El cobro de sueldos y pasividades mediante tarjetas de débito otorga seguridad al beneficiario; la ley no obliga a usarlas para pagar sus compras, puntualiza Enrique desde la audiencia. La tarjeta de débito no genera ningún gasto al usuario y lo beneficia devolviéndole parte del Iva. Por eso se opone a la campaña para la derogación de la ley.
Últimamente he recibido varios mensajes apoyando a la campaña de recolección de firmas nacional para derogar la ley de inclusión financiera, promovida por el abogado Gustavo Salle y el director de MPC Consultores, Nery Pinatto.
Realmente me extraña mucho que indiquen que somos rehenes o que padecemos de esclavitud con esta ley.
Antiguamente me pagaban el sueldo con cheques, por lo cual tenía que salir del trabajo, ir al banco correspondiente, encontrarlo lleno de personas que hacían cola para cobrar, perderme una o dos horas y atrasarme en el trabajo. Tenía mucho cuidado porque salía del banco con todo mi sueldo en el bolsillo, y lo mismo me pasaba en las empresas que me pagaban en efectivo.
También veía a los jubilados haciendo cola en el BPS una buena cantidad de horas para cobrar sus haberes, daba lo mismo que hiciera calor o frío, lloviera o cayera piedra.
Recuerdo robos de todo su sueldo a trabajadores y jubilados, y a las empresas de todo el dinero que tenían para pagar en efectivo.
Ahora los bancos no nos cobran absolutamente nada por las cajas de ahorros de sueldo y jubilaciones. Por lo tanto, si no nos gusta la ley de inclusión financiera, el día de cobro podemos ir al banco, retirar por caja todo el importe, llevárnoslo a tu casa y abonar todo en efectivo, sin usar más la tarjeta de débito. En este caso perderemos el descuento de cuatro puntos de Iva que se aplica si abonamos con la tarjeta.
En el caso de los trabajadores, el Estado siempre supo qué ingreso teníamos a través del BPS. Posiblemente la intención de derogar esta ley sea ayudar a los empresarios, porque a ellos sí los bancos les cobran un porcentaje por las transacciones con tarjeta. Entiendo que están en tratativas con el gobierno para bajar ese porcentaje, ya que en la región los costos en general son más bajos. Pero este sistema también permite controlar más directamente la evasión de impuestos por parte de las empresas. Por supuesto que hecha la ley hecha la trampa, la evasión siempre existió y existirá lamentablemente.
Así que no nos dejemos engañar: hay razones suficientes para mantener la ley y razonemos ante lo que recibimos por las redes sociales.
Enrique Del Castillo
Vía correo electrónico
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