Por Leo Harari ///
¡Buen día! Como saben los oyentes de En Perspectiva concluyó una importante conferencia internacional en Paris, la COP21, en la que 195 Estados tomaron por consenso decisiones para atenuar el cambio climático. Cuando no se sabe como curar una enfermedad, se intenta aliviar los síntomas. Está bien ocuparse de los síntomas, pero no es suficiente.
Creo que el aumento de la temperatura, tanto como el terrorismo, las emigraciones y los refugiados por millones, son síntomas de una misma enfermedad. Es necesario eliminar las causas que llevan al mundo a una situación crecientemente caótica como la que tenemos hoy. El filosofo francés Edgar Morin dice que "el sistema Tierra" está siendo "incapaz de organizarse para tratar sus problemas vitales" y afirma de manera un poco pesimista que "cuando un sistema es incapaz de resolver sus problemas éstos se amplían y multiplican y al fin el propio sistema se desintegra".
Ese sistema en peligro del que habla Morin está basado en el actual modelo económico mundializado que tiene como objetivo acumular capital. Produce inmensas ganancias a algunos pero en el camino deja excluidos y frustrados, derroches y penurias, consecuencias humanas y ambientales. Ahí está la causa de muchos de los problemas que debemos enfrentar hoy.
Mientras persistan las causas va a ser muy difícil que el Acuerdo de París tenga un resultado suficiente. ¿Se puede hacer algo más? Yo creo que sí, pero no es fácil. Tenemos que empezar pensando en la Tierra como en nuestra casa y en sus habitantes como nuestra familia. Organizarnos y actuar en consecuencia. Un sistema económico global saludable es el que tiene como objetivo satisfacer las necesidades básicas de la gente. Es la economía que practicamos diariamente en nuestros hogares, intentando proteger y mejorar la calidad de vida de los miembros de la familia. Entre seres queridos es más importante la solidaridad que la acumulación, la responsabilidad que el consumo.
¿Qué propone Morin? Morin propone el desarrollo de una economía social y solidaria, una toma de conciencia de que la Tierra es la patria común y la vigorización de las colectividades locales. Propone más producción y servicios de proximidad, menos consumo de comida industrial. Propone lo que se ha dado en llamar la economía circular, es decir producir menos objetos desechables y no reparables y reciclar al máximo. Difícilmente esto va a venir de un acuerdo declarativo entre Estados.
Fuerzas poderosas están basadas en el actual modelo global, y resistirán. Se necesitan decisiones políticas mayores para tales cambios que deben venir y practicarse desde abajo, con una nueva toma de conciencia, con una esperanza nueva de un mundo más seguro y mejor. Es necesario una democracia que no se quede en actos electorales sino que se ejerza en nuestros actos cotidianos, con mucha más vida social y menos delegación del poder. Se trata de pensar global y actuar local.
¿Es utópico querer una economía mundial sana y sustentable que tenga como meta el bienestar de todos, en vez de la acumulación de ganancias de algunos? Puede ser que sea utópico. Morin piensa que no llegaremos a tiempo. Para mí, el mejor resultado de la reunión de París es que dejó la sensación de que casi todos los Gobiernos del mundo pueden ponerse de acuerdo en un plan, bajo la bandera de Naciones Unidas, cuando el tema es grave y es global, y sobre todo cuando hay millones de militantes en la calle que lo exigen. Soy prudentemente optimista, porque la conciencia de la humanidad avanza y seguirá avanzando probablemente más rápido en la medida en que sea haga indispensable.
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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, lunes 14.12.2015, hora 08.05
Sobre el autor
Leo Harari ha trabajado como asesor para Unesco, BID, PNUD y la OIM. Recientemente dirigió el proyecto Uruguay+25.
Foto: Christiana Figueres, Ban Ki-Moon, Laurent Fabius y el presidente francés François Hollande, tomados de la mano, alzan los brazos tras la adopción del acuerdo final COP21 en París, 12 de diciembre de 2015. Crédito: François Guillot/AFP Photo.