Mientras los uruguayos deciden por qué selección hinchar, una vez que la celeste quedó por el camino en los tramos finales de la Copa Mundial de Fifa, desde la audiencia Gustavo comparte sus impresiones.
Nos pasó como en Brasil, cuatro años antes: cuando Suárez quedó fuera, automáticamente supimos que el mundial llegaba a su fin para nosotros. Ahora en Rusia, ya sin Cavani, sicológicamente la selección y todos nos desinflamos. Francia, un equipo sólido, nos ganó bien, sin mayor esfuerzo y con mucho oficio. Desde el arranque del partido hubo demasiada ansiedad en Uruguay y, desde entonces hasta el final, mucha imprecisión. El capitán erró “el gol” en el momento justo, y Muslera, en el puesto más importante de cualquier equipo, nos transmitió intranquilidad. Cabe consignar que en el partido anterior Muslera tampoco estuvo óptimo: Cavani, en el partido de su vida, se lesiona en parte por un esfuerzo descomunal por cubrir un error de Muslera. Una lástima que no fue el mundial de Muslera, y tampoco lo fue el de Suárez: la bestia lució algo cansada por los años y domesticada por el Barcelona.
No me gustó el fenómeno Mbappé, un actor de medio pelo. En el mundial mostró que, además de enorme potencial como jugador, tiene fibra de embustero. Por otra parte y sin quitarle mérito alguno a Francia, cuando Uruguay se cayó de forma definitiva con el segundo gol, algunos jugadores franceses mostraron una sutil arrogancia: se sintieron superiores y, por qué no decirlo, campeones del mundo. Tienen derecho, lógicamente, pero me cayó un poquito mal. Por suerte es fútbol, y en el fútbol hay revancha.
Aguante el Maestro, sólo puede venir alguien cuando él decida irse.
Saludos, gente. Salieron buenos los programas durante los partidos, de a ratitos los seguí; una innovación para mí.
Gustavo Salinas
Vía correo electrónico
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