El capitán de la selección de fútbol para ciegos, Gonzalo Lapachian, habla sobre su experiencia en Montevideo y Mercedes, donde vive.
La posibilidad de que el Mundial de 2030 tenga sede en Uruguay abre un montón de preguntas. ¿Hay que remodelar el Centenario? ¿Hay un rédito económico significativo? Pero hay otra pregunta que tal vez no es tan evidente: ¿es Montevideo lo suficientemente accesible?
La Fundación Astur y el Banco Mundial impulsaron ayer el evento “Uruguay 2030: No es solo cuestión de fútbol”. Se propuso la consigna “ser sede de un mundial implica ser accesible para recibir a miles de visitantes”, y se planteó qué tanto deberían adecuarse las ciudades uruguayas para encarar este desafío.
Las exposiciones estuvieron a cargo de la ministra de Turismo Liliam Kechichian, del secretario general del Comité Paralímpico Español, Miguel Sagarra, y de la especialista chilena Andrea Boudeguer. Además, el capitán de la selección uruguaya de fútbol para ciegos Gonzalo Lapachian brindó una charla individual, que llevó el título de “Haciendo frente a la ciudad”.
Para entender mejor qué cuestiones deben encararse para adaptar Montevideo y otras localidades, En Perspectiva se comunicó con él.
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