
Recién este domingo pude escuchar La Tertulia sobre si pensar se está convirtiendo en un privilegio.
Quiero dejar el comentario.
Cursé primaria en la escuela 113 de Maroñas, hoy de contexto crítico (quizás siempre lo fue). Allí tuve excelentes maestros.
Todas las semanas debíamos llevar un libro para leer, que comentaríamos la semana siguiente.
Aún me acompaña el recuerdo de un domingo de noche cuando mi madre, sentada a mi lado, me obligaba a terminar de leer uno. Yo había elegido un libro grande para "hacerme la linda" y lo tuve que leer.
Ese episodio me aflora cada tanto cuando quiero postergar un trabajo para otro día.
Tuve un maestro que nos enseñó las tablas cantando con la guitarra. Nos obligó a aprender una tabla de sumas y restas con la que hasta hoy dejo a mis colegas más jóvenes boquiabiertos al hacer cuentas mentales.
Todo esto viene a que me duele pensar que hay que ir a un colegio privado para encontrar ese apoyo.
Y veo que mis hijos ya no lo tuvieron en la escuela publica en Bella Unión.
Solo uno salió lector gracias a que tuvo la famosa hepatitis de 2004 y lo obligué a hacer reposo con los libros de Harry Potter. Ese hijo ahora ha leído muchísimo. Últimamente, lo veo leyendo libros digitales. Y consume muchos audiolibros.
Ana
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Aquí podés ver y escuchar La Tertulia a la que se refiere Ana.









