El Senado sancionó este martes un proyecto de ley que establece que el hecho de residir fuera del país “no obsta el ejercicio de las obligaciones y derechos inherentes a la ciudadanía”, y crea una comisión extraparlamentaria con la finalidad de instrumentar el voto de los uruguayos radicados en el extranjero. La propuesta que elabore esa comisión deberá someterse a consideración del Parlamento. Senadores de la oposición anunciaron que presentarán recursos de inconstitucionalidad contra la ley aprobada, y que no integrarán la comisión prevista.
Desde la audiencia, Ricardo sostiene que el proyecto significa la muerte de la República.
La República nació el 18 de julio de 1830. Y murió hoy, 7 de agosto de 2018. Que el Parlamento apruebe una ley que modifica artículos de la Constitución es, claramente, inconstitucional, antidemocrático, antirrepublicano y deplorable.
Que una minoría de ciudadanos que fueron electos por la ciudadanía se sienta además con derecho a revocar la voluntad de dos tercios de la misma, expresada inequívocamente en un plebiscito, es bochornoso.
Se trata claramente de un hecho gravísimo que destruye las más profundas raíces institucionales del país.
En abril de 2009, con la firma de 63 legisladores del Frente Amplio se habilitó en el Parlamento una iniciativa legislativa que se plebiscitó junto con las elecciones presidenciales de ese año, destinada a habilitar una enmienda constitucional que autorizara el voto desde el exterior. En el plebiscito celebrado el 25 octubre de 2009, 862.454 votantes (37,42%) se pronunciaron a favor de la propuesta. Por consiguiente, la enmienda se dio por rechazada, ya que para ser aprobada necesitaba más de 50% de los votos emitidos. Sólo votaron a favor algo más de un tercio de los ciudadanos que sufragaron, por lo que debe inferirse que casi dos tercios se opuso a la iniciativa.
A fines del año pasado, la bancada de diputados del Frente Amplio presentó un proyecto de ley “interpretativo” de los artículos 77 y 81 de la Constitución, que más que interpretarlos los modifica de manera claramente violatoria del ordenamiento jurídico, pues una norma de inferior jerarquía altera nada menos que la Constitución de la República. Ese proyecto se convierte en ley hoy al ser aprobado por el Senado.
Una jornada muy triste. Se trata de un proceder antidemocrático, antirrepublicano y francamente bochornoso que destruye el pacto de convivencia entre los uruguayos que es la Constitución, y la hiere de muerte. QEPD.
Ricardo
Vía correo electrónico
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