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Sobre el Maestro Piero Gamba

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Estimados de En Perspectiva, 

Hoy tuve la oportunidad de escuchar la grabación de La Tertulia del viernes pasado, en la que recordaron la vida del Maestro Piero Gamba, fallecido hace unos días en Nueva York. Los escuché con atención y con emoción, y me quedé con gusto a poco. Me extrañó que apenas se desarrollara sobre lo más esencial de Piero Gamba: la música y su aporte a la cultura de nuestro país.

Cuando era niña, mis padres me hablaban de Pierino y me mostraban programas de conciertos que él había dirigido. Unas cuantas veces me llevaron a verlo dirigir la Orquesta del Sodre, pero en ese entonces él ya era Piero, un director adulto. Sin duda, de mis padres heredé el entusiasmo por asistir a sus conciertos.

Años después, ya de estudiante en el Conservatorio Universitario, mis compañeros y yo asistíamos regularmente los sábados a los ensayos generales de la orquesta, y en más de una ocasión pudimos ver al Maestro Gamba dirigir, lo que siempre nos llenaba de entusiasmo. Creo que en una oportunidad incluso me animé a acercarme a él y a decirle “Maestro, ojalá algún día pueda tocar bajo su batuta”. La vida y la suerte quisieron que muchos años después pudiera audicionar y entrar a la orquesta. También la vida y la suerte me permitieron estar allí tocando cuando el Maestro Gamba dirigió nada más ni nada menos que las nueve sinfonías de Beethoven.

Como me recordó hoy mi amiga y colega Gladys Margounato, primera flauta de la Orquesta del Sodre durante muchos años, la gestualidad de dirección de Piero Gamba era inigualable, clara y precisa. Dirigía la mayoría de las obras de su repertorio de memoria, incluso los conciertos con solista. Fernando Hasaj (nuestro grandísimo violinista, esposo de Gladys) aseguraba que Gamba era el mejor director que lo había acompañado; los conciertos de Mendelssohn, Bruch, y Beethoven, siempre se los acompañó de memoria.

Cuenta mi amiga Gladys que, hasta su última presentación en público, el Maestro Gamba seguía estudiando las partituras, buscando algún detalle (cambio de arco, fraseo, respiración) que lo acercara al deseo del compositor ("Anoche me llamó Beethoven, y me dijo que probara tal o cual cosa..."). Era un director estricto y exigente, un director respetado y admirado por los músicos.

Quiero mencionar, finalmente, la función didáctica y de difusión de la música, que Gamba ejerció en el Uruguay. Sus conciertos de verano al aire libre (especialmente los del Tajamar) atraían a multitudes. La gente quería verlo porque él trasmitía entusiasmo y alegría. Los padres llevaban a sus niños que, correteando por ahí, sin darse cuenta eran introducidos al mundo de la música clásica.

Quienes tuvimos la suerte de hacer música con él lo recordaremos con respeto y admiración.

Atentamente,

Irene Kaufmann

Desde Oxford, Mississippi, EEUU


La Tertulia de los Viernes: Piero Gamba, que fue director de la Ossodre, falleció a los 85 años

 


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