Estimado Emiliano Cotelo:
Escucho En Perspectiva desde el exterior. Siempre me agrada el programa. Le escribo a propósito del programa del viernes porque me llamó mucho la atención el tema. Tratar el tema de la renovación o reconstrucción del estadio es una forma de presentar la idea como algo considerable a la población. Yo no puedo creer ni aceptar que, habiendo uruguayos en la calle, el resto de la población pueda siquiera pensar en ocuparse de conservar monumentos que son la memoria de la nación. Se podrá decir que el estadio tiene un valor histórico, que nos representa, que ayuda a construir la imagen de la nación. Pero, ¿de qué nación? ¿De una nación capaz de seguir adelante mientras algunos mueren de hambre, de frío, de falta de dignidad, de indiferencia? Vuelvo cada diciembre a Uruguay, y me parece increíble cómo los uruguayos se han ido acostumbrando a ver a otros viviendo en la calle. ¿Sería bien visto en la sociedad que una persona le festejara el cumpleaños de quince a la hija porque pasa una sola vez en la vida si, mientras tanto, a su hermano se le ha incendiado la casa y no tiene dónde dormir?
Me pregunto por qué entonces está bien que la mayoría de los uruguayos sigan con sus vidas mientras algunos mueren sin dignidad. Qué orgullo sería volver a ser un país con gente que puede trabajar y tener una vivienda (no un colchón en un refugio) a costa de no tener un estadio, de no tener nada de lo que simboliza a una nación. Ser una nación y no parecer una. ¿Por qué no tienen vergüenza?
Saludos,
Gabriela
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