Foto: Piedad Córdoba – Flickr
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El fin de semana de semana pasado falleció un personaje político colombiano de primer nivel :la senadora Piedad Córdoba.
Por casualidades de la vida, siempre he vivido bastante cerca de Piedad Córdoba, por lo que a lo largo de los años intercambiamos varios corteses saludos de vecinos. Es más, en los últimos 18 años vivíamos, exactamente, a solo dos cuadras. Pero personalmente, no puedo decir nada más, salvo que con espumaplast y luces de Navidad, tenía colgado en su balcón un cartel multicolor que decía solo: "PAZ".
Para algunos colombianos, una luchadora por la paz y una negociadora que logró la liberación de varios secuestrados de las FARC y contribuyó al proceso de paz, para otros colombianos, una chavista traficante de seres humanos. En todo caso, Córdoba era considerada una personalidad controvertida, en especial, tras la recordada acusación de Ingrid Betancourt quien, luego de permanecer secuestrada en la selva por más de 6 años, denunció a Piedad Córdoba de haber presuntamente haber demorado, deliberadamente, su liberación.
Aunque en los últimos tiempos la perseguían las malas noticias, en su momento fue una importante aliada del expresidente y Premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos.
No puede haber duda alguna, Piedad Córdoba fue la mujer política más influyente de Colombia. Pero, ¿cuál es la verdadera? ¿La luchadora social o la supuesta aliada secreta de las FARC? Unos recordaron qué fue lo que la lanzó a la palestra pública, otros cuál fue su último deseo por el departamento más pobre y abandonado del país, que parece estar en África o India.
Hasta aquí, a pesar del contexto trágico que caracteriza a Colombia, parece una historia bastante razonable. Pero esta muerte está afectando a uno de los matrimonios más poderosos del país y su curiosa polémica en torno a Piedad Córdoba.
Mientras José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos, lamentó la muerte de Córdoba, la esposa de éste, que es senadora por el partido Centro Democrático de Uribe, discrepó públicamente con él, expresando su "total desacuerdo” y cuestionando a la difunta. Pero el marido le retrucó, también públicamente. Locombia, al fin.
Como verán por las reacciones, de momento su memoria no podrá descansar en paz.
Mientras tanto yo insisto: murió la mujer colombiana más importante e influyente de los últimos años. Bueno, su velación será en dos (o tres) ciudades.
Abrazos desde Locombia,
Gustavo de Bogotá
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