos no podían cobrar sus sueldos. El cierre terminó cuando el presidente firmó una tregua, obligado por el descenso marcado en su popularidad que la medida estaba provocando.

Así reaccionó Pelosi cuando Trump anunció que declararía una emergencia nacional para poder construir el muro en la frontera con México sin la aprobación del Congreso:

Sé que los republicanos tienen inquietud al respecto, no importa lo que digan. Porque el presidente puede declarar una emergencia nacional sobre algo que él ha creado como una emergencia, sobre una ilusión que quiere transmitir. Piensen en lo que un presidente con valores distintos podría hacerle al pueblo americano.

¿Quieren hablar de una emergencia nacional? Hablemos de hoy, el aniversario de un año de otra manifestación de la epidemia de violencia con armas en América. Esa es una emergencia nacional, ¿por qué no declara esa emergencia, presidente? Desearía que lo hiciera.

La comparación que hace es con la masacre del liceo Stoneman Douglas en Parkland, en la que murieron 17 personas entre estudiantes y trabajadores, el 14 de febrero de 2018.

¿Pero quién es esta mujer, que enfrenta con tanta firmeza a Donald Trump?

Inicios

Nancy D’Alessandro nació en Baltimore en marzo de 1940 en una familia de inmigrantes italianos. Se casó con Paul Pelosi y en 1969 se mudó a San Francisco. Con menos de 30 años, ya tenía cinco hijos y era ama de casa. Entonces comenzó a dedicarse a la actividad política y abrió un club del Partido Demócrata en su hogar. En 1976 trabajó en una campaña presidencial y se hizo un nombre por su gran capacidad para conseguir donaciones económicas. En 1981 ya era presidenta del partido en el estado de California.

A los 47 años, una amiga diputada se enfermó y le pidió que compitiera en la elección para sustituirla. Era la primera vez que Pelosi perseguía un cargo público electivo y ganó a su par republicano con comodidad. Entró al Parlamento en 1987, está actualmente cumpliendo su décimo séptimo período como legisladora.

En estos más de 30 años fue una pionera en diversos aspectos. En 2003 se convirtió en líder de los demócratas, la primera mujer en tener esa distinción, y en 2007, durante la presidencia de George W. Bush, fue electa como speaker, es decir presidenta de la Cámara de Representantes. Ninguna mujer había ostentado el cargo antes que ella. De hecho, Pelosi es la mujer con el cargo electivo más alto de la historia de EEUU.

Es reconocida como una mujer seria y enormemente trabajadora. Se dice que apenas duerme, no toma café, toma helado como desayuno, y tiene una gran habilidad para moverse en el ambiente de Washington. Su reputación como una gran captadora de fondos se sustenta en hechos: en las últimas elecciones, su campaña personal recaudó 80 millones de dólares, casi el doble que la subsiguiente.

Es una negociadora hábil, que suele pararse en el centro del espectro político. Durante su discurso de asunción, a principios de enero, habló una y otra vez de la importancia del bipartidismo y de la unidad.

Poco antes de asumir, decía lo siguiente en una entrevista:

Cuando abramos el nuevo Congreso, vamos a honrar los votos de nuestros fundadores: “De muchos, uno”.

Ellos no podían saber cuántos íbamos a ser, o qué tan diferentes íbamos a ser entre nosotros, pero sí sabían que teníamos que apostar a la unidad. Está bien discrepar, en el mercado de las ideas es emocionante, pero es importante encontrar soluciones que unifiquen y no dividan. Esa es la gran diferencia entre los demócratas y lo que está en la Casa Blanca hoy.

Figura polarizante

Pero su comodidad en el ambiente de élite también le ha jugado en contra. Es muy impopular a nivel nacional: el año pasado, una encuesta reveló que solo el 29% de los estadounidenses la respalda. Su riqueza –está casada con un importante inversor- y su fama de pragmática, no tan atada a una ideología, le granjeó el odio del ala más izquierdista del Partido Demócrata.

Pelosi tiene poca paciencia, según trascendidos de prensa, con las figuras jóvenes del partido, propensas al enfrentamiento directo con el oficialismo y a reclamar medidas mucho más radicales de las que el establishment está dispuesto a aceptar. Entre ellas está la socialista Alexandria Ocasio-Cortez, una diputada latina de Nueva York que ganó popularidad muy rápidamente y que no apoyó la candidatura de Pelosi como presidenta de la cámara.

Estas críticas internas se suman al fuerte rechazo que su figura despierta entre los republicanos. Esto se debe a posturas caracterizadas como progresistas que Pelosi tomó durante su larga carrera. Ya en su discurso de asunción se comprometió a luchar contra el sida, en aquel entonces un tema tabú; y en 2002, fue una de las figuras de mayor peso en pronunciarse en contra de la Guerra de Irak.

Durante su primer período como speaker, Pelosi impulsó una compleja negociación para conseguir el pasaje de la reforma del sistema de salud conocida como Obamacare, que logró por solo tres votos en una cámara de 435 personas. Fue uno de los mayores hitos del Gobierno de Barack Obama, y uno de los factores de más repudio entre los republicanos.

Como muestra de lo que genera en el partido del presidente Trump, en un debate previo a las últimas elecciones legislativas, el diputado por el estado de Virginia Dave Brat una y otra vez nombró a Pelosi para desacreditar a su rival demócrata Abiail Spanberger por el mero hecho de pertenecer al mismo partido que la actual speaker.

Regreso

En las elecciones de medio término de 2010, el Partido Demócrata sufrió la peor derrota legislativa en 70 años. Nancy Pelosi era la líder durante la debacle y su carrera parecía acercarse a su fin.

Sin embargo, en un perfil de la revista del New York Times del mes pasado, se muestra cómo en los últimos ocho años Pelosi cumplió un rol fundamental dentro de su partido. Incluso integrantes de la extrema derecha republicana destacan su habilidad política. A pesar de tener solo un tercio de la Cámara de Representantes, los demócratas incluso consiguieron concesiones durante el gobierno de Trump. Tal la capacidad negociadora de Pelosi.

En 2018 ganó la reelección en su distrito con casi el 70% de los votos y enfrentó con serenidad al grupo del ala izquierdista que la enfrentó por el puesto de speaker.

“No conozco a nadie con una piel tan gruesa, nadie de quien se hayan dicho cosas tan crueles, y a ella de verdad no le importa”, dijo un ex miembro de su equipo al New York Times.

En una entrevista con CNN, una de sus hijas, la documentalista Alexandra Pelosi, la describió así:

Te corta la cabeza y ni sabés que estás sangrando. Eso es todo lo que tenés que saber de ella. Nunca nadie ganó apostando contra Nancy Pelosi. Es perseverante. No importa lo que pienses de ella, le tenés que dar crédito. Piensen en todos los presidentes que pasó, los Bush, Clinton, pasó por todos. Sabe lo que está haciendo. Te hace dormir por las noches, saber que al menos una persona en esta ciudad sabe lo que está haciendo.

El choque con Trump en enero y la firmeza para oponerse al muro en México le han dado alivio y hasta mayor aceptación en el ala izquierdista de su partido. Durante el discurso del Estado de la Unión, pocos días atrás, la figura de Pelosi detrás del presidente causó furor en las redes sociales, por sus gestos que parecían muchas veces burlones.

Pero Pelosi tendrá que manejar ahora a una bancada diversa con muchos jóvenes rebeldes. Esta semana, por ejemplo, debió atacar a una miembro de su propio partido, la joven Ilhan Omar, una de las dos primeras diputadas musulmanas de EEUU, por comentarios que Omar realizó contra el lobby israelí en Washington. A esto se suman, por supuesto, los cruces con un presidente impredecible.

También se le ha criticado que no permite que la sucedan en el cargo de líder del partido cuando se está acercando a los 80 años. Pelosi dijo al New York Times que se retirará si un presidente demócrata gana las elecciones generales de 2020. Mientras tanto, es una vez más la mujer más poderosa del país.

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Foto: Doug Mills / POOL / AFP

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