"Antes de que tuviéramos los nuevos sistemas de armamento, nadie nos escuchaba. ¡Escúchennos ahora!".
El Oso Ruso despierta
Estos últimos días hemos asistido a dos muestras de expresividad que ponen de manifiesto la excelencia en lo que hemos siempre denominado el Séptimo Arte, o arte de la actuación. El cine, o por lo menos la industria que representa parte de él, ha premiado a sus mejores exponentes con un show mediático a la altura de años anteriores, además de dejar filtrar mensajes éticos y morales como muestra de sus supuestos principios y su sensibilidad.
De igual manera, apenas 48 horas antes, asistimos a una puesta en escena digna de Hollywood, solo que tuvo lugar 9.000 kilómetros hacia el este. Vladimir Putin ha anunciado un paquete de armas de última generación y demostrativas de tecnología avanzada.
Manifestaciones de alarma no se hicieron esperar: "La vuelta de la guerra fría", "una escalada militar", "peligro de guerra", "otra Corea del Norte", fueron algunas de las frases que los analistas dejaron escapar.
El armamento y la realidad
Putin señala en primer lugar que se trata de prototipos, o sea que no hay una producción estable de los mismos. Sarmat (también llamado Satán 2) es un sistema pesado de misiles intercontinentales, puede cargar ojivas nucleares y tiene un alcance ilimitado. Un misil crucero de vuelo impredecible con una generación nuclear dentro, también con alcance ilimitado. Vehículos subacuáticos no tripulados de propulsión nuclear, son silenciosos, de gran maniobrabilidad y "prácticamente invulnerables". Kinzhal: sistema de misiles hipersónicos de lanzamiento aéreo ("Daga") invulnerables a los sistemas actuales de defensa antiaérea y aérea. Avangard: sistema de misiles estratégico con unidad hipersónica planeadora, "un tipo completamente nuevo de arma" capaz de maniobras laterales de miles de kilómetros.
Sistema de armas láser
El presidente ruso aseveró que su país había dado un paso notable también en la creación de "armas láser"."Esto ya no es una teoría o un plan, ni siquiera el comienzo de su producción. Se ha suministrado un sistema láser de combate a las tropas desde el año pasado", aseguró.
Relativizando a Putin, no hubo pruebas de la existencia de estas armas, solo las aseveraciones del premier.
Por otro lado, expertos occidentales aseguran tanto que hace tiempo que los rusos están estudiando y probando las tecnologías necesarias para estas armas, como que son de factible fabricación.
Hasta aquí las noticia, ahora bajemos y toquemos tierra…
El entorno del anuncio
- Vladimir Putin está en campaña electoral. El 18 de marzo buscará permanecer en el poder. Los rusos mantienen una percepción fuerte de volver a convertirse en la potencia que fueron a corto plazo. Putin prometió un futuro de "brillantes victorias" si es reelegido en los comicios próximos, que según todos los sondeos ganará con una mayoría abrumadora. Ese pasado glorioso, atenazando cada mente rusa, es el mejor arma de seducción del premier. Ese camino no puede recorrerse si no se es una potencia militar.
- Donald Trump ha anunciado quizás la mayor escalada económica en apoyo a la militarización en la historia de los Estados Unidos. China ha multiplicado varias veces el presupuesto militar y su proyecto espacial por ahora es un éxito. Putin no puede permitirse perder pie ante un mundo que se está convirtiendo en una mesa de tres patas (USA, China, Europa) ante sus narices.
- Si bien Rusia ha suministrado armamento a terceros por 15.000 millones de dólares en 2017 (ingresos que aprovecha), las sanciones económicas, la creciente autosuficiencia energética de Europa en desmedro del gas ruso (aun Alemania y Austria son demandantes) y los gastos militares derivados de intervenciones en Siria exigen un cuidado en el gasto hasta que eche raíces la recuperación económica que asomo en el tercer trimestre del 2017. Por ello no es creíble una producción en serie de estas armas en el corto o mediano plazo.
Conclusiones… ¿hacia dónde va el oso?
No podemos dejar de tomar en serio lo anunciado por la primer figura de una potencia mundial, pero no podemos tampoco dejar de ver claramente el entorno en que se hace, mostrando más una vocación política que militar.
Putin busca un golpe de efecto hacia adentro, dejando en evidencia el liderazgo que cada ruso quiere ver en su gobierno, harto ya de escuchar los desplantes de Trump y de sentir el temor del tigre asiático.
Hacia el exterior, no cabe duda que la opinión pública internacional se ocupará de este tema por semanas, se acrecentara su protagonismo (aun después de ganar las elecciones) y mantendrá protagonismo en los temas urticantes sobre los que hay que tomar decisiones hoy en día (Siria, Irán, Turquía, Iraq, Palestina, el tema Venezuela, las sucesiones en el poder en Oriente Medio este año)
Resumiendo… algo de verdad, mucho mito, pero sobre todo golpes de efecto que tienen el peligroso efecto colateral de alimentar (eso lo puedo asegurar) reacciones no deseadas…
¿Putin no cree que Trump aceptara el reto de una carrera armamentista? La ultima acabó con la URSS.
¿Putin no cree que Europa se alejará del levantamiento de sanciones ante un peligroso vecino bravucón?
¿Putin no cree que Xi Jinping (que presentó ante la Asamblea Nacional Popular un proyecto de suba del 8,1% en su presupuesto de Defensa) potenciará el poderío militar en la frontera?
Desde nuestra perspectiva, no preocupa que alguien apriete el botón… preocupa que los niveles intermedios de armamentos (capaces de fogonear invasiones, intervenciones militares y dar de comer al terrorismo) invadan el mercado mientras estos señores de la guerra irresponsablemente alimentan sus egos imperiales.
Misiles de alcance limitado, sistemas de radares y detección supracontinental, ojivas de bajo rendimiento para misiles de mediano alcance, se harán más accesibles a países de porte medio ante esta nueva carrera armamentista. Los celos y esfuerzos defensivos de las potencias crearán un nuevo nivel de armamento sofisticado solo para amenazarse, cuando el armamento que realmente hace posible las guerras y atentados, estará al alcance de cualquiera.
El mundo no es un lugar seguro. No es culpa de los anuncios de Putin. Estos son solo un síntoma de una enfermedad que lleva siglos.
Hay una enorme desproporción entre lo que defendemos, con los medios con los que lo defendemos…
Para peor hay una imposibilidad real de dar marcha atrás. No es probable la destrucción de las armas que se han creado.
La humanidad convivirá con el monstruo que lentamente ayudó a nacer.
Gustavo A Calvo
Vía correo electrónico
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