A propósito del abuso sexual en niñas y adolescentes, una oyente entiende que la sociedad no es coherente y la normativa es contradictoria. “Cuando desde la consulta médica preguntamos dónde están sus padres, la normativa nos dice que la usuaria adolescente tiene derecho a entrar sola al consultorio y decidir”. Ella sigue negándose a atender a niñas y adolescentes que concurren solas a consulta, y reclama “autonomía progresiva”. Otra oyente discrepa con el “enfoque masculino” del tema, incluso en La Mesa de este viernes.
Puedo afirmar que la situación de las adolescentes que han sido abusadas me es difícil de digerir. Antes que nada, sin dudas el deber primario es proteger a las jóvenes mujeres, víctimas de una situación social y familiar muy penosa, tratar de que salgan de ella lo más pronto posible y, sin dudas, castigar a los culpables.
Entiendo también que hay un sesgo conceptual muy importante en las autoridades, ya que no miden con la misma vara otras situaciones.
Cuando la adolescente precoz (me refiero a menores de 15 años) "decide" tener relaciones sexuales, no se pone a determinar si es con un mayor o un menor de 18 años. Y si queda embarazada "decide" continuar o eliminar el embarazo. Del mismo modo, “decide” consumir drogas o abandonar el liceo.
Cuando desde la consulta médica preguntamos dónde están sus padres, la normativa nos dice que la usuaria adolescente tiene derecho a entrar sola al consultorio y decidir qué es lo mejor para ella (¿?)
Insisto, suben y bajan la vara según sus intereses.
Por lo pronto, me sigo negando a atender a niñas y adolescentes que concurren solas a la consulta, sobre todo a la primera.
Desearía que la sociedad uruguaya fuera más coherente
Marie González
Vía correo electrónico
"No podemos hablar de chicas de 17 como si fueran mujeres, cuando sus historias han hipotecado su infancia y en muchos casos también su futuro".
(…) Soy oyente del programa desde mis 14 años. Fueron ustedes quienes forjaron mi pensamiento crítico desde entonces. Como el mismo me acompaña indefectiblemente, asistí con tristeza a La Mesa de este viernes.
No se puede tratar el tema de abuso sexual comercial a menores desde el enfoque masculino. Reconozco que Rosario representó la mirada atenta que era menester, pero pudo no haberlo hecho en su rol de moderadora. No podemos hablar de chicas de 17 como si fueran mujeres, cuando sus historias han hipotecado su infancia y en muchos casos también su futuro. Destaco la mirada integral del profesor Borges.
Asistí, además, al desconocimiento de los detalles del caso que justamente marcan la diferencia entre chicas libertinas adelantadas para su edad y víctimas de la exclusión a las que esta sociedad las somete.
(…)
Lic Verónica Amorelli
Vía correo electrónico
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