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Nunca discutimos dice "adonde el huracán nos pegue". Historias de viento, velas, cacerolas de la abuela y espirales. Tirarse al agua en una tabla que pesa lo mismo que destino, y la vela atrapa al viento que nos lleva a otro combate. No está claro cómo salir de ahí si el viento no está salado.
Son cuatro los vientos, con solo uno que sople más fuerte todo no te va a gustar. Hay que tener cuidado con la cantidad de veces que mirás para arriba, puede que aparezca una tormenta. El viento en la cara se transforma en huracán y quedás tiesa.
Y ahí otra vez en llamamos a todo el mundo, aparece el boxeador que pudo ser campeón del mundo en un crimen que nunca cometió. Mike, puede haberlo estado, fue y volvió, no colgó los guantes. Suena la campana contra una estrella de las redes, y para eso se necesita un ring, un poco de magia irresistible, bebidas descartables, y sentimos en el aire como termina esto en St. Louis. Adiós a Las Vegas. Nunca discutimos.