Acostumbrados a un día a día ajetreado, escuchando noticias como la suba del combustible, la interpelación tal, el título falso de cuál… Noticias que se parecen mas a un culebrón que lo que hacen es alejarnos de lo real, de lo no tangible. Acostumbrados a discusiones fanáticas de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, en las cuáles los protagonistas son los intereses de las ideologías, donde poco importan las personas.
Acostumbrados a una campaña política constante, sea que sea quien esté en el gobierno.
Hoy me encuentro con esta nota a Juan Achard sobre sus experiencias del programa Familia Amiga, de hecho, recién me entero que existen programas así en Uruguay, y que hace tiempo que existen.
Son buenas noticias, son buenas noticias que no sean políticas de gobierno, si no que sean políticas de estado.
Escuchando a Juan no solo me conmovió su experiencia, la de su esposa e hijos; si no que por un instante logré ponerme en los zapatos de esos niños, de esos hermanitos y ese bebito, y de la manera que esa “familia amiga” les pudo cambiar la vida.
Un beso, un abrazo, un almuerzo en familia, un cuento antes de dormir y hasta un rezongo son de las cosas que todos necesitamos.
Eso es lo que necesitamos como sociedad, no politizar las necesidades, si no humanizarlas.
Ser empáticos y no egoístas. Desde el corazón y no de lo material.
Cuánto con tan poco.
Saludos desde Hanòi
Agustín
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Entrevista relacionada: Una experiencia de Familia Amiga, el programa del INAU que funciona gracias a las familias de acogida: La experiencia «me entregó una de las vivencias más gratificantes de mi vida»
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