
Sobre la vuelta a lo analógico, la diferencia entre analógico y digital, que nos ayudó a entender el ingeniero Guillermo Martony. La experiencia de trabajar con artefactos analógicos, como la de Magela Ferrero, artista uruguaya polifacética, esta vez en su condición de fotógrafa conocedora de la cámara analógica, que nos contó de sus experiencias en El Observador, cuando sólo la franja del nombre era verde y todo lo demás, inclusive las fotos, estaba en blanco y negro.
O la de Fabrizio Rossi, músico, productor y creador del sello Feel de agua, que nos advirtió de que, si bien los artefactos analógicos en la música están muy romantizados porque, sí, tienen lo suyo. Muchos músicos prefieren grabar en digital. Tendrá menos ruido o menos mácula, será un poco exagerada su perfección para nuestra nostalgia, pero sigue haciendo la vida más fácil.

Magela Ferrero tiene razón en que algo de nuestra identidad es más elaborable en la relación con los artefactos analógicos, ¿quizá porque se juega otra relación con el tiempo?
También anduvo Walter Benjamin, desde 1935, dando vueltas. Ese sí que era analógico.
Conducen Eleonora Navatta, Peter the Lion y Santiago de Arteaga Gallinal. Música y aire a cargo de el Galgo, que trajo los objetos: la casetera, el vinilo y todas esas máquinas que sólo él se acuerda de cómo funcionan. También eligió la música, sacó las fotos y nos puso on air en el segundo piso de la Office Radio Tower.
No quedó claro si más vale analógica o digital, pero…
¡Viva la radio, Juan!